Ciudad de México, 23 de junio (SinEmbargo).–Desde que Mauricio López Velázquez renunció el viernes 20 de junio a su cargo como coordinador de asesores del Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, nadie se atrevió a fabricar un escenario diferente: sería él –y nadie más– el elegido para dirigir al Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el Distrito Federal.
Voces en el PRI Nacional, de todos los niveles, coincidieron desde el jueves 12 que el presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, César Camacho Quiroz, había negociado con el defenestrado ex dirigente Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre para cesar la persecución desde el partido por la acusación de organizar y dirigir una red de prostitución con empleadas de esa fuerza política para servicio propio. De modo que el acuerdo fue elegir a un hombre afín al Presidente Enrique Peña Nieto para la dirigencia nacional; pero a uno cercano a Gutiérrez de la Torre en la Secretaría General.
El nuevo hombre en la silla principal del PRI -DF debería provenir del gobierno federal. Aquí, dos Secretarios de Estado disputaron la posición: por un lado, Luis Videgaray Caso, de Hacienda, y por el otro, Miguel Ángel Osorio Chong, de Gobernación. El candidato de Videgaray era Aurelio Nuño Mayer quien lo asesoró como Diputado en la comisión de Presupuesto y Cuenta Pública durante las LVIII y LIX legislaturas, y hoy funge como jefe de la Oficina de la Presidencia de la República. ¿Por qué no se impuso Videgaray? Las fuentes en el PRI coinciden que la falta de crecimiento del país pesó en esta operación política; además que para Nuño se trataba de una degradación.
Por el contrario, el jueves 19 de junio, Mauricio López, aún con la investidura de coordinador de asesores del Secretario de Gobernación, pasó algunas horas en las oficinas del CEN del PRI en Insurgentes Norte y un día después, presentó su renuncia al cargo que desempeñó desde el principio de la administración peñanietista.
Y el guión fue escenificado sin cambios. Al mediodía de ayer domingo, en traje gris, López Velázquez acudió a la cita en el Auditorio Plutarco Elías Calles en la sede nacional y ante más de 360 consejeros protestó a mano alzada como nuevo dirigente del PRI-DF, el organismo ahora deshecho debido a las supuestas acciones delictivas de su otrora dirigente, el llamado “Príncipe de la Basura” por ser hijo del cacique histórico de los pepenadores en la Ciudad de México.
Para la renovación de la Presidencia sólo se postularon tres candidatos en tanto que para la Secretaría General lo hicieron dos, según la Comisión de Procesos Internos del partido. Mauricio López, Óscar Sierra Martínez y Francisco de Jesús Alavés contendieron para el máximo cargo, en tanto que la Secretaría General la disputaron, Tonatiuh González Case y Verónica Martínez Sentíe.
Y, conforme a lo planeado, fue Tonatiuh González –uno de los hombres más cercanos a Gutiérrez de la Torre– quien se erigió como secretario general.
COMO SI FUERA AYER
La escena en la sede del Auditorio Plutarco Elías Calles emuló los más antiguos tiempos, cuando desde la Secretaría de Gobernación se dictaba el desarrollo político del país, incluso los movimientos de la entraña del PRI, y a la vez, se colocó una primera piedra del futuro: la candidatura a la Presidencia de la República de Miguel Ángel Osorio Chong en las elecciones federales de 2018.
Una circunstancia muy difícil para el nuevo dirigente, según la observación de Gustavo López Montiel, profesor de Ciencia Política del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) y experto en el comportamiento del PRI local. “Con Mauricio López Velázquez, el Secretario de Gobernación no necesariamente tiene el control. En México, el poder de los partidos políticos no lo tienen los dirigentes; sino los encargados de las estructuras. La del PRI-DF por ahora sigue en manos del grupo de Gutiérrez de la Torre, al quedar su testaferro, Tonatiuh González en la Secretaría General”.
El especialista hace hincapié que el Movimiento Territorial, en el cual se formaron Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre y Tonatiuh González quedó bajo el cargo de Laura Elena Arellano Gilmore, quien fungió como dirigente interina tras el escándalo y cuya carrera es por completo “gutierrista” .
¿Qué le toca hacer a López Velázquez? La reflexión de López Montiel es que la misión del nuevo dirigente no está basada en recuperar el Distrito Federal en las elecciones de 2015; sino en “rehacer” al organismo con la inclusión de los que fueron marginados durante la gestión “gutierrista” y al tiempo, ubicar a Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre en un sitio político menos controvertido. Así, el PRI en la capital se mantendría fuerte en su estructura y con la imagen lavada.
BREVIARIO DE UNA ELECCIÓN PRIISTA
Los días previos a la elección no fueron nada tersos. Mauricio López no contaba con la simpatía de quienes integran la estructura del organismo. Su historial, todo fabricado en el grupo de la hoy asambleísta, María de los Ángeles Moreno y de la embajadora de México en Brasil, Beatriz Paredes Rangel; pesó mucho apenas si se mencionó su nombre.
“Si llega como operador de Osorio Chong y sigue los parámetros de María de los Ángeles y Beatriz, no la va a hacer. Las viejas disciplinas ya no existen. Aquí nadie tiene que plegarse a la Segob”, dijo a SinEmbargo un militante priista de la Unión Ciudadana por la Diversidad Sexual, que en tiempos de Gutiérrez de la Torre se adhirió al partido.
Fue el mismo Tonatiuh González –relataron otros integrantes del partido– quien realizó la campaña a su favor. “Y lo hizo sin caras chuecas”, exclamó uno de ellos cuando admitió que ahora, “todo es una contradicción”. Ante reporteros, Tonatiuh González, Diputado de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, y ahora nombrado secretario general, exclamó sobre la maraña en la que está el ex dirigente, Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre: “El caso ya se desinfló y en realidad no hay nada. Para nosotros, los priistas, ya pasó”.
