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Martín Moreno-Durán

26/09/2018 - 12:05 am

Mancera: el bísquet depredador

Sería, a todas luces, un delito. Un abuso de poder. Una ilegalidad.

Pues bien, el ex jefe de Gobierno de la CDMX y actual Senador por el PRD (partido que siempre despreció), Miguel Ángel Mancera, cometió ese delito cuando despachaba desde el Zócalo. Foto: Cuartoscuro

+ Negocios, abusos, desde la Jefatura de Gobierno

+ Debe ser investigado por Sheinbaum

 

Hagamos, lectores de esta columna, un ejercicio:

Supongamos que un inmueble está en litigio, que el juicio queda en estatus indefinido, y que el presidente de la República o cualquier jefe delegacional, dispusiera: “Como nadie reclama la propiedad, entonces yo me la quedo”.

Sería, a todas luces, un delito. Un abuso de poder. Una ilegalidad.

Pues bien, el ex jefe de Gobierno de la CDMX y actual Senador por el PRD (partido que siempre despreció), Miguel Ángel Mancera, cometió ese delito cuando despachaba desde el Zócalo. Abierto. Impune. Leemos:

“Uno de los predios no declarados por Mancera se localiza en la calle Melchor Ocampo 373, colonia Anzures, delegación Miguel Hidalgo. Mide 176.72 metros cuadrados y está abandonado. Los muros están grafiteados y los vidrios de las ventanas, rotos. Consuelo Mendizabal viuda de Orozco era la albacea, pero falleció, por lo que el terreno quedó en el limbo jurídico y Mancera se aprovechó de esta situación para hacerse de él”. (Revista Proceso 2184 /Raúl Monge y Sara Pantoja/ Mancera y los hermanos Serna, coleccionistas de propiedades).

¿Qué tal con el ex jefe de Gobierno, a quien le urgía el fuero senatorial para, en caso de ser investigado, protegerse de sus pillerías?

La información del semanario es indignante:

“Hasta antes de que Miguel Ángel Mancera Espinosa dejara el gobierno de la Ciudad de México, él y los hermanos Julio César y Luis Ernesto Serna Chávez poseían un patrimonio inmobiliario superior a los 130 millones de pesos, sin incluir cuentas bancarias, autos o joyas, según su declaración patrimonial de 2016, la única que hicieron pública.

Sin embargo, la cifra se queda corta, pues en la recta final de su gestión, Mancera y Luis Ernesto –quien fue su secretario particular en el gobierno de la Ciudad de México– se hicieron de más propiedades, de las que ya no rindieron cuentas; ni siquiera las registraron a sus nombres, según documentos consultados por los reporteros.

Y aunque la mitad de los bienes oficialmente reconocidos por los tres –que incluyen locales comerciales– pertenecen al exjefe de gobierno capitalino, el valor y la fastuosidad de las propiedades de Luis Ernesto supera con mucho a las de su ex patrón. Hasta 2016 el valor catastral de las de Mancera era de 43.5 millones de pesos; el de las de Luis Ernesto era de 77.9 millones.

Los hermanos Serna y Mancera labraron su patrimonio como funcionarios de la burocracia gubernamental capitalina. La mayoría de las propiedades –las del exjefe de gobierno en particular– presuntamente fueron compradas a desarrolladores inmobiliarios a quienes posteriormente incorporó a su gabinete: algunos incluso se convirtieron en sus socios”.

Y el conflicto de interés agraviante:

“Un par de ejemplos: Simón Neumann Ladenzon y Fausto Galván Escobar, El Compadre. El primero fue titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi) en los dos primeros años del sexenio mancerista y posteriormente fungió como asesor; el segundo fue coordinador general de Gestión para el Crecimiento y Desarrollo de la Ciudad, de la Secretaría de Economía, y renunció al cargo en febrero pasado, después de que el portal La Silla Rota reveló el entramado de intereses que Mancera y Neumann tejieron a su paso por el gobierno de la capital.

Mancera –quien hoy coordina la bancada del PRD en el Senado, llegó a ese cuerpo colegiado aun cuando no milita en ningún partido y fue postulado por el PAN por la circunscripción de Chiapas– amasó su fortuna inmobiliaria en menos de 12 años, primero como titular de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) y luego como jefe de gobierno de la Ciudad de México”.

Hasta aquí la información de Proceso.

Por eso, Mancera debe ser investigado.

*****

         Hijo fuera de matrimonio del señor Mancera, Miguel Ángel se apersonó de adolescente en la casa de la familia principal para reclamar sus derechos. Convivió con sus medios hermanos y fue aceptado. Con el tiempo, el hoy senador se hizo abogado

El negocio de la familia Mancera – Los Bísquets de Obregón-, tuvo algunos conflictos jurídicos, por lo cual Miguel Ángel se ofreció para solucionarlos. Como premio, fue nombrado responsable jurídico del próspero negocio de comida.

Nadie reclama que Miguel Ángel Mancera haya hecho un patrimonio trabajando para   Los Bísquets de Obregón. ¡Por supuesto que no! Es un negocio privado y como tal, quien trabaja adecuadamente, tiene todo el derecho de recibir un beneficio financiero. Pero ese no es el problema con Mancera.

Su problema, es la corrupción que lo rodeó cuando fue jefe de Gobierno.

Su problema, es su enriquecimiento inexplicable.

Su problema, es su íntima relación financiera con los hermanitos Serna – también millonarios-, y a quienes conoce desde la Secundaria.

Su problema, es el abuso de poder en el que incurrió.

Su problema, señor Mancera, es que se benefició económicamente desde el cargo más alto del gobierno capitalino.

Por eso, Mancera debe ser investigado.

*****

         Marcelo Ebrard no baja de traidor a Mancera, quien no ha desmentido haber revelado a Los Pinos que Ebrard filtró la información sobre la Casa Blanca de La Gaviota, lo que le costó el destierro a Marcelo. Mancera se la debe a su ex jefe. “Yo me enteré de los problemas de la Línea 12 por la prensa; Miguel Ángel jamás habló conmigo”, ha dicho Marcelo. Golpe bajo, sin duda. Y en política, las traiciones suelen pagarse muy caro.

Claudia Sheinbaum tiene pésima opinión de Mancera, cuya administración – afirmó a El Universal la jefa de Gobierno electa-, estuvo marcada por la corrupción. “(La corrupción) fue en todo. Se privilegió al mercado en el uso de suelo y no hubo planeación. Asumieron que la ciudad se tenía que redensificar y por lo tanto crecer, sin importar cómo ni dónde, ni a costa de qué”, advirtió.

AMLO detesta a Mancera, y eso también es pésima noticia para Míster Bísquet. Tan lo aborrece, qué durante su campaña electoral, acompañado de Ebrard en Nayarit, López Obrador prefirió buscar otro restaurante porque en el que había elegido, se encontraba comiendo Mancera. “Vámonos a otra parte. No quiero estar junto a Mancera…”, dijo AMLO en esa ocasión.

En algunos niveles, inclusive, ya se ha hablado de que el gobierno de Peña Nieto, con tal de no ser investigado, estaría dispuesto, a cambio, a entregar un grueso expediente sobre Mancera y sus pillerías.

Por su enriquecimiento inexplicable.

Por sus conflictos de interés.

Por su abuso de poder.

Por ello, Mancera debe ser investigado.

 

                  TW @_martinmoreno

                  FB / Martín Moreno

Martín Moreno-Durán
Periodista. Escritor. Conductor radiofónico. Autor de los libros: Por la mano del padre. Paulette, lo que no se dijo. Abuso del poder en México. Los demonios del sindicalismo mexicano. El Derrumbe Retrato de un México fallido. El Caso Wallace. 1/Julio/2018: Cambio Radical o Dictadura Perfecta, y de la novela Días de ira.

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