“Los malditos”: escritos carcelarios de Jesús Lemus, un testimonio del infierno y más allá del infierno, también

21/07/2013 - 1:00 am
Foto: EFE
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Ciudad de México, 21 julio (SinEmbargo).- En la década del ’70 fue muy popular la obra autobiográfica Papillon, de Henri Charrière, escritos carcelarios que revelaban la brutalidad policial y la corrupción jurídica de un sistema kafkiano, asentado en la presunción de culpabilidad de todos los acusados por algún delito.

Aunque la veracidad de la historia fue tiempo después cuestionada, nunca dejó de ser referencia de lo que puede ser capaz un hombre en pos de su libertad y, sobre todo, de la fuerza de la palabra escrita, destinada a permanecer en el tiempo.

Decir, contar, es traspasar las barreras de la muerte. De Papillon ha quedado como estigma la forma singular en que el narrador escondía sus escritos, la fuerza de papelitos doblados con letra minúscula, guardados en algún lugar del cuerpo, contrabandeados con parsimonia y tenacidad.

La palabra tiene esa virtud: se yergue como un huracán indómito en las circunstancias extremas, allí donde constituye el único oasis de supervivencia, la posibilidad de no enloquecer en medio de dolores infames.

En tiempos de guerra y en tiempos de paz, el poder siempre ha temido las palabras y como aquel Papillon de Henri Charrière, el periodista mexicano J. Jesús Lemus Barajas ha tenido que pagar un precio muy caro para poder presentar en estos días Los malditos, sus escritos desde la cárcel, un testimonio del infierno y más allá del infierno, también.

LA PRISIÓN COMO CASTIGO INENARRABLE

Con más de 20 años de oficio, Lemus fue encarcelado injustamente por lo que él mismo llamó en una entrevista con su colega Carmen Aristegui “una venganza de Felipe Calderón”, ex presidente de México.

En medio de la Guerra del Narco, fue acusado de narcotraficante en Michoacán, donde ejercía su trabajo como director de un periódico local, desde el cual realizaba investigaciones “incómodas” para las autoridades.

La historia de sus torturas y de su apresamiento es terrorífica: un militar del ejército mexicano que oficiaba de informante, lo convocó a una cita envenenada y allí empezó su calvario: más de tres años presos, con dos abogados que seguían su causa asesinados en el camino y una experiencia carcelaria que le dejó irreversibles huellas físicas y psicológicas.

Del lado de Guanajuato el comandante y un grupo de policías ya me esperaban. Lo vi y me estacioné a la orilla del camino. Nos saludamos como conocidos que éramos. Y fui al grano.

–          ­¿Dónde se encuentran los muertos, comandante?

–          Me vas a acompañar a la oficina –expresó con una voz que desconocí, como si estuviera hablando con un extraño-, allí te van a decir en dónde están los muertos que buscas.

No externé nada. La actitud del policía se me hizo ajena. En efecto, me había traicionado. En las instalaciones de la comandancia un grupo de encapuchados me sometió. Fui esposado de manos y pies y trasladado en una camioneta. No supe en dónde estuve las siguientes 48 horas. Y cualquier tipo de tortura que pude imaginar –y otros que ni siquiera suponía que existieran- los viví durante ese lapso eterno de tiempo”.

Lemus, de 43 años, fue enviado a la cárcel federal de Puente Grande, en el estado de Jalisco, sin que se aportara una sola prueba en contra, por un periodo de más de tres años.

Se trata de una cárcel tristemente célebre, de máxima seguridad, donde entre otros el periodista tomó contacto con Daniel Arizmendi, El Mochaorejas; El Duby, ex integrante de los narcosatánicos; Juan Sánchez Limón, un lugarteniente del Lazca; Alfredo Beltrán Leyva, El Mochomo; Daniel Aguilar Treviño, el asesino confeso de José Francisco Ruiz Massieu; Mario Aburto, Rafael Caro Quintero…

También aparece El Gato, un extraño personaje que hace confesiones insólitas y revela pasajes desconocidos de cómo eran los días en el penal cuando El Chapo Guzmán estaba preso.

Foto: Especial
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Historias de crueldad de hombres terribles y que Lemus, con una capacidad narrativa prodigiosa, describe como tipos simples y toscos, malditos como eran llamados por sus carceleros y maldecidos por una vida dedicada al crimen, integran un libro conmovedor y sin filtros.

Leerlo obliga a la reflexión sobre los sistemas punitivos de las llamadas democracias occidentales, de la efectividad de la política del ojo por ojo y de la crueldad extrema con que la justicia organizada intenta sin éxito exterminar el crimen. La crueldad, por otra parte, aplicada con toda su fuerza sobre un inocente, como es el caso del autor del libro.

En Puente Grande, Lemus andaba siempre desnudo, otro de los signos de la tortura vejatoria a la que era sometido a diario, al haber salvado la vida gracias a que su desaparición fue reportada inmediatamente a la corresponsalía en Michoacán de la organización Reporteros sin Fronteras.

“Eso me salvó de aparecer ejecutado en algún camino rural de Guanajuato, decapitado, y con una leyenda incriminatoria para crear un falso positivo, tal como fue el signo del gobierno de Felipe Calderón”, escribe el reportero.

En los cuadritos de papel higiénico que le daban en la prisión y con un crayón que alguien le regaló en una de sus escasas salidas al patio, escribió Los malditos (Grijalbo), este libro que ha denominado “Crónica negra desde Puente Grande”.

Papel higiénico por cuenta gotas y un crayón: las armas tecnológicas de un periodista de raza al que su vocación le salvó la vida. Recluido y sin ropas, dio testimonio de la vida humana que aun en esas condiciones extremas se manifiesta más allá de toda regla.

En diciembre de 2011, apenas a unos meses de su absolución carcelaria, a propuesta de la organización Reporteros Sin Fronteras, ganó en Holanda el premio internacional Pluma a la Libertad de Expresión, otorgado por la fundación no gubernamental Oxfam Novib/Rory Peck.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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