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Antonio María Calera-Grobet

28/01/2024 - 12:05 am

Entrevista a Isaac Fonseca

La siguiente entrevista con el matador Isaac Fonseca fue realizada en dos partes a través de una videollamada, yo en México y él en España. Sus puntos de vista acerca de la tauromaquia, del trabajo y de la propia vida son una luz que alumbra muchísimo y que me parece una lectura indispensable.

El torero Isaac Fonseca. Foto: Cortesía

ISAAC: Hola, hola

ACG: Maestro, no sabes tú cuanta alegría me da verte acá en tu casa, muy agradecido con Jacobo y contigo por esta atención, en verdad que la aquilato y aprecio mucho porque no es muy dado que esta atención tan cálida se dé así de   manera inmediata y tan fraternal.

FONSECA: De nada, un placer muchas gracias por interesarse.

ACG: Mira, tus credenciales las conocemos ya, pero tú no las mías, ahora déjame dártelas, yo soy periodista y asesor de la sección de cultura del periódico Reforma. He ejercido el periodismo desde el año 2000, me dedico a hacer novelas y poesía, tengo 15 libros publicados. Yo me imagino que tú después con tiempo, cuando esto sea importante, podrás ver más sobre lo que yo vengo desempeñando.

La intención de esta plática, matador, maestro, es irnos por la parte un tanto más de fondo que hablar de cosas específicas ¿me explico? Ya lo iremos deshebrando tú y yo.

FONSECA: Perfecto.

ACG: Yo quisiera empezar como se debe, desde el origen, decía Marcel Duchamp, un artista de principios del siglo XX, que nadie nace de la nada, sino que nace al principio de un padre y una madre. Tú has hablado mucho de tu abuelo y de tu abuela. aquél recuerdo que tú tienes de siete años toreando una vaquilla; ¿Cómo fue ese primer contacto con el toro, como se da?

FONSECA: Perfecto. A ver tengo unas preguntas, ¿esto usted lo está grabando por audio? ¿O usted lo va registrando en su cabeza? ¿O cómo es? Porque yo me puedo agarrar platicando, pero no sé.

ACG: Se está grabando por audio, tengo yo dos equipos para asegurarlo y yo lo que le decía a Jacobo, con el cual estoy muy agradecido, ya hablaremos después de él y su relación contigo, es que la idea es transcribirla, ponerla en papel en letra y yo mandárselas para que ustedes estén contentos con ella, puedan aumentar lo que quieran y con mucho gusto lo sumamos, Lo importante es que esto comunique algo.

FONSECA: Perfecto, muy bien.

¿Cuál es mi primer encuentro taurino o con una ganadería o el que más tengo presente? Pues sin duda ha sido ese, esa primera vez que fui con mi abuelo a una ganadería donde toreé por primera vez. Si quiere le cuento por los días antes porque los viví de manera muy intensa, ahora que pasa el tiempo echo la vista atrás y me pongo como si me estuviera viendo a mí mismo de pequeño, todo lo que viví esos días.

Mi abuelo me mandó a hacer una calzona de torero y para mí írmela a hacer fue tremendamente maravilloso y especial porque pues era algo desconocido para mí. Hubo una charla que tuvimos con el sastre que me dejó marcado también, porque al llegar él como que me vio un poco… no sé si decaído en el ámbito taurino, pero dijo algo así como que la fiesta se iba a acabar, como que ya todo esto se venía abajo. Y siento yo que cuando somos niños pues somos un poco más vulnerables a ciertos comentarios o acciones que te quedan marcados toda la vida, entonces ese comentario me marcó mucho y me pregunté “Rayos, ¿por qué sigo aquí si esto se va a acabar?” Tan fuerte así. Total, pues con ese sastré mandé a hacer mi calzona.

Un día antes estaba maravillado por ir al campo, recuerdo que esa noche dormí con una tía, yo pequeñito, de siete años. En su casa me desperté muy temprano y  con toda la actitud, cuando íbamos a la ganadería vi los animales a lo lejos, fue maravilloso, fue algo nuevo para mí y cuando salió la becerra mi abuelo la paró y me dijo” “¿a dónde vas tú?” Recuerdo que salté al ruedo y me puse ahí con él y no tuve nada de miedo, al contrario; fue como si se parara el tiempo, viniera la vaca y la viera pasar, una vez y otra vez. Y sólo dos muletazos bastaron para que cuando yo volví a subir a mi lugar me sentía como el niño más poderoso del mundo. Cuando estábamos comiendo me sentía como esas veces que estás en la comida familiar con las chelas y te crece el power, el todo. Me sentía el niño más poderoso del mundo porque había sido capaz de ponerme delante sin sentir miedo. Es el recuerdo más fuerte que tengo de mi primer contacto con un animal bravo.

