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Francisco Ortiz Pinchetti

16/01/2015 - 12:02 am

Un farsante en Benito Juárez

Imaginarán la cantidad de granujas con los que he tenido que lidiar a lo largo de casi cuatro décadas de meter las narices de periodista en las cloacas políticas de México. Entre funcionarios públicos de los tres niveles de gobierno, jefes de prensa, delegados, dirigentes de partidos, legisladores, líderes de colonos, organizaciones obreras y campesinas, […]

Imaginarán la cantidad de granujas con los que he tenido que lidiar a lo largo de casi cuatro décadas de meter las narices de periodista en las cloacas políticas de México. Entre funcionarios públicos de los tres niveles de gobierno, jefes de prensa, delegados, dirigentes de partidos, legisladores, líderes de colonos, organizaciones obreras y campesinas, me he topado con sabandijas de la peor ralea: chantajistas, lisonjeros, prepotentes, arribistas, traicioneros, caciques, violentos, chayoteros, sinvergüenzas a cual más . De todo (bueno, hasta gente decente, palabra). Y no recuerdo, lo juro, haberme encontrado en ese tenebroso camino a un embustero de la calaña del que todavía cobra como jefe delegacional en Benito Juárez, la delegación capitalina en la que vivo hace más de 35 años. Se llama Jorge Romero Herrera. Es panista, para vergüenza de don Manuel, don Efraín y don Luis. Y ya se apresta a abandonar sin recato el cargo para el que fue electo a fin de brincar en pos de una diputación local plurinominal que, entre otras cosas, le asegure sin el riesgo de someterse al voto ciudadano la impunidad del fuero constitucional.

Entre sus fechorías están, fíjense bien, la falsificación del padrón de su propio partido en el DF para apoderarse de candidaturas y puestos directivos  y el ostentarse como “licenciado” en Derecho, sin serlo, al grado de incurrir en el delito de usurpación profesional tipificado por el Código Penal. Su más reciente engaño, documentado apenas dos días por Reforma, es la cacareada “entrega” a la policía hace tres meses de 80 “electrobikes”, por las que dispuso de tres millones de pesos del presupuesto, para reforzar la vigilancia en la demarcación, que ahora resulta que están arrumbadas y desarmadas en  una bodega. Igual mintió en sus promesas de poner orden al comercio ambulante y mintió en sus anuncios de acabar con las construcciones ilegales que proliferan en las colonias juarenses, que hoy brotan como hongos. Mi más grande calamidad ha sido padecer a este sujeto por partida doble desde hace casi tres años: como vecino y como periodista.

Jorge Romero Herrera, un mocoso de 35 años de edad, es el prototipo de los panistas que han resquebrajado, denigrado y hundido a su partido en los últimos años, especialmente en el Distrito Federal y el Estado de México. Altivos, prepotentes, peleoneros, ambiciosos, trepadores, incultos, incapaces, son el mejor ejemplo de la degeneración del quehacer político en nuestro país. Los priistas tenían sus causas, sus banderas, su demagogia. Estos no son más que imberbes chamacos engolosinados con el dinero y el poder cuyo único objetivo es ese mismo: la satisfacción de sus ambiciones, mientras el tema de los principios y la doctrina, que por supuesto ignoran, ni siquiera les interesa. Tienen ínfulas de metrosexuales y se entregan al disfrute de las canonjías, los privilegios, los autos del año, los buenos sueldos, la ropa de última moda, los restaurantes de lujo, el gym, los viajes… y las buenas comisiones.

Romero Herrera, eso sí, presume públicamente ser católico practicante. “Si Dios quiere”, antepone siempre con su voz engolada. “Bendito sea Dios”, agradece. En los primeros meses de su administración divulgaba cada domingo citas bíblicas a través de su cuenta de Twitter. Llama “hermanos” a sus compinches, como los procesados en Brasil por golpeadores; pero también, con actitud cristiana, a los vecinos y hasta a sus detractores. Empezó su carrera política en las filas juveniles del PAN, de las que llegó a ser dirigente en el DF.  A la vez, formó su propia secta, Los Ocean, de la que hasta la fecha es jefe, guía y profeta. De la mano de Mariana Gómez del Campo, con la que vivió una relación sentimental, se convirtió en 2006 en diputado plurinominal ante la ALDF, con todos los beneficios que ello significa. Entonces les dio chamba con cargo al erario, a través de la ALDF, a todos los integrantes de su secta como asesores, secretarios y asistentes. Y a todos ellos dedicó tiempo completo a una tarea ilegal: la adulteración mediante falsificaciones y afiliaciones masivas, corporativas,  del padrón interno del PAN en la delegación Benito Juárez y en todo el Distrito Federal, con la anuencia de Marianita por supuesto. Tenían como centro de operaciones el módulo del propio diputado, ubicado en Universidad 331, entre Concepción Beistegui y Torres Adalid, en la colonia Narvarte. Su modus operandi fue descrito a detalle por uno de sus empleados y cómplices, Miguel Antonio Morales Zepeda, que arrepentido lo denunció en entrevista con el periódico zonal Libre en el Sur y después en el diario El Universal y otros medios. Luego presentó denuncia ante el CEN del PAN, el IFE y el Tribunal Electoral Federal, que finalmente resolvió que había elementos para proceder en contra de Romero Herrera y ordenó al PAN encabezado por Gustavo Madero realizar una investigación al respecto, lo cual no ha ocurrido. (http://libreenelsur.mx/content/secta-jorge-romero-desnudo)

