México debe perder su miedo “irracional” a transgénicos y ser competitivo: Juan Enríquez

25/10/2014 - 12:01 am
Foto: Antonio Cruz, SinEmbargo
Juan Enríquez Cabot asegura que las escuelas mexicanas necesitan ser más competitivas. Foto: Antonio Cruz, SinEmbargo

Ciudad de México, 25 de octubre (SinEmbargo).- México necesita fundar más empresas genómicas para poder ser más competitivo en el entorno global, pues hasta ahora, ha desperdiciado grandes oportunidades en este campo lo que le ha costado, incluso, no ser autosuficente en la producción de los alimentos que consume, aseguró Juan Enríquez Cabot, uno de los pirncipales investigadores en ciencias genómicas en el país.

El actual director ejecutivo de Biotechonomy, compañía dedicada a la investigación e inversión en proyectos de ciencias de la vida, habló en entrevista para SinEmbargo, en el marco del World Businnes Forum México, organizado por la empresa World of Bussines Ideas (Wobi), sobre el tema de la biotecnología en México y el mundo y afirmó que, como país, nos falta mucho más meritocracia y competitividad en las escuelas, seleccionar a lo mejor de lo mejor y ponerlos a competir juntos.

A su juicio, México se ha quedado rezagado en el desarrollo de la ciencia, al punto de preferir importar granos, en lugar de adoptar una tecnología [los transgénicos], lo cual, le ha costado perder el liderazgo en distintos campos agrícolas y en materia de competitividad.

“No sólo perdemos ahora, ya perdimos todo esto”, afirmó.

El científico mexicano ha pasado por diferentes cargos a lo largo de su carrera; es uno de los principales investigadores de ciencias genómicas, se ha desempeñado en cargos políticos y es analista de la realidad política y económica del país.

Autor del best seller mundial, Mientras el futuro te alcanza, Enríquez Cabot es uno de los más importantes exponentes a nivel mundial sobre el impacto de las ciencias de la vida, tanto a nivel económico como político. En México, fue miembro de la Comisión de Paz que buscó solucionar el conflicto en Chiapas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) con el gobierno, en 1994, y posteriormente, Jefe del Gabinete del Secretario de Relaciones Exteriores de México. Fue reconocido en 2001 por su trabajo en el ámbito de negocios mundial por el Harvard Bussiness Review y también, en la misma institución educativa, fue director fundador del Life Sciences Project (Proyecto de las Ciencias de la Vida), enfocado en el área de la biotecnología.

LOS TRANSGÉNICOS

México ha pagado un precio muy caro por no adoptar la tecnología transgénica,aseguró el científico mexicano. Foto: Antonio Cruz, SinEmbargo
México ha pagado un precio muy caro por no adoptar la tecnología transgénica, aseguró el científico mexicano. Foto: Antonio Cruz, SinEmbargo

– ¿México pierde o gana al no abrirse al tema de transgénicos?

– México fue cuna de la ‘Revolución Verde’. Un señor que se llama Norman Borlaug incrementó la alimentación de más de mil millones de personas en el mundo y nosotros no lo aplicamos.

Importamos granos por no aplicar una tecnología en México y eso nos ha costado el liderazgo agrícola, competitividad y que tuviéramos el trabajo de alimentar al mundo y que éste nos cobrara por hacerlo. No sólo perdemos ahora, ya perdimos todo esto y además no admiramos a uno de los hombres que ha hecho mucho bien en este mundo. Debería haber una estatua de Borlaug en varias plazas del país.

– ¿Qué importancia tiene México para las empresas internacionales de biotecnología?

– Hay gente extraordinariamente talentosa en México, gente del Tecnológico de Monterrey, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), del Instituto de Investigaciones Biomédicas, de Nutrición, gente del Centro de Ciencias Genómicas y del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav). Gente de primer nivel, competitiva en cualquier parte del mundo.

Con un poquito más de instrumentos, de apoyo y de aspecto social, México sería aún más competitivo y atractivo.

– ¿Cuáles serían las tareas pendientes en ese rubro?