ACG: Bien, una hermosa historia, te lo agradezco.

Quiero ver en ese detalle de tu abuelo de detener a la res para dártela como un obsequio, de los más grandes tesoros que uno puede tener por su consanguinidad por la familia tú has sido muy dador en las palabras con respecto a tu abuelo, a tu abuela. Quiero pensar que esa educación sentimental que tú tuviste también te arropó, es decir, sí hay una calzona que se manda a hacer, pero también un respaldo absolutamente dador, contra toda prueba. Recuerdo esta llamada que también te hace tu abuelo y que relatas en un programa para la televisión española. Es muy importante para mí escudriñar en esta génesis por qué se da el fenómeno de Fonseca y creo que tiene que ver con esa especie de burbuja protectora que te puede dar el aliento que te propulsa.

FONSECA: Sí, pues bueno, hace unos meses tuve la fortuna de conocer a alguien en mi vida que mentalmente me ha ayudado mucho y en ese momento me ayudó a ordenar muchas cosas en mi mente y también me hizo ver un poco mis objetivos de verdad, o el concepto, el fondo o por qué yo estoy en el mundo del toro y fue muy bonito, porque yo por dentro lo sabía, por qué quiero ser torero, pero no tenía las palabras claves para decir “es por esto”.

También se entrelaza un poco lo que le decía, que de niño somos muy vulnerables a todo lo que nos sucede. Mis padres y yo vivíamos en casa de mi abuelo en Morelia, se separaron y hubo un tiempo en que yo me voy con mi padre, no me sentía a gusto; fue mediante abogados, no me quería ir. Vuelvo después a casa de mi mamá, vuelven mis hermanos poco a poco porque no se sentían a gusto y vimos tantas cosas que para un niño no son lo más apto, entonces la figura de madre de mi abuela y de padre de mi abuelo pues creo yo que fueron vitales para mí en mi niñez porque cubrieron ese rol de familia.

Yo también creo que soy un ser humano con un aprecio a los suyos pues me quedó grabado eso del amor, de ser agradecido. Vivimos algunas cosas en casa que lo hacen pensar a uno “yo de grande no quiero vivir esto” o “quiero dar lo mejor” y no es que hayan sido cosas malas, para nada, pero sí que hubo algunas carencias, u otras que se pueden vivir mejor porque las veía yo en otro entorno.

Entonces, en el toreo aparte de que es una actividad que personalmente me llena y pienso que eso es algo indispensable, siento también que encontré la actividad en la que puedo dar lo mejor a mi familia. Tengo muy arraigado el concepto de estar aquí por ellos porque es lo que creo que sé hacer, en lo que creo que puedo funcionar y es por eso que le echo muchas ganas a conseguir dinero para conseguir tantas cosas y darles lo mejor.

Regreso un poco a la persona que le decía yo que me hizo encontrar las palabras adecuadas a esto mío a que, como mi propósito a corto o mediano plazo, es ese, mi familia.

ACG: Bien, sabiendo que es el núcleo de la sociedad misma que ahí se da la semilla para crear una patria incluso, mira es este quizá también comprensible que nosotros mientras vamos creciendo mientras ya no somos esos niños a los que tú te referías, de pronto nos diera esa cosa como amnesia y no recordar con precisión muchos pasajes de nuestra vida. Si bien ese tatuaje del sastre fue emblemático para ti, yo quisiera que tú me comentaras ahora, después de que ya se sembró ese primer contacto con la bestia, cuando tú diste esos capotazos y te sentiste en éxtasis ¿que es lo que pasó, tú recuerdas que pasó para después encaminarte ya con seriedad al mundo del toro? ¿Cuál es el viacrucis de un torero cuando quiere ya meterse de fondo ahí? El paso a novillero, por ejemplo.

FONSECA: Pues es un proceso un poco largo el que yo tuve, porque si no mal recuerdo este primer acercamiento fue como a los 7 años y yo cuando ingresé a la escuela taurina dbo haber tenido unos 9, 10 años más o menos, ingreso si no me equivoco, en 2009. Entonces en ese lapso no recuerdo bien lo que pasó, bien lo comenta usted. Lo que si recuerdo es que obviamente yo veía entrenar a mi abuelo y con base en lo que él me decía y demás es que yo le digo que quiero hacer lo que él hace.

