VANGUARDIA DE SALTILLO

El tornado azotó el sueño de los habitantes de Acuña: “le pedimos a Dios que tuviera piedad”

26/05/2015 - 9:38 am
Foto: Cuartoscuro.
Nunca habían oído sonar los truenos como aquella madrugada, uno tras otro, espantosos truenos. Foto: Cuartoscuro.

Por Jesús Peña y Alejandro Montenegro, especial para SinEmbargo

Ciudad de México, 26 de mayo (SinEmbargo/Vanguardia).– Dicen que se oyó como si hubiera pasado un tren, una mole, una locomotora gigante. No saben cómo explicarlo, cómo describirlo. No tienen palabras.

Lo único que atinan a decir los habitantes de Ciudad Acuña, Coahuila, es que las casas se cimbraban con el viento, como en un gran terremoto, parecía que se despegaran del suelo y se iban volando.

“Tembló toda la casa, se estrujó, nos pusimos a orar, a pedirle a Dios que tuviera piedad de nosotros, que nos perdonara. A un vecino se lo llevó el aire y se murió, lo mató el tornado”, narra Leticia Galván.

Los primero que escucharon fue un estruendo de cristales y luego el mugido del viento.

Nunca habían oído sonar los truenos como aquella madrugada, uno tras otro, espantosos truenos, relámpagos azules y rojos. Los truenos que no dejaban dormir.

Todo ocurrió en pocos segundos, seis, dicen los que tuvieron el temple para contarlos, refugiados, hechos bolita, en un rincón, la lavandería o el baño de la casa.

Parecía que se iba acabar el mundo.

Cuando la tormenta y el tornado pasó, entonces contemplaron pasmados la devastación: Los techos se volaron, las paredes se vinieron abajo, las ventanas y las puertas se reventaron y hay quienes aseguran, en medio de aquella tempestad, haber visto automóviles y muebles volando por encima de las casas, en el cielo.

Fue furioso, sin avisar. Un tornado azotó el sueño de los habitantes de Acuña. Fue el segundo torbellino más poderoso en los últimos 15 años en el país.

Especialistas de la Comisión Nacional del Agua confirmaron que el fenómeno meteorológico tardó casi dos horas en formarse. Poco después de las 6:00 horas entró a Acuña. Seis segundos duró por cada zona que arrasó. Lo suficiente para matar a 13 personas (10 adultos y tres menores), lesionar a más de 200 y sacudir más de 850 casas, 80 de ellas quedaron en polvo.

MADRE E HIJOS MURIERON MIENTRAS DORMÍAN 

Foto: Cuartoscuro.
El techo se vino abajo y cayó encima de la madre y de los dos niños, de seis y cuatro años. Foto: Cuartoscuro.

A una madre y sus dos hijos los sorprendió la muerte mientras dormían. Sin darse cuenta, el tornado que sacudió ayer al Fraccionamiento Santa Rosa de Acuña hizo que el techo de la casa de Alejandra Morales se viniera abajo.

Alejandra Morales, trabajadora de Recursos Humanos de una empresa de Acuña, vivía con sus dos hijos. Melanie de seis años y Jonathan de cuatro. Los niños acostumbraban jugar en la calle con sus vecinos, hasta ayer, cuando un implacable tornado devastó el sector.

“Los niños se habían ido con su papá el fin de semana y los trajo ayer [domingo] en la noche. Se durmieron con su mamá sin saber lo que pasaría, lo que son las cosas”, contó una vecina.

La fuerza del fenómeno debilitó la estructura de la casa y en un dos por tres el techo se vino abajo y cayó encima de la madre y de los dos niños, que murieron al instante de acuerdo con autoridades municipales. Enseguida los vecinos del sector se percataron de la tragedia y comenzaron a levantar la loza.

Rubén Contreras Cruz, que vive en la casa de enfrente, fue uno de los primeros en llegar al rescate. Junto con otros vecinos y personal del municipio, levantó la loza y enseguida vio los tres cuerpos ya sin vida.

“Cuando llegué lo que encontré fue que el techo se les había venido encima. Vimos que había personas adentro, levantamos la loza y ahí estaba la madre con sus dos hijos. Nunca había pasado por una situación de ese tipo, y cuando vi los cuerpos se me hizo un nudo en la garganta, me salí, no podía verlos”, narró el rescatista.

Así, dormidos, sin darse cuenta, perdieron la vida los niños y su madre, quienes aseguran que solo salía para ir a trabajar y era muy introvertida entre los colonos. Estaba separada de su esposo, quien a la hora del accidente no se encontraba en el lugar.

Sobre Melanie y Jonathan una niña, amiga de los infantes fallecidos, contó: “Yo a veces jugaba con ellos, eran buenos niños”.

“El esposo de la señora llegó de rato porque no estaba en ese momento, andaba trabajando o venía de trabajar y cuando llegó encontró la noticia de que se había quedado sin su familia. El señor estaba totalmente devastado. Aquí estuvo y luego se fue cuando ya se iban a llevar los tres cuerpos, estaba muy triste”, contó Contreras Cruz.

UN CAMIÓN CAYÓ DEL CIELO 

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Alguien le contó que tres personas venían en ese camión, las tres murieron.Foto: Cuartoscuro.

Cuando Mará de Jesús Martínez, vecina de la colonia Santa Rosa, llegó a su casa por la mañana, encontró que un camión de personal, de esos amarrillos que transportan a los obreros a las fábricas, había caído del cielo en el patio de su casa, del cielo al patio de su casa.

Alguien le contó que tres personas venían en ese camión, las tres murieron.

Las paredes y parte del techo estaba derrumbado.

“Tumbó la puerta, la ventana, yo estaba impresionada y me puse mal de los nervios, me tuvieron que checar de la presión”, relata.

En Santa Rosa el viento no dejó piedra sobre piedra, arrancó de cuajo las casas, como la de Brenda González, que vio volar el techo y las paredes.

Ella, su esposo y sus dos hijos pequeños están desde ayer en la mañana en el hospital, con heridas leves, dice Vicente González, el padre de Brenda.

La Winstar de la familia quedó destrozada, como si fuera de plastilina.

También en la Santa Rosa el viento levantó por los cielos el camión de don Refugio García Pérez, que pesaba cuatro toneladas 400 kilos. Él todavía no lo entiende.

Lo encontró hecho garras 14 casas más adelante y lo único que pudo salvar fue la imagen de la Virgen de Guadalupe, ante al cual él se santiguaba todos los días que salía de trabajar, que acababa su jornada.

“Me quedó mi virgen, fue lo único que se salvó, es mi adoración”, suelta y besa la imagen.

LLANTOS Y GRITOS DE GENTE PRENSADA

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Devastación, llantos y gritos de la gente prensada entre los escombros de las casas arrasadas. Foto: Cuartoscuro.

“Vi un camión amarillo, de esos que van a las fábricas, que iba cayendo del cielo, del cielo”, cuenta David Gaytán, un morador de la colonia Altos de Santa Teresa,

Por las colonias Altos de Santa Teresa y Santa Rosa, en Ciudad Acuña, el viento, hecho un demonio, barrió con todo, con los árboles, con los postes, con todo.

Afuera era la devastación, llantos y gritos de la gente prensada entre los escombros de las casas arrasadas y otros llamando a sus familiares perdidos.

“Allá estaba una muchachía gritando, se quedó prensada entre los bloques. Yo y unos vecinos la sacamos…”, dice Alexis López, vecino de Santa Rosa.

Todos aseguran jamás haber oído aullar al viento como esa madrugada, cuando el reloj paró a las 06:00, poco antes, poco después, no saben bien la hora.

La gente de Altos de Santa Teresa y Santa Rosa dice que estaba lloviendo, primero poquito, después bastante y fue cuando sobrevino el desastre.

“Se oyó un ruido muy feo, espantoso, y empezaron a tronar todos los vidrios”, así describe Blanca Salazar, vecina de Santa Teresa, el arribo de la catástrofe.

A su hija la azotó el viento contra la pared y cuando la familia salió a la calles para ver lo que había ocurrido ya todo estaba destrozado.

Los patios de las casas, llenos de escombros, de piedras, de techos que volaron con el viento.

El tornado se llevó hasta las canchas de la colonia Altos de Santa Teresa en unos segundos, dice la gente.

EL CIELO SE PUSO ROJO 

Foto: Cuartoscuro.
A mediodía la gente todavía andaba buscando a sus desaparecidos. Foto: Cuartoscuro.

Clareando el día la gente de Altos de Santa Teresa miró cómo sacaban del montecito los muertos que se había llevado el tornado, los obreros que habían estado esperando el camión para ir a la maquila.

A otros los levantó con todo y camión.

Las calles llenas de escombros, restos de lavadoras, de sillas, de mesas, de televisiones, tinacos, láminas y en los techos los carros, sus carros, que levantó por los aires el tornado, los levantó.

Y todo pasó en segundos, eternos segundos, seis, dicen.

La alarma antitornado que ni sonó, o sí sonó, sono pero cuando irrumpió el tornado.

De repente nomás llegó el viento y se llevó todo. El cielo se puso rojo, rojo.

“Se oía muy fuerte el golpe de las láminas de los camiones”, dice Mauro Ortiz, a él le tocó ver a una persona agonizando tirada a media calle, era un señor que después murió. “Fue un tren que pasó por encima de las colonias Altos de Santa Teresa y Santa Rosa, haga de cuenta que pasó un tren, así se oía”.

Aquí la mayoría de las casas se cuartearon, se agujeraron, los techos colgando. Dicen los vecinos que por la mala calidad de la estructura con las que las edificó el Infonavit.

“Salen bien caras y las hacen nomás así bien débiles, la placa bien delgadita, hasta se sentía como el aire movía la casa”, dice David Uribe.

A mediodía la gente todavía andaba buscando a sus desaparecidos, doña Silvia Servín, a su esposo Ernesto Guardiola, 41 años, que había salido a trabajar la víspera del tornado y ya no regresó más.

A la fábrica no había llegado, le informaron sus compañeros.

“Ahorita no ha regresado”, dice llorando la mujer.

VÍCTIMAS IDENTIFICADAS

Las 13 víctimas hasta el momento debido al tornado que devastó ayer al municipio de Ciudad Acuña, ya fueron identificadas y entre ellas se encuentran tres menores de edad, informó la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).

La dependencia dio a conocer que entre las víctimas se encuentran José Eduardo Moreno Carillo, de 36 años; Abel Contreras Márquez, de 47, un bebé de 11 meses de nombre Osvaldo; además de Abel Contreras Hernández de 18 años.

Asimismo, murieron Juan Luis Sánchez Rodríguez, de 47 años; Mayra Alejandra Almaraz García, de 28 años; el menor de dos años Jonathan y Mielany de cuatro años.

También Mario Alberto Lozano Hinojosa, de 50 años; Ricardo García Ruíz, de 44; María Lidia Pineda Aguilar, de 45; Juan Pedro Sandoval Alvarado, de 34, y Jaime Bermea Contreras, de 53 años.

El tornado que afectó la mañana del lunes al municipio fronterizo de Ciudad Acuña dejó un saldo de 13 personas muertas y 750 viviendas dañadas.

en Sinembargo al Aire

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