Vecinos de Siria piden acción a Consejo de Seguridad ante drama de refugiados

30/08/2012 - 7:43 pm

Naciones Unidas, 30 ago (EFE).- Los países vecinos de Siria pidieron hoy, capitaneados por Turquía y desbordados ante la elevada afluencia de refugiados que llegan a sus fronteras, que el Consejo de Seguridad de la ONU ponga fin a sus divisiones y actúe para frenar el conflicto sirio y paliar la crisis humanitaria.

El máximo órgano internacional de seguridad escuchó hoy de primera mano los problemas que sufren Turquía, Líbano, Jordania e Irak para hacer frente a la “tragedia humanitaria” que viven los refugiados sirios que huyen del país y recurren a sus vecinos para escapar del conflicto que castiga a Siria desde marzo de 2011.

Esos países, representados en la ONU a nivel ministerial, lanzaron una llamada de socorro al organismo internacional y concretamente al Consejo de Seguridad para que se deje de lado la parálisis en la que está sumido y actúe unido para tomar decisiones que frenen el conflicto y su situación humanitaria.

Todos ellos participaron junto a los miembros del Consejo en una cumbre ministerial presidida por Francia y centrada en la dimensión humanitaria de la crisis, en la que estuvo el nuevo representante especial, Lajdar Brahimi, y en la que las palabras más duras vinieron del ministro turco de Asuntos Exteriores, Ahmet Davutoglu.

El jefe de la diplomacia turca lamentó la “ausencia de acciones y determinación” que ha mostrado desde el inicio del conflicto el Consejo de Seguridad para “poner fin a la brutalidad y el baño de sangre en Siria”, y mostró su malestar ante el hecho que de la reunión de hoy no haya salido “ni un comunicado ni una resolución”.

“Me animó que la dimensión humanitaria (de la crisis) llegara a la agenda del Consejo y esperaba que actuaría finalmente con una única voz, dando pasos necesarios desde hace tiempo. Aparentemente estaba equivocado”, dijo Davutoglu, “consternado” ante la ausencia de ministros de varios países, como EE.UU., Rusia o China.

Sí estuvieron presentes los ministros de Exteriores de Francia, Laurent Fabius, y Reino Unido, William Hague, que anunciaron por separado un incremento de la ayuda humanitaria para los sirios, así como la canciller colombiana, María Ángela Holguín.

Todos ellos reconocieron la labor de los países vecinos al dejar abiertas sus fronteras para los refugiados, que suman 150.000 en Jordania, 80.000 en Turquía, 57.000 en el Líbano y 18.000 en Irak, según los últimos datos del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Antonio Guterres, quien también participó en la cumbre.

El ministro turco lamentó que el Consejo “sea incapaz de nuevo de presentar una propuesta unida para detener la tragedia humanitaria”, y se preguntó “cuánto va a esperar la ONU” para actuar antes de que Bachar al Asad borre del mapa “a una generación completa de sirios”.

“¿Quieren repetir los errores de los 90?”, se preguntó Davutoglu, que, ante esa falta de acción del Consejo, planteó una serie de pasos, además de la creación de “zonas colchón” o corredores humanitarios, para hacer frente a la tragedia humanitaria.

Pidió así que el organismo internacional construya “sin demora” campamentos dentro de Siria para acoger a los desplazados por el conflicto y frenar el flