Cerca de las 11 de la noche salieron de Iguala, en su primer informe el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) dice que, “según otros testigos, el autobús no pudo salir normalmente y estuvo esperando porque la policía no los dejaba seguir por la carretera hacía Chilpancingo”.
El autobús de Los Avispones salió de la carretera y cayó a una zanja, el chofer perdió el control porque fue el primero que recibió disparos, la puerta quedó bloqueada. La zona estaba totalmente a oscuras y sólo era iluminada por las ráfagas de armas que disparaban al camión donde viajaba el equipo.
Por Lenin Ocampo Torres
Chilpancingo, Guerrero, 26 de septiembre (ElSur).– Pedro Rentería Lujano recibió dos balazos en el estómago la noche del 26 de septiembre del 2014 cuando el camión donde viajaba fue atacado por hombres armados en el crucero de Santa Teresa, a 12 kilómetros de Iguala.
Rentería era el entrenador del equipo de futbol Los Avispones de Chilpancingo. Ese día empezó la temporada oficial de la Tercera División profesional en La Cuna de la Bandera, donde ganaron el primer partido al equipo local de Iguala.
“Fue el partido inicial, ganamos 3 a 1. Antes (en Chilpancingo) presentamos al equipo, realizamos una misa en la (Catedral de la) Asunción y viajamos a Iguala. El partido era a las 8 de la noche”, platica a El Sur en una entrevista.
El partido se llevó a cabo en la Unidad Deportiva de Iguala, a las 10 de la noche los jóvenes y el cuerpo técnico, victoriosos, se disponían ir a cenar en esa ciudad.
“Llegó un muchacho que se llama Pedro Salado, fue preparador físico de Los Avispones, agradeciéndome fue a saludar después del partido, me felicitó por haberles ganado a un buen equipo siendo locales. Luego recibió una llamada”.
En la llamada le dijeron que en su colonia había una balacera, el joven le pidió al entrenador que se fueran pronto “porque están avisando que hay balacera, para que no vayan a tener problema”.
En ese momento comenzó la odisea de Los Avispones, Rentería como jefe del equipo decidió retirarse y llegar a cenar a Chilpancingo. En el camión de la empresa Castro Tours viajaban 32 pasajeros, entre directivos, cuerpo técnico y jugadores.
Cerca de las 11 de la noche salieron de Iguala, en su primer informe el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) dice que, “según otros testigos, el autobús no pudo salir normalmente y estuvo esperando porque la policía no los dejaba seguir por la carretera hacía Chilpancingo”.
“El chofer (Víctor Manuel Lugo Ortiz) había puesto una película, ya algunos queríamos recostarnos para dormir un rato por el cansancio de las actividades del día y del partido, cuando empezamos a escuchar las detonaciones y ahí fue cuando empecé a gritarle a los muchachos que eran balazos, que nos tiráramos al piso y ya todo silencio”, relató el ex director técnico entrevistado a un costado del monumento dedicado a David Josué García Evangelista, en el Polideportivo de Chilpancingo.
El ataque oficialmente está registrado a las 11 y media de la noche, según el informe del GIEI hay indicios de que policías municipales de Iguala participaron.
“El único que intervino a tener comunicación con los agresores fue Jorge León (auxiliar técnico del equipo), que les gritaba que éramos futbolistas, que no dispararan, pero en ese momento ya le habían dado un balazo al chofer en la cabeza, ya el autobús se había ido al acotamiento”.
El autobús de Los Avispones salió de la carretera y cayó a una zanja, el chofer perdió el control porque fue el primero que recibió disparos, la puerta quedó bloqueada. La zona estaba totalmente a oscuras y sólo era iluminada por las ráfagas de armas que disparaban al camión donde viajaba el equipo.
Jorge León en su intento de evitar que siguieran disparando recibió un tiro en la nariz.
“Cuando se detiene el camión nos empiezan a disparar de frente y ahí es donde me dan dos balazos y matan a El Zurdito (David Josué García Evangelista)”, rememora Rentería.
El entrenador recibió dos balazos, le atravesaron el abdomen y el hígado, aún no se explica cómo está vivo, pues por más de dos horas se desangró hasta que llegaron los primeros auxilios.
“No pensamos nada, sentimos el riesgo de perder la vida, eran demasiados balazos, nos disparaban de frente, de los lados, es desesperante ver que siguen disparando y no paran, y estar escuchando cómo pegan los impactos en los cristales y se despedazan, se sentía interminable esa situación, no sé qué tiempo duraría, pero nosotros sentíamos que no terminaba”.