Él busca entonces primeramente a un maestro que fue novillero de joven que se llama Héctor Berber, “El Árabe”. Fui con él como cinco días y en un destino de la vida, en una ocasión muy especial que nos encontramos con Jacobo en una esquina de Morelia y fue como de película, “matador”, se gritaron de un lado a otro. Le contó que estaba manejando una escuela taurina y a los pocos días voy con él y desde ahí estoy con él.

Al principio, cuando di ese paso a la escuela de Jacobo, lo hacía como alguien más, que quiere jugar futbol o a lo que sea, no por el hecho de decir “quiero ser torero” o “quiero yo ganar”, porque yo ni en cuenta de que se podía ganar dinero o de todo lo que hay en esta industria, entonces yo nada más iba por aprender por curiosear. Cuando yo llegué el primer recuerdo que tengo es llegar al patio de cuadrillas y ver a lo lejos alumnos vestidos de rojo y que están jugando al toro, entonces me quedé impresionado porque dije “¡Ah, hay más niños de mi edad jugando a esto!” Entonces ya fue cuando ingresé.

Vas avanzando vas poniéndote con becerras (que igualmente ahí tengo para charlar millones de horas) pero fue un poco a poco. Había becerras que yo no quería salir porque tenía mucho miedo y es algo que Jacobo cuidaba muy bien, el no obligar a torear. Porque volvemos a lo mismo: de niño, si te obligan, puede ser un trauma y no volverlo a hacer nunca. Entonces si yo le decía a Jacobo que no quería él me respetaba, cuando yo quería iba para adelante.

Total que es un proceso en el comienzas toreando becerros, luego a medida que iba avanzando ya debuté como novillero sin caballos en el 2017 y ahí ya se empieza a notar un poco la profesionalidad de decir “Esto ya no es un juego”, y ya dedicar mayor porcentaje de tu día al mundo del toro, porque yo iba a la escuela, entonces tenía que cumplir con mis estudios, pero en mi casa ya sabían que yo quería ser torero por la ilusión mía a medida que iba avanzando y demás, el momento decisivo fue cuando terminé la preparatoria, que fue elegir si seguía una carrera o el mundo del toro, yo escogí al mundo del toro entonces ahí fue cuando hubo que decidir.

ACG: Yo recuerdo una entrevista que te hizo la Fundación Toro de Lidia en España, cuando tú eres preguntado sobre el haber pasado miedo, no recuerdo si fue ese programa u otro y tú decías que sí por supuesto que lo piensas, tampoco lo quieres atraer, pero lo que paso en Chenel también creo que fue un parteaguas de lo que tú estás diciendo. Darse cuenta de que, intentando usar tus palabras, una cosa es torear vaquillas, otra es torear novillos cuando tú decías a lo mejor por ahí tendré miedo a una fractura algo así, pero ya cuando tú ves al toro, ahí puede pasar algo grave, yo creo que ahí pudo haberse dado ya una especie de revelación de que el camino que tú decidiste era un camino absolutamente bien tomado, por lo que vemos, pero también con toda la seriedad, ya era una magnitud incontrolable un contrato digamos hecho por tu vida, seguramente también pese al dolor que se sufrió en ese momento también te dejó mucha sabiduría , pienso yo.

FONSECA: En este tema de las cornadas y demás, en primera yo creo que es un poco el ser capaz de sobresalir, el ser capaz de ponerte delante de un toro son muchas cosas. Lo podría resumir en tu entorno directo, en este caso Jacobo, que te hagan ver y decir “El toreo es así, pueden pasar cornadas, pero es lo que hay”. Uno se tiene que quedar quieto y demás. Otra cosa es los ejemplos que tú ves, toreros como José Tomás, como Roca Rey otros grandes como David Silveti, José Miguel Arroyo, Joselito, que tú ves que les pegaron una cornada y siguieron toreando, le pegaron tres cornadas a José Tomás y siguió toreando.

Es importante esa mentalidad de saber que aunque no tengas un brazo, pues te defiendes con el otro; cuando no tengas los dos una patada; no tienes los pies muerdes. Tú ya vas viendo esas historias y ocurre una de dos cosas: o te sientes arriba y dices “Yo también puedo” o decides que esto no es lo tuyo. Entonces si tú decides que tú también puedes, ves que ellos crean en la gente esto que estoy sintiendo, yo quiero que también mi ejemplo cree eso en otras personas. Se vuelve una cosa de mentalidad: lo que tú ves en otros ejemplos, el espíritu que uno tenga.

También porque quieres las cosas. En este caso, lo que mencioné antes: mi familia, mi futuro. ¿Y cómo lo voy a conseguir? pues siendo capaz de quedarme quieto y demás. Son entonces tres las cosas fundamentales que te ayudan a entender que uno tiene que quedarse quieto y que las cornadas son parte de este proceso. Estas tres cosas te ayudan a superarte, pero es el precio que hay que pagar, las cornadas. Cuando uno ya va mentalizado de esa manera entonces ya es mucho más probable que sigas adelante.

Sí que de momento he tenido cornadas, ésta última ha sido pues la más fuerte en muchos sentidos, pero no he tenido una que me parta la voluntad y que me haga quizá decir “Esto no es lo mío”. Y espero que no sea así y que no llegue.

ACG: Bueno y llegó a manera de un shock, tú relatas que no recuerdas absolutamente nada después de ese tumbo y verte parado ahí y darle la cara al toro fue una experiencia casi de una resurrección. Yo lo quiero ver así: como una suerte de revolución de tu espíritu y de tu vocación torera y lo que se logra ahí ya se convierte en algo que me recuerda, ahora que tú mencionas al rey, a David Silveti, lo que él decía sobre la épica, la poética y la dramática. Es decir, es una gesta heroica. Quiero yo hacer referencia, te digo que yo no quisiera hacer ahorita un relato de lo específico por ejemplo hablar del camino a Las Ventas de Madrid o hablar de Chenel que es algo que ya conocemos por la prensa, sino intentar entablar otro tipo de conversación. En la música callada del toreo José Benjamín, que era un poeta español, decía que había toros que pasaban y toros que embestían y yo siento que una de las cosas que nos da el toro al mundo es hacer del toro una metáfora de la vida, lo sabemos, hay sol y sombra, hay peligro de muerte pero también un éxtasis de vida. Entonces yo también pienso que hay seres humanos que pasan y seres humanos que embisten. Yo, por supuesto, como tantos otros mexicanos que vemos una vibración absolutamente genuina en ti, pensamos que por supuesto tú perteneces a los seres humanos que van por la vida embistiendo con una radicalidad pocas veces vista. Yo creo que también de eso tú te has dado cuenta: te dan una recepción tan hermosa en el mundo mexicano y por supuesto en el español, que ya conoces con amplitud. ¿Es eso cierto? ¿Tú crees que hay que tomar decisiones de si vas a ir a un lugar hacerlo bien y si no, no?

Es como lo que tú decides con tu prepa, cuando tú llegas a la prepa y te preguntas si vas a ser un estudiante más o seguirás con lo que tú quieres. No estoy hablando de la gente que no tiene capacidad de embestir porque simplemente no está en sus circunstancias y yo no creo que sea mejor un doctor en filosofía que un albañil o un zapatero, no estoy hablando de eso. Estoy hablando de la convicción profunda que se debe tener para embestir en la vida y no solamente pasar. Tú has decidido embestir.

FONSECA: Sí, es bonito y ahora lo confirmo mucho más, que hay muchísimos jóvenes que no saben qué hacer con sus vidas, o que muchas veces el sistema o la vida misma en cuanto a sus carreras, sus puntajes y demás, te vaya determinando. ¿Cómo es posible que si tú no quieres ser algo pero por la calificación que sacaste debes de ser eso? Qué cosa más triste, ¿no? Que termines diciendo pues debí haber estudiado mucho más. Es algo ahí que es muy difícil de decir, pero vuelvo a eso. Yo tuve la fortuna de tener muy claro que quería ser torero, pero como todo, claro que tenía dudas, pensaba: “¿Y si no llego a funcionar?, ¿Por qué no sigo estudiando?” Tener un plan B. Todos decían “Sé torero pero también ten un plan B porque pues uno nunca sabe”, otros decían que estudiara algo más por cultura, por nutrirme. Entonces me preguntaba a quién hacerle caso.

