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Gianni Agnelli: La hermosura, la oscuridad y la decadencia retratadas en un documental de HBO

14/11/2018 - 12:02 am

“El estilo, todo era estilo para él”, dice una voz en el documental de HBO Gianni Agnelli, a quien todos llamaban “El abogado” y que para algunos era el mismísimo rey de Italia en los 60 y en los 80, para casi todos el gran príncipe que demostraba todo lo que cualquier italiano debería ser.

Ciudad de México, 14 de noviembre (SinEmbargo).- Hay una reciente película italiana que se llama La gran belleza. Es de 2013, dirigida por Paolo Sorrentino y ­­­­­­­­­­uno mira y mira ese filme que hizo famoso (para nosotros) al gran actor Toni Servillo y se pregunta: ¿Dónde quedó Italia?

“El paseo nocturno por los palacios, los flamencos posados en la terraza, las monjas correteando por los jardines, el mar que Jep ve en el techo de su habitación… hay muchos elementos que casi parecen abstracciones, como si nos encontráramos en la mente del protagonista, lo cual es muy interesante y perturbador”, dice la crítica Beatriz Martínez, describiendo una película que era pensada inicialmente para Roma, pero que hoy puede ocupar el espacio de todo un país.

Una nación que pasó la guerra, que todas sus construcciones –incluida la fábrica FIAT- fueron bombardeadas, que vio morir asesinado a un Primer Ministro (Aldo Moro, por las Brigadas Rojas), que era la nación más comunista de Europa (claro, sacando la que por entonces era la Unión Soviética) y que un buen día 40 mil habitantes marcharon hacia las puertas de la industria automovilística para pedir trabajo.

“El estilo, todo era estilo para él”, dice una voz en el documental de HBO Gianni Agnelli, a quien todos llamaban “El abogado” y que para algunos era el mismísimo rey de Italia en los 60 y en los 80, para casi todos el gran príncipe que demostraba todo lo que cualquier italiano debería ser.

La belleza, la gran belleza de ese hombre complejo y misterioso, que tenía la obsesión de ¿qué me pasaría si los comunistas invadieran Italia?, pero que al mismo tiempo se negó a echar a los obreros cuando la fábrica perdía y que como buen hombre de negocios, hoy hacía tratos con Libia, con Muamar el Gadafi y mañana, cuando todo mejorara, recuperaría toda la fábrica para sí.

Levantó la FIAT después de la guerra, cuando la fábrica estaba bombardeada y todo en el país carecía de futuro. Fue el motor de lo que por entonces se llamó “milagro económico” y el gran regreso industrial de Italia fue FIAT, con obreros que tenían buenos salarios, una pensión, una gran atención médica, vacaciones, campos deportivos…

“FIAT puso a Italia en cuatro ruedas”,  dice la hermana María Sole Agnelli y él, Gianni, el gran realizador de ese milagro.

Fue el gran mago económico y era dueño de La Juventus de Turín, una ciudad donde pasó su vida y donde además de ser dueño de FIAT, fue también el propietario de  Ferrari, Lancia, Alfa Romeo y Maserati.

Fue el gran mago económico y era dueño de La Juventus de Turín, una ciudad donde pasó su vida y donde además de ser dueño de FIAT, fue también el propietario de  Ferrari, Lancia, Alfa Romeo y Maserati. Foto: HBO

ÉL SABÍA LO QUE PENSABAS

“No había que tener muchos pensamientos cuando estabas con él, pues él sabía lo que pensabas”, dice su amigo estadounidense Henry Kissinger (1923), una de las 40 voces de este documental dirigido por Nick Hooker, en donde la vida de Gianni Agnelli demuestra todo lo que le interesa a un buen italiano: Sexo, autos y deportes.

Su padre murió en un accidente de avión, su madre murió en un accidente automovilístico y él, como todo hombre en esos tiempos, tuvo que hacerse cargo de la familia: Gianni fue el heredero universal de su abuelo, quien a su vez murió deshonrado porque algunos lo acusaron de ser colaboracionista de los nazis durante la guerra.

Antes de entrar a FIAT, Gianni –un hombre guapo, seguro de sí mismo, aunque dos por tres tomaba mucha cocaína- vivió “la dulce vida”, teniendo romances con Annita Ekberg, algunos amoríos no reconocidos con Jackie Kennedy, saltando desde el helicóptero al Mar Mediterráneo y conduciendo –“era una experiencia aterradora viajar con él”, dicen sus amigos y sus amantes- su Ferrari verde, bellísimo…

El reloj encima de la camisa, la corbata corta, todo el mundo lo imitaba y quería ser cómo él. “Todas las mujeres le amaban, todos los hombres querían ser como él”, dice su sobrina Diane von Fürstenberg.

Era una experiencia aterradora viajar con él al borde de su Ferrari. Foto: HBO

Tuvo un choque muy feo mientras estaba drogado y le quedó la pierna destruida. Se casó con Marella Caracciolo, una princesa nacida en el seno de una antigua familia de la aristocracia napolitana, con la que tuvo a dos hijos: Edoardo (1954-2000) y Margherita (1955).

Un caballero sin sentimientos, lo describe un hombre judío que fue despedido cuando Agnelli hizo contratos con Libia. Sin embargo, el suicidio de su hijo Eduardo (“Al final era valiente”, comentó después de que se tirara en el acueducto Fossano, de unos 80 metros de altura) lo dejó devastado. Un cáncer de próstata terminó al poco tiempo con su vida, a los 81 años.

Muchísimos italianos fueron al funeral: “Adiós, abogado”, decían los carteles. Con él se fue la Italia bella, contradictoria, compleja, dueña de su futuro. Hoy, entre Mateo Salvini y Silvio Berlusconi, lo único que resta es silencio.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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