Rentería comenta que los agresores dejaron de disparar y salieron corriendo hacia la carretera disparando a los automovilistas, y ellos optaron por salir del autobús para evitar que los masacraran.
“La intención era esa, antes de que dejaran de disparar y llegaran al autobús le pegaban con las culatas y querían que abriéramos las puertas, pero no se podía porque estaba atorada con la tierra, si hubieran entrado seguramente nos hubieran masacrado”.
Los Avispones buscaron la manera de salirse, después fuera del camión corrieron hacia la maleza donde permanecieron escondidos más de 2 horas hasta que llegaron las primeras autoridades.
“A mí me ayudaron mis compañeros, el doctor y mi cuerpo técnico me ayudaron a salir y nos metimos a una cerca de alambre donde había algo de monte, y allá nos fuimos a refugiar momentáneamente en lo que recibíamos atención médica”, narra el también profesor de Educación Física.
La atención médica tardó más de 2 horas, el primer reporte menciona que la ambulancia llegó al lugar a la 1:40 de la madrugada del 27 de septiembre, el crucero de Santa Teresa está a 10 minutos de la ciudad de Iguala.
“Antes de que llegara la ambulancia llegaron los federales de caminos y pensamos que nos iban a brindar ayuda, ahí fue donde salimos a la carretera, pero nos negaron el auxilio y tuvimos que esperar tirados en el acotamiento hasta que llegó la asistencia”.
Rentería marcó al presidente de la Liga de Iguala, Humberto Chong Soto, para que le mandaran ambulancia y “él fue el que les estuvo hablando”.
Pedro Rentería Lujano continúa en labores de deportista, es maestro de Educación Física egresado de la UNAM en Administración de Empresas y fue seleccionado olímpico de 1976 al 78, pero por su edad ya no pudo llegar a jugar futbol en los Juegos Olímpicos de Moscú en 1980. Los disparos que recibió le dejaron secuelas en su salud, sufre crisis debido al mal funcionamiento de su hígado y riñón, se le “acumula mucho ácido úrico al grado de no poder dormir del dolor”.
El dolor de todo lo vivido no le impide contar lo sucedido, mencionó que el chofer recibió el balazo atrás de la oreja, “le quedó incrustado en el cerebro, se le auxilió para sacarlo del autobús, vivió y se le llevó al hospital donde murió”.
De El Zurdito dijo que “murió instantáneamente, un buen jugador que lamentablemente se nos fue”.
Rentería es de estatura media, en su cuerpo se nota que toda la vida se ha dedicado al deporte, siempre viste pants y playera deportiva, después del ataque jamás pensó en salir del estado, “mucho menos, me dio miedo” y cree que si algo lo mantuvo vivo fue “la fortaleza que me ha dejado el ejercicio”, ya que tras 2 horas desangrándose no se desmayó.
“Trato de sobreponerme, trato de ser fuerte para vivir mi vida, no depender de esa situación, si no seguir trabajando como licenciado en Educación Física, dar el sustento a mi familia y el sustento también al servidor, siempre falta, pero con que tengamos siempre de comer no hay problema”, reflexiona.
El equipo de Los Avispones se fundó en 1988 con la ayuda del extinto Gobernador Alejandro Cervantes Delgado, y desde ese año se encuentra en la Tercera División nacional. Actualmente el equipo peligraba para ser inscrito en la actual temporada de futbol profesional debido a la falta de dinero.
“Las autoridades desean que se olvide (el equipo), no lo olvidarán nunca, ni nosotros, el equipo es ya un referente por los años que tiene compitiendo a nivel nacional, es conocido, y luego por este caso (Ayotzinapa) es conocido a nivel internacional, si no hubiera sucedido eso seguiríamos siendo un equipo más que está participando en la Tercera División, entonces yo digo que no se puede olvidar, definitivamente”.
Al final Rentería Lujano tiene la conclusión de que a los 43 estudiantes desaparecidos de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa los mataron, debido a la ferocidad con la que el grupo criminal “Guerreros Unidos” atacó a los jóvenes deportistas.
“No creo que se resuelva, yo percibo lo siguiente y mi respuesta es que esos muchachos están muertos, ¿por qué llegó a esa conclusión? Al atacarnos a nosotros que no teníamos ninguna culpa, que nos confundieron, no nos atacaron para asustarnos, nos atacaron para matarnos, entonces a los muchachos que andan en esos desmanes, ¿tú crees que los iban a asustar nada más? Para mí que los masacraron, los mataron”.