Amnistía Internacional lanza campaña de “selfies” con la palabra “STOP”; piden detener el conflicto armado en Gaza

17/07/2014 - 8:11 am
La campaña propone de todos los bandos detener de inmediato los ataque a civiles que se encuentran en medio del conflicto Israel-Gaza. Foto: Facebook #CiviliansUnderFire
La campaña propone de todos los bandos detener de inmediato los ataque a civiles que se encuentran en medio del conflicto Israel-Gaza. Foto: Facebook #CiviliansUnderFire

Ciudad de México, 17 de julio (SinEmbargo/EFE).-Las oficinas de Amnistía Internacional en el Medio Oeste lanzaron un llamado a Israel y a los grupos armados de Palestina para garantizar la seguridad de los civiles. A través del hashtag #CiviliansUnderFire (Civiles bajo el fuego en inglés), AI llamó a la sociedad a tomarse una “selfie” con la palabra STOP escrita en la mano tanto en hebreo o en árabe, o en algún otro idioma.

Asimismo, la agencia de noticias de Facebook replicó el mensaje de Amnistía Internacional. “AI le está pidiendo a la gente alrededor del mundo para que se unan a su llamado para detener los ataques armados de Israel y Palestina.

“La convocatoria ocurre en un momento en que la tensión permanece en la región”, explica FB Newswire a través de un comunicado del hashtag y evoca que cuatro niños fueron asesinados en un ataque israelí en Gaza el miércoles mientras jugaban en la playa.

Miles de usuarios de todo el mundo escribieron la palabra STOP (alto en inglés) en sus manos en diferentes idiomas. Foto: Facebook #CiviliansUnderFire
Miles de usuarios de todo el mundo escribieron la palabra STOP (alto en inglés) en sus manos en diferentes idiomas. Foto: Facebook #CiviliansUnderFire

CRÓNICA DEL ALTO AL FUEGO POR CINCO HORAS

Tras diez días de guerra, Samira, una joven madre palestina de mirada esquiva, escucha por fin un ruido que no le asusta: el camión del reparto de agua desalinizada entra en la calle sin asfaltar en la que vive con su marido y su hija y en menos de una hora podrá fregar los platos de la pila y lavar algo de ropa.

La tregua humanitaria permite rellenar el tanque negro en el techo en el que caben mil litros de agua y otro más pequeño con 250 para beber y que está colocado sobre dos bloques de cemento en el salón, junto al generador que proporciona la electricidad durante las 16 horas diarias de corte.

“Son 25 shekels (5 euros) y nos da para unos cuatro días. Ahora podremos tener un poco de vida normal”, explica Samira a Efe sobre un bien común que los gazaties han aprendido a racionar hasta el extremo, sobre todo en tiempos de guerra.

Normalidad es un término diferente en la Franja, asediada por el Ejército israelí, bloqueada por el Gobierno egipcio y rehén de la retórica bélica y la inoperante gestión del movimiento islamista Hamas, donde cuatro de cada cinco personas viven bajo el umbral de la pobreza.

Normalidad significa obtener agua corriente de ínfima calidad una hora cada dos días, y además de la factura del Gobierno, tener que pagar por servicios como los que proporciona Mohamad, el dueño del camión cisterna que hoy volvió a las calles tras diez días encerrado por miedo a cohetes y misiles.

Según datos de la Cruz Roja Internacional, la semana y media de bombardeos israelíes sobre la Franja han agravado una situación que ya estaba clasificada como de catástrofe humanitaria antes de que arrancara la ofensiva.

Los bombardeos israelíes no solo han destruido casas particulares y edificios públicos, si no también infraestructuras vitales como el alcantarillado y las escasas instalaciones de tratamiento de aguas residuales.

Israel y la organización islamista palestina Hamás se han comprometido hoy a suspender las hostilidades durante cinco horas al objeto de permitir la evacuación de los heridos más graves y el aprovisionamiento de la población de Gaza.

La tregua, pactada entre las 10.00 y las 15.00 horas locales (07.00-12.00 GMT), fue aceptada a última hora del miércoles por Hamás después de que el Ejército israelí hubiera anunciado que “cesará todas sus operaciones en la Franja de Gaza y no disparará”.

Junto a los miles de kilos de basura que se acumulan en las calles, los gazatíes deben eludir además decenas de riachuelos de agua hedionda que corren junto a las aceras en dirección al mar, o se estancan en los miles de socavones.

“Los misiles israelíes han dañado muchos de los pozos, bombas de aguas residuales y líneas de suministro de agua. Los equipos de técnicos y trabajadores no pueden llegar hasta las zonas afectadas, en su mayoría próximas a la frontera con el país”, explicó a Efe el director de la Autoridad de Aguas en Gaza, Monzer Shublaq.

Algunos lo intentaron hoy, pero el estrecho margen de alto el fuego apenas si daba para evaluar de forma rápida la situación allí y tratar de buscar soluciones inmediatas para un problema enquistado por el asedio israelí y la deficiente gestión local.

Soluciones que, como la decisión de desviar el flujo de las depuradoras estropeadas al mar, solo hacen que agravar los desafíos futuros.

De acuerdo con un informe de la ONU, de seguir así la situación, Gaza será un lugar inhabitable en 2020. Sus acuíferos freáticos estarán exhaustos y su costa envenenada esparcirá la contaminación a sus vecinos, Israel y Egipto.

Pero normalidad también significa los altos índices de paro y clientelismo asociado a una situación de asedio y bloqueo que apenas deja espacio para la esperanza, y se torna en uno de los principales nutrientes del extremismo.

Israel advirtió, no obstante, de que “si Hamás o cualquier otra organización terrorista aprovechan esta ventana humanitaria para lanzar ataques contra civiles israelíes o blancos militares, el Ejército responderá con firmeza y de forma contundente”.

La tregua fue solicitada por el enviado especial de la ONU para Oriente Medio, Robert Serry, a raíz, según diversos medios, de la muerte el miércoles en una playa de Gaza de cuatro menores por un bombardeo de la Marina israelí.

Con las fronteras selladas, encerrados por tierra, mar y aire por los intereses políticos de Egipto e Israel, a los gazatíes solo les quedan dos opciones: luchar contra los elementos y la miseria o echarse en brazos de Hamás y de su milicia armada.

Para quienes optan por lo segundo, la fidelidad y la implicación son un salvoconducto que facilita el acceso al trabajo y a las ayudas que generosamente entregaba el anterior gobierno de Ismail Haniye.

“Gaza no tiene solución, estamos atrapados”, argumentaba esta mañana a Efe Rafiq, un funcionario que como otros miles de gazatíes se abalanzó hoy a los cajeros automáticos para tratar de lograr algo de dinero con el que poder almacenar agua, alimentos y gasolina.

Alejado de la masa, exhausto con su botín, se sienta en una sombra, mira hacia los lados y al fin susurra: “No podemos salir por ningún sitio. Y dentro estamos esposados. A todos les interesa que vivamos como animales enjaulados”, explica.

Y de su palabras queda la sensación de que más allá de la miseria y de la crisis humanitaria perpetua, Gaza en verdad asemeja una gran cárcel, pero con varios y variados carceleros.

Se trata de la primera suspensión del cese del fuego aceptada por ambas partes desde que hace 10 días se inició la ofensiva militar israelí “Margen Protector”, que hasta la fecha ha causado más de 220 palestinos muertos y un israelí, además de 1.500 heridos palestinos.

en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video

más leídas

más leídas