México

Rosario, enfermera de 22 años, es asesinada durante un asalto en Oaxaca; activistas exigen justicia

20/04/2019 - 6:54 pm

El presunto asaltante la apuñaló en el abdomen en reiteradas ocasiones. Ella quedó tirada boca abajo en el pavimento y murió minutos más tarde. La mujer, identificada como Rosario Luis Merino, vivía en el municipio de Tuxtepec y cada quince días viaja a Puebla, pues estudiaba en la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).

Ciudad de México, 20 de abril (SinEmbargo).- Una joven de 22 años de edad fue asesinada a puñaladas por un hombre que presuntamente la despojó de sus pertenencias en San Juan Bautista Tuxtepec, Oaxaca.

De acuerdo con información publicada por medios nacionales, se trataba de una estudiante de enfermería, quien caminaba sobre la avenida 20 de noviembre, en el primer cuadro de dicho municipio, cuando fue atacada por un sujeto.

El presunto asaltante la apuñaló en el abdomen en reiteradas ocasiones. Ella quedó tirada boca abajo en el pavimento y murió minutos más tarde.

 

La mujer, identificada como Rosario Luis Merino, vivía en el municipio de Tuxtepec y cada quince días viaja a Puebla, pues estudiaba en la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).

En redes sociales, Bernardo Conde, activista de la Comunidad de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (LGTB) en la región, lamentó el asesinato de la joven estudiante.

Mediante un comunicado, Conde reprochó a las autoridades la falta de seguridad en el centro de Tuxtepec, así como la insuficiencia de capacitación y capacidad de reacción de los policías.

“Ayer una compañera de nuestro colectivo LGBT, fue asesinada cruelmente por un asalto, dónde están los policías que nos cuidan, cada vez que paso al centro veo en ocasiones dos policías en una esquina”, señaló en el texto.

El activista exigió a las autoridades municipales a trabajar en materia de seguridad, inversión para la creación de fuentes de empleos, obras prioritarias y deporte.

MÉDICOS Y ENFERMERAS EN RIESGO

La doctora Cristina decidió hace tres años mudarse junto con su esposo de Saltillo, Coahuila, a la Ciudad de México. Allá, en medio de balaceras, su consultorio no tenía letrero y atendía sin bata. Entre colegas optaban por llamarse por el nombre de pila para ocultar su profesión. Los miembros del crimen organizado, dijo, se llevan a los médicos para que los curen tras enfrentamientos. En tierra narco, ella trabajaba a escondidas.

“Llegaban a veces a tocar [la puerta de la casa-consultorio] y tuvo mi esposo que negar muchas veces que era médico para que no hubiera problemas, porque si se lo llevan a uno, no regresa. Y si regresa, ya saben los demás que estás trabajando para ellos”, evocó.

En Saltillo cobraba 300 pesos la consulta más medicamentos. En la capital del país labora en una farmacia donde cobra 35 pesos.

“Es una decepción que uno busca beneficiar a los demás y no puede encontrar el propio, porque resulta que ahora tiene que ocultar lo que es para poder trabajar. Eso es muy feo”, aseguró la médico.

En medio de la falta de pagos de la Secretaría de Salud a médicos residentes en varios estados y el periodo de Colecta Nacional 2019, el sábado un comando armado amenazó a unos paramédicos de la Cruz Roja para que bajaran a un paciente de una ambulancia en Salamanca, Guanajuato, por lo que surgió la petición “No somos parte del conflicto”. El herido de arma de fuego previamente fue atacado sobre la Avenida del Trabajo.

En febrero de este año, la delegación de la Cruz Roja en Zihuatanejo, Guerrero, también suspendió el servicio después de que su Subcoordinador de Socorros, Daniel N, fue asesinado a balazos.

Una enfermera protesta luego del asesinato de una enfermera en octubre de 2018 en Acapulco, Guerrero. Foto: Cuartoscuro

“Portar este emblema no nos da super poderes. No nos convierte en ángeles sin alas. No nos vuelve resistentes a enfermedades y definitivamente no nos hace inmunes a las alas”, dice una voluntaria Cruz Roja en un video publicado este lunes, después de que el fin de semana cerraron los servicios de la delegación en Salamanca para cuidar la integridad de los voluntarios.

“No queremos que agresiones contra nuestra persona o hacia nuestra ambulancia se vuelvan una constante porque afecta nuestra labor humanitaria que te beneficia a ti y a miles de personas”, dice otro paramédico.

La Cruz Roja Mexicana, con presencia en el país desde el porfiriato en 1910 como parte de un movimiento internacional, ha auxiliado a heridos desde la Revolución y tras fenómenos naturales como huracanes o terremotos. Este 2019, de marzo a mayo, su meta es recaudar más de 360 millones de pesos para seguir trabajado en programas humanitarios. El año pasado los más de 46 mil voluntarios ofrecieron más de 5 millones 748 mil atenciones médicas y más de un millón 395 mil servicios de ambulancia totalmente gratuitos.

-Con información de Dulce Olvera

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