Nada ni nadie impidió que en 2012 se despachara a su gusto con las candidaturas, incluida la suya para jefe delegacional en Benito Juárez (luego de haber impuesto en 2009 a Mario Palacios Acosta). En una elección que nunca quedó suficientemente esclarecida y que legalmente debió llevarse a un recuento voto por voto, lo que no se hizo, ganó por apenas 700 votos a la candidata perredista Leticia Varela. Impuso a uno de sus más abyectos incondicionales, Luis Mendoza Acevedo, como presidente del comité delegacional del PAN en BJ y al que fuera coordinador de su campaña, Mauricio Tabe Echartea, como presidente del PAN en el Distrito Federal.

En su papel de delegado ha incumplido prácticamente todas sus promesas, con el agravante de que en todos los casos ha recurrido a la simulación para aparentar lo que no hace. Y todo se le cae, tarde o temprano. Los dos temas centrales han sido la invasión de vendedores ambulantes en las calles de la delegación y la proliferación de construcciones ilegales,  ambas reiteradamente denunciadas por organizaciones ciudadanas y medios.

En ambos temas, se han evidenciado intereses económicos del delegado como razón de su incumplimiento. En el caso del ambulantaje, en una demarcación con más de siete mil vendedores callejeros reconocidos, anunció un programa de Reordenamiento del Comercio Informal , que implicaría la regularización de los tres mil 287 ambulantes que cuentan con permiso y el  retiro definitivo de todos los demás. Para ello, promovió los famosos puestos “grises”, supuestamente funcionales e higiénicos, cuya construcción y venta concesionó a la organización de ambulantes que apoyó su campaña para delegado por el PAN, que los vende hasta en 140 mil pesos, incluida una ubicación privilegiada. Mentira tras mentira, Romero Herrera ha afirmado en diversas ocasiones que su administración ha retirado dos mil 500 o tres mil ambulantes. Y ante el Consejo Ciudadano de BJ afirmó en noviembre pasado que llevaba “más de siete mil”. Sin embargo, fue desmentido por la propia Delegación, que en respuesta a una solicitud de información a través de su oficina de Información Pública indicó de manera oficial y por escrito que el número de puestos metálicos retirados de la vía pública es de sólo 224 en lo que va de la administración.

Por lo demás, la evidencia está en las calles: el número de vendedores ambulantes fijos y semifijos se ha incrementado de manera explosiva, a tal grado que  en todas y cada una de las bocacalles de la avenida Insurgentes Sur, desde Barranca del Muerto hasta Viaducto, hay comercio ambulante. En la zona de Portales, en las inmediaciones de las estaciones del Metro en Mixcoac, Zapata, Coyoacán, Glorieta Etiopía y otros, funcionan verdaderos mercados de informales y en muchas otras calles de la demarcación se han formado “corredores” comerciales de vendedores irregulares. Por supuesto, en diversas ocasiones ha simulado “operativos” de retiro de ambulantes, muy publicitados que a la postre resultan fiascos. Ejemplos son los casos de la calzada de Tlalpan, en Portales; las estaciones del  Metro Mixcoac y San Antonio,  o la calle de San Francisco, en la Del Valle.

A poco de asumir la jefatura delegacional, este Pinocho irredento anunció una campaña para clausurar e iniciar procedimiento de revocación que condujera a la demolición de 209 construcciones ilegales contenidas en una “primera lista”, a razón de “tres obras cada día”. Resultó otra burla. Efectivamente, a lo largo de seis o siete meses en varias decenas de edificaciones fueron colocados sellos de “suspensión de actividades” (no de “clausura”), pero mientras se afectaban nuevas las primeras iban siendo liberadas, al subsanar infracciones menores. De modo que de más de poco más de un centenar de supuestas obras detenidas, a la fecha, dos años después, no hay una sola que haya sido definitivamente clausurada. Y menos, alguna demolida. Incluida la emblemática construcción ilegal de Millet 39, en Extremadura Insurgentes, que ofreció demoler en su campaña con tal celeridad que “sorprendería” a los vecinos denunciantes. Luego dio a conocer otra lista de 40 construcciones que serían demolidas de inmediato y que sólo quedaron como otro engaño en las notas de los medios. En cambio, resultó cierto, y documentado, que  Romero Herrera recibió de la inmobiliaria Grupo Rouz un “descuentazo” de 1.6 millones de pesos en la compra de un penthouse de lujo en Gabriel Mancera 1542. Rouz, constructora casualmente del edificio de Millet 39, es la empresa con más desarrollos inmobiliarios en Benito Juárez, casi todos impugnados por vecinos y compradores.