En esto obviamente Jacobo siempre me ha guiado de la mejor manera y tuve claro el decidir que quiero ser torero pero obviamente en el camino, todavía recientemente, ha habido momentos en los que pensaba muchas cosas. En aquél momento, cuando no había nada que torear, yo entrenaba un montón, tenía que pedir dinero para los camiones y me preguntaba si seguir o no. Tampoco pensaba en trabajar, porque yo tenía muy claro que si no era eso tenía que estudiar. Esos pensamientos iban y venían, pero pues si tuve la fortuna de decir “No, hay que seguir adelante con ser torero”.

ACG: Si tú me lo permites quisiera referirme yo a la figura entonces que toman los Jacobos, los cargos que tenemos suerte algunos de tener en la vida para darnos un espaldarazo, aunque yo entiendo que la decisión le pertenezca solamente a uno y ahí está también la valentía de embestir, hubo un momento en alguna calle donde tú caminabas, bañándote, tomando un café, donde tú de pronto te das cuenta  que no hay marcha atrás y que es lo que tú quieres hacer pero por supuesto que esta siempre uno arropado, cuando tienes suerte en la vida, por otros seres humanos que han probado su fraternidad, su ternura, su cariño.

Y yo creo que lo único que va a salvar a la humanidad de este apocalipsis raro que estamos viviendo (donde ya los valores, las ciencias sociales, las humanidades están siempre fuera de las universidades, por ejemplo) es la ternura y el amor. Eso es lo que nos va a salvar y entonces yo siento que ahí es donde la idea de la comunión, la infantería, el grupo, toma una dimensión radical. ¿Quieres referirte a ellos?

FONSECA: Jacobo ha estado en ese momento de la vida donde uno es como una esponja, entonces él me ha guiado con el ejemplo mismo de sus acciones de sus virtudes, de sus valores y yo pues solamente lo ha seguido

En este caso pues el maestro Carlos llegó en un momento de mi vida en que yo pues ya con las experiencias vividas de Jacobo y demás pues caí de pie aquí en España en ese sentido.

Y yo creo, estoy convencido y agradezco a Dios porque siempre he dicho que conozco a la gente que está en mi vida por algo, siempre ha sido para bien, no sé, tengo el privilegio y la bendición que siempre ha sido así.

Entonces fue llegar con el maestro Carlos como con un, si nos basamos en un equipo como el Fonseca como que está la parte de Jacobo que es mas pensante, más enfocada a valoras y a analizar cosas, y está la parte de Carlos, que es más seriedad, precisión. Jacobo, corazón; el maestro, dureza. Entonces es como una balanza de equilibrio de decir el equipo Fonseca está nutrido de un organismo estable, entonces  pues han sido pilares fundamentales en mi vida y yo creo que han aportado mucho a mí y estoy convencido de que por algo estamos juntos.

ACG: Si claro, aunque ahora recuerdo yo una frase que dice que la suerte es el momento donde el trabajo y la oportunidad se reúnen. Este equipo Fonseca por supuesto que no pudo haber sucedido sin tu empeño, sin tu trabajo. Aparte también es trabajo que yo considero de una gran autenticidad, de una gran transparencia. Es muy claro y creo que también por eso es que la vibración que se siente cuando tú de pronto tienes esta recepción tan mayúscula en ambos territorios pero también por supuesto en Francia, es lo que se aquilata lo que se está viendo, que si bien nosotros no estamos dejando de ver otros valores de la tauromaquia mexicana pues todos los baluartes son importantes, tú siempre has sido muy dador en tus concepciones sobre que hay que impulsar a la tauromaquia mexicana.

Yo tengo que decir, cosa que tú no dirás por tu humildad, que en ti se ve algo que no siempre se ve. Para un programa también en España de juegos de palabras te decían que a ti qué te caracterizaba y tu dijiste “soy noble”. La nobleza del toro (otra vez ligando ambos mundos, el mundo de la tauromaquia pero también el mundo de la civilización humana) siempre ha malentendido esa palabra: La nobleza de un toro no significa que sea un toro manso y la palabra humillación en el toro significa otra cosa. Creo que esa es una virtud que tú también tienes como persona una ligazón se logró rápidamente contigo por tus mensajes por la forma en que se expresan, y aparte por supuesto también la entrega a tu toreo,

No creo que sea habitual o no reciente en la tauromaquia mexicana la cantidad de niños que te siguen, la cantidad de gente que está siempre al lado de ti, no solamente es ir a Pamplona que fue una cosa de orgullo. Mira, para mí, la patria son mis amigos, ya cada quien entenderá por patria lo que quiera, para ti será Morelia o ahora ya también España, tanto que tú quieres a tu tierra, siempre lo has dicho y es conmovedor cómo te expresas de tu tierra. Pero en verdad siento que lo que está sucediendo es de un orgullo que se asemeja a eso patriótico que enaltece por mucho, no solamente lo que tiene que ver con el toro sino de la capacidad humana, de lo que puede hacer el amor, a tu profesión o a la vida.

FONSECA:  Antes que nada, muchas gracias. Sé lo que pienso de todo esto que está diciendo, mucha gente me lo dice y esas palabras pues al fin y al cabo bien que las puedo decir yo también, pero creo yo que no sería lo conveniente de mi parte. Pero es bonito que toda la gente vea esa parte, y aquí lo más bonito es lo que yo siento, lo que me nace o sea lo que yo soy.

Obviamente uno va madurando, va viendo otras cosas y demás, pero lo importante es no perder la esencia de lo que uno es. De mi tierra Morelia, de México. A mí me encanta presumir de mis raíces porque pues es donde yo nací, donde me siento muy bien. Yo creo que volvemos a lo mismo, el tema de los niños: el hecho de jugar con mis hermanos, de ver la bandera, de cada lunes rendirle honores a nuestra bandera, pues te hace eso tenerlo en ti y en este caso a mí sí que me llena de orgullo y cierro con que es lo que yo siento.

ACG: Ya para terminar, para no quitarte tu tiempo quisiera que tú nos platicaras hace apenas unos días, el 7 de agosto según yo recuerdo, firmada en Colmenar el Viejo,  subes a tus redes una carta y en esa carta tú analizas y también propones que nos enteremos de lo que tú piensas de lo que te ha pasado. Esa publicación solamente me lleva a pensar que aquí hay también una definición de la ligazón que hay entre el artista el torero y el público y creo que lo haces muy bien. ¿Tú piensas que tú lo puedes continuar, te gustaría tener esa escritura sin medios ointermediarios sino tú solo? ¿Te gusta, lo quieres aumentar?

FONSECA: Sí, me gusta todo ello y sobre todo esto cae muy bien de cara al entorno de los aficionados es un poco parecido a lo que hemos tratado de hacer con las tertulias, las reuniones con los aficionados, pues es casi lo mismo, pero en palabras escritas. Y claro que me gustaría verlo, me gustaría seguir de frente con ellos, pero sé que también llegará un momento (y ojalá llegue porque sería una buena señal) en que yo esté tan saturado de trabajo en que quizá tenga que ceder a algo masivo.

Cuando regresábamos para España Jacobo me preguntaba si me había agradado, si me gustaría que todo siguiera así en la temporada que sigue en México, y le dije “Sí, me gustaría, pero quizás me gustaría ya que fuera más grande todavía”. Ponía yo el ejemplo de que en vez de un solo día ir a cinco peñas, pues que las cinco peñas se junten y que sea más masivo.

Entonces claro que me llama la atención esa comunicación, pero me gustaría crecerla más y más. Y sé que todo llega y que va a llegar el momento en que esté saturado todo ello.

ACG: ¿Tú qué piensas de tu recepción en la Asociación de Matadores de Toros hace poco tiempo, cuando tú ves ahí a trescientas personas y te reciben coreando “torero, torero”? Creo que fue un acto de generosidad, dándote a ti todo lo que nos has dado de regreso. Me imagino que para ti debe haber sido muy motivante, un buen empujón.

FONSECA: Sí, fue maravilloso. Obviamente esto ya lo hablo a toro pasado, en el momento fue una gran alegría, y ahora que lo analizo pienso que alimenta el alma, de cara a esta temporada española, de cara a llenar ese tanque de actitud, de sensación de triunfo. Y volvemos a lo que mencionábamos acerca de ver a esos toreros que recibieron cornadas, y pensar en que quiero producir eso mismo que sentí en otras personas. Acá es igual, ver la admiración de todas estas personas se siente increíble. Cuando oí esos gritos fue como una confirmación de que lo estoy logrando, de que la afición siente esa admiración y respeto hacia Isaac Fonseca. Fue un alimento para el alma y el espíritu y sobre todo crear esa responsabilidad con la afición, saber que quiere que siga.

Y aunque tal vez no me corresponde a mí decirlo, lo digo humildemente: la afición está acostumbrada a siempre ver entrega de parte de Isaac Fonseca, de orejas, de rabos, pero saber también que esa costumbre debe ser todos los días, que cuando no pasa me pregunto qué ocurrió. Entonces, claro que da alegría, pero también un compromiso con el público y saber que si quiero mantener esa ilusión debo llenar ese tanque también de todas las personas.

 

ACG: Bueno, ha sido tantas veces ya. Tan solo en esta temporada hablamos de sesenta y dos orejas en plazas de 2 continentes y 5 rabos, en Texcoco, Alpedrete, Lumbrales, Tlaxcala y Pachuca. Ovaciones y vuelta a la plaza en tantas otras incontables, más de 33 corridas. Has tenido una temporada que muchos envidiarían por la calidad enorme que has demostrado. De una finura excepcional.

Yo no quisiera dejarte ir sin hablar de esto, Hace unos meses se hizo una gran caminata hacia el Zócalo, con todos los taurinos y otros gremios. Yo fui parte de eso. Estaban también el Payo, Fermín, José Mauricio, toda la gente de Tauromaquia Mexicana, intentando, como tantos otros que lo queremos en el país, que se la concepción del toro como un patrimonio cultural vivo de la humanidad. Y tú siempre has dicho que quieres impulsar la tauromaquia. Yo tengo la impresión de que esto es una cosa que no tiene lógica, no hay ningún sustento, pero haciendo eco de otros periodistas, de otros agentes directos de la tauromaquia, siento que nos estamos dando cuenta de que el universo taurino debió haberse agrupado un tanto mejor.

He escuchado en algunas peñas que regresamos a reconocer que tenemos que estar más unidos, que en los momentos que tenemos nosotros para hacer una réplica, siempre de manera educada y por los medios legales que se requieran, a las críticas, es un llamado de alerta a que entonces lo que dijo el sastre podría convertirse en realidad.

Creo que no se afectó gravemente la salud de la tauromaquia en México porque como tú te diste cuenta, hubo una diáspora, una salida a la provincia y el toro se animó mucho en otras regiones, tuvo que agruparse y tal vez en un principio no se logró con la mejor de las suertes, pero se hizo con toda fe, con toda nobleza, y creo que tampoco se trata de que el toro esté aniquilado por completo en la ciudad. Arroyo puede dar corridas o La Florecita, pero qué piensas al respecto de la situación en la que estamos, ¿cuál crees tú que sea esa salida?

FONSECA: Yo creo que se escuchan muchas cosas, acerca de si alguna persona está causando esta situación, o si es porque el juez es de teorías muy animalistas y trae una venda en los ojos. Se escuchan tantas cosas que uno no sabe cuál será. Lo que más veo yo es que hay dos jueces que son antitaurinos y uno que es taurino y que está mediando la situación y están aplazando para intentar que no llegue a su fin.

¿Qué opino de esta situación? Pues hay veces en las que pienso que no es posible que estén dando otros espectáculos en La México y toros no, hay quien me dice que ya hace tiempo que los daban, pero yo que recuerde hace tiempo había algunos, pero no con la frecuencia y la difusión que se le da ahora, entonces eso me crea aún más dudas. No sé si entonces las pararon por otra cosa, no digo que sea la verdad ni estoy haciendo ningún tipo de teoría, solo digo lo que he escuchado.

Otra de las cosas que usted mencionaba y con la que estoy muy de acuerdo acerca de estar unidos, es verdad, debemos dejar de lado lo provisional y estar unidos para hacer algo, pero el problema está en cómo estarlo. Más que hablar debe ser actuar, debemos poner manos todos a la obra y hacer cosas. Mientras eso no llegue, pues desde nuestras trincheras, por chicas que sean, y en mi caso es el hecho de ir con los aficionados, de ir a estas actividades.

Como lo dije en las reuniones, ¿Por qué se ataca más en Tlaxcala y Aguascalientes? Porque ahí está viva la tauromaquia, entonces si yo desde mi trinchera voy a Guadalajara o a Morelia, seguimos como profesionales esa chispita. Vamos a hacer que vayan más taurinos y que tengan un propósito, que se vean respaldados al seguir a un torero, porque si no tienen ese respaldo pues claro que todo se va a desmoronar. Pero al taurino lo respalda esa ilusión, el taurino tiene más motivación para no dejar de ir. Son muchas nubes en el aire que yo pienso, en resumen, que cada uno de nosotros, como profesionales taurinos, debe hacer algo, y pronto. Y quizá no legalmente porque de eso hay gente ya encargándose, gracias a Dios, sino en el aspecto del boca a boca, de los aficionados, de la frontera con la sociedad que no es taurina. En España ha sido bonito, llegué a Las Ventas. El otro día en mi tierra, en Morelia, estuve con el gobernador, con el presidente municipal, y ya sacaron un video mío en la secretaría de turismo. Uno va haciendo cosas más allá de la tauromaquia que va blindando de manera invisible a la tradición. Yo creo que más allá de encerrarnos tan solo en el toreo, debemos actuar.

ACG: Claro, quisiera recordar que en la cultura mexicana, en los años cuarenta o cincuenta, los fines de semana la familia que tanto quieres tuvo a bien tener el ocio de los toros, de la lucha, del futbol, del box. Y todo se llenaba. Éramos una nación con más posibilidades de divertirse y creo que ese es un derecho que no debemos dejar que nos arranquen.

FONSECA: Claro, también sería interesante ver eso. Se ataca mucho a la tauromaquia, se dice que la gente ya no va a la plaza, y yo sobre lo que sigue soy ignorante, pero creo que por ejemplo en conciertos de música clásica tampoco es que eso esté a reventar. En las luchas tampoco es que se llenen. Creo que la sociedad ha ido avanzando, tenemos más aparatos electrónicos. Es más fácil quedarte viendo una película en lugar de pagar 1200 pesos en la barrera por una corrida cuyo cartel no te llama tanto la atención o un partido del Tangamandapio contra el Atlético San Pancho, mejor te quedas en casa. Antes pues claro que la gente iba más a los toros, a las luchas, a los conciertos. Todo eso ha cambiado, y nosotros como taurinos o toreros debemos crear nivel para que la sociedad diga pago la entrada para ir a ver los toros, porque debemos hacerlo atractivo. Eso también debemos pensarlo, ¿por qué hay conciertos por los que la gente paga mucho dinero en secciones VIP y se llenan completos? Pues porque es atractivo. Hay que buscar la manera de que los toros también lo sean. Y ahí llegamos a un problema grande. A veces no hay profesionalidad, vamos a un espectáculo y si no hay profesionalidad, uno se pregunta qué cosa fue a ver. Imagínese que sea la primera vez que alguien va a los toros, claro que no vuelve a ir ni muerto, ni aunque le regalen el boleto. Entonces si no ofrecemos un espectáculo digno, profesional, ¿cómo vamos a levantar esto?

¿Por qué cuando hay grandes figuras la plaza sí se llena? Porque se ve otro nivel, porque se ven otras cosas que no se ven siempre, es como ir a un Real Madrid vs. Barcelona, y todos debemos ahí nuestro granito de arena, hasta en eso.

ACG:  Mira, yo quedo muy conmovido y te agradezco profundamente y buscaré por todos los medios hacer que esta conversación se publique. Esto sale desde mi cabeza y con tu corazón, porque no se hace más que desde el amor y también es un granito. Yo siento que lo que muchos aprendemos de ti es a estar vivos, y te lo agradezco en el alma. Te abrazo y también a Jacobo, estoy muy agradecido en verdad.

FONSECA: Al contrario, muchísimas gracias, en verdad ha sido un placer. Y no se preocupe, va a ser un gusto poder conversar más y profundizar cualquier tema que haga falta, tenemos mucho qué hablar todavía acerca de tantas cosas en este mundo taurino.

ACG: Claro, siempre hay mucho en qué ahondar y temas que podemos nutrir de una manera aún más completa. Ojalá coincidamos en Morelia este 17 de febrero.

FONSECA: Será un placer, ojalá que antes.

Tras tener esta conversación, me gustaría agradecer la gentileza de Jacobo y del matador Fonseca para realizar este ejercicio tan fraterno. Esto solamente comprueba el poder lo que la tauromaquia tiene entre manos y todo lo que puede mover. Hago esto desde mi cabeza y con el corazón de ellos. Lo atesoro enormemente. Siento esperanza de que la belleza que esta idea de mundo irradia sea de lo mejor que he visto en la cultura mexicana en las últimas décadas. Ahí queda para la historia este gesto de amabilidad.

Antonio María Calera-Grobet
(México, 1973). Escritor, editor y promotor cultural. Colaborador de diversos diarios y revistas de circulación nacional. Editor de Mantarraya Ediciones. Autor de Gula. De sesos y Lengua (2011). Propietario de “Hostería La Bota”.

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