– Primero, que uno de los mecanismos de la ciencia social sea fundar empresas competitivas de alta tecnología en genómica, nanotecnología o en lo digital. Toda una serie de cosas y además, que algunos de los hombres y mujeres más ricos de México, empiecen nuevas compañías basadas en la tecnología.

Nos falta mucho más meritocracia y competitividad en las escuelas, seleccionar a lo mejor de lo mejor y ponerlos a competir juntos.

Debemos empezar a respetar y tener una idea de que esta gente importa, y que puede generar en corto tiempo una economía que puede ser muy importante, que podría llegar a ser del tamaño de un estado completo del país; entonces todo el trabajo de toda la gente de un estado durante un año, puede ser el equivalente a una de estas compañías.

– ¿Los resultados de los centros de investigación de México son equiparables con los de otros países?

Hay mexicanos y mexicanas que son competitivos, pero en lo individual, los centros no.

No hay ahí la masa crítica específica, aunque hay individuos que son extraordinarios, no se cuaja. Por ejemplo, pasa lo mismo que en el futbol, hay futbolistas mexicanos que son competitivos en cualquier equipo que los metan, pero como no tenemos la meritocracia futbolística, vemos a gente mediocre que también pasa y así, queda mucha gente que es buena, pero no es selección nacional y al momento de las finales, normalmente no estamos.

Lo mismo pasa en la ciencia.

– ¿Es posible desarrollar negocios de biotecnología que no dañen el ambiente y los ecosistemas?

– Hasta donde yo sé, no ha habido una sola alergia a un transgénico, ni una sola persona que se haya muerto por consumirlo. Hay mucha gente que se ha muerto de alergia por un cacahuate o por otro tipo de comida y mucho más gente que hemos matado por comida 100 por ciento orgánica en el carrito de tacos del mercado.

Hay mucha gente que le tiene miedo irracional a los transgénicos y es un debate que debe ser menos ideológico y más científico.

– ¿Qué es lo que sustenta las protestas de las organizaciones ambientales en México que se declaran en contra los transgénicos y de Monsanto?

Primero, hay diferentes agendas de distintos grupos y de personas que buscan proteger el teocintle, que es el maíz original y eso es absolutamente válido; hay zonas y regiones del país donde debemos proteger la biodiversidad de diferentes granos del maíz, no debemos unificar el maíz de todo el país. Ni cualquier otro cultivo.

En segundo lugar, hay gente que prefiere el sabor o la manera en cómo crecen algunos tipos de cultivo y que quiere algo 100 por ciento natural, perfecto. Pero hay gente que dice “para que yo le pueda dar carnitas o una carne a la gente, tengo que bajar el precio del grano una tercera parte más porque eso significa que el precio por kilo baja”. Hay otra situación en la que en vez de cultivar tres veces el número de hectáreas y tumbar tres veces el número de árboles, y se aumenta la productividad por hectárea tres veces, cultivo más en menos y eso también nos conviene como país, porque nos permite tener parques naturales, reservas.

Esto se convierte en una situación de vivir y dejar vivir.

– ¿Qué países han sido exitosos en la implementación de transgénicos?

– La mayor parte de los países europeos, también Canadá, Argentina… hay muchos países que han hecho eso y lo han logrado.

– ¿Cuáles serían hoy las tendencias en investigación biotecnológica?

– Cada día que pasa estamos generando 5.5 quintillones de bits de información, si lo pusiéramos en dvd’s, cada día se generarían dvd’s de información que llegarían del Distrito Federal a Londres.

Hay miles de campos de investigación en las ciencias de la vida y cambiará la forma como tenemos hijos, su tiempo de vida, lo que puedan hacer, los animales, las plantas, las medicinas, el almacenaje de información. Todo lo que hay en el planeta va a cambiar porque estamos evolucionando la vida del planeta, por eso escribí el libro Evolving Ourselves: How Unnatural Selectio and Nonrandom Mutation are Changing Life on Earth sobre las decisiones que vamos a tomar como especie humana y hacia dónde vamos.

Daniela Barragán
Es periodista por la UNAM, con especialidad en política por la Carlos Septién. Los últimos años los ha dedicado al periodismo de datos, con énfasis en temas de pobreza, desigualdad, transparencia y género.
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