Ricciardi señaló que el país tiene más de diez mil ucis para atender a los pacientes en los próximos meses y que esto no es un problema, pero sí lo es el hecho de que algunas regiones presenten deficiencias en sus sistemas de seguridad frente a contagios en sus hospitales.
Roma, Italia, 29 de septiembre (EFE).- El consejero del Ministerio de Salud de Italia y miembro del consejo de la Organización Mundial de la Salud, Walter Ricciardi, afirmó este martes que el mundo no asiste a una posible segunda ola de contagios por coronavirus sino a un incremento que forma parte de la primera, que no ha terminado.
“En los últimos meses hemos aplanado la curva de transmisiones, pero sin frenarla del todo”, gracias entre otras cosas al aumento de las temperaturas del verano, pero ahora con el otoño y el frío “la curva vuelve a subir”, ha dicho Ricciardi en declaraciones a la televisión privada Sky.
“Sigue siendo la primera ola, que la llamamos segunda solo porque corresponde a una nueva estación, pero es la misma”, ha añadido.
Italia acumula 311 mil 364 casos totales de contagio y 35 mil 851 fallecidos desde que comenzó la emergencia en el país el 21 de febrero. De los 50 mil 323 enfermos actuales, 264 están en unidades de cuidados intensivos.
Ricciardi señaló que el país tiene más de diez mil ucis para atender a los pacientes en los próximos meses y que esto no es un problema, pero sí lo es el hecho de que algunas regiones presenten deficiencias en sus sistemas de seguridad frente a contagios en sus hospitales.
“Algunos hospitales no tienen recorridos separados (de entrada y salida). Esto significará que, cuando llegue la presión de la gripe y el miedo al coronavirus, todas las personas llegarán al hospital y se aglomerarán en un solo espacio, provocando el caos”, ha argumentado.
Ricciardi también habló de los test rápidos de COVID-19 que, si bien no son “100 por ciento fiables”, “permiten identificar” a los contagiados para evitar que el virus se propague.
De momento, Italia los aplica en los aeropuertos a los ciudadanos que llegan de España, Croacia, Grecia, Malta y Francia, y se plantea utilizarlos pronto en las escuelas.