Luego de que varios medios publicaron que la empresa Oracle, o una subsidiaria suya, habría financiado el viaje de los funcionarios panistas al Mundial de Fútbol de Brasil, con todos los gastos pagados, como un agradecimiento por contratos de la delegación Benito Juárez, Romero Herrera negó ante los medios toda relación comercial de la DBJ con dicha trasnacional de la computación. Otra vez mintió: Una distribuidora de Oracle de México, la más grande de América Latina, tuvo en efecto una relación de negocios con la Delegación Benito Juárez del DF, confirmó por escrito la propia OIP juarense en respuesta a una solicitud de transparencia. Grupo de Tecnología Cibernética, S.A. de C.V. (Grupo Tecno) es el distribuidor de Oracle de México en Latinoamérica, y “fue contratada por la DBJ para suministrar equipos para el nuevo Centro de Soluciones Ciudadanas que inició su operación apenas el 19 de mayo pasado”, confirmó la OIP. Pescado en la mentira, el panista tuvo que quedarse callado.

Existen dos denuncias penales contra Romero Herrera por usurpación de profesión, ambas interpuestas por vecinos ante la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF). El motivo es haber firmado como “licenciado” documentos oficiales como funcionario público, lo cual está absolutamente documentado. Hay un expediente abierto en su contra en la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, por agresiones diversas a los directivos del periódico Libre en el Sur. Existe asimismo otra demanda ante el Instituto de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales del Distrito Federal (InfoDF) por violaciones a la Ley de Transparencia y Protección de Datos Personales, al revelar ante diputados de la ALDF en noviembre pasado nombres de solicitantes de información ante la OIP de la Delegación que encabeza. Ha sido también acusado, a través de publicaciones en los medios, de abandonar sus obligaciones en días hábiles para viajar “de escapada” a distintos centros vacacionales, como Cancún y Playa del Carmen en compañía de sus cuates, entre ellos Rafael Medina y Sergio Eguren, los dos panistas funcionarios suyos detenidos en Brasil por manosear a una mujer y golpear brutalmente a su marido cuando quiso defenderla. Y además de mentir, oculta: Su administración encabeza con 164 impugnaciones el ranking de las 16 delegaciones capitalinas, en cuanto a los recursos de revisión o inconformidades interpuestos en su contra ante el InfoDF.

Romero Herrera ha gozado de plena impunidad también al interior de su partido. Esto sólo se explica por una relación de complicidad con Gustavo Madero, a quien dio el pleno apoyo del “panismo capitalino” (a partir de la falsificación del padrón interno) para su reelección como presidente nacional del PAN. A cambio de ello, no sólo tiene el control del partido en el Distrito Federal, sino que gozó del poder suficiente para decidir a su antojo las candidaturas para el proceso de este 2015. No sólo se apropió sin más para sí mismo de la nominación a diputado plurinominal ante la ALDF, sin necesidad de someterse a votación alguna. Ya designó como su sucesor como delegado en Benito Juárez a uno de sus incondicionales, miembro por supuesto del clan de Los Ocean, Christian Von Roehrich, lo que le asegura además en caso de ganar la elección (lo que no parece fácil)  mantener el control político y financiero absolutos en esa demarcación, incluido el reparto de chambas, contratos y canonjías. A su secretario particular, Luis Mendoza Acevedo (cuestionado por haber sido originalmente nombrado coordinador de Gabinete en DBJ, con un sueldo de 91 mil pesos mensuales, sin tener más estudios que los de secundaria) lo designó como candidato a diputado local por el distrito 16. Y a Santiago Taboada Cortina, otro activo integrante de la secta, lo colocó entre los tres “amarrados” a una pluri federal en la Cámara de Diputados, justo en la misma circunscripción, la cuarta, de la que fue excluida por los maderistas Margarita Zavala, la esposa de Felipe Calderón Hinojosa. Es el PAN que pregona la urgente necesidad de un sistema anticorrupción en México. Válgame.

Twitter: @fopinchetti

Francisco Ortiz Pinchetti
Fue reportero de Excélsior. Fundador del semanario Proceso, donde fue reportero, editor de asuntos especiales y codirector. Es director del periódico Libre en el Sur y del sitio www.libreenelsur.mx. Autor de De pueblo en pueblo (Océano, 2000) y coautor de El Fenómeno Fox (Planeta, 2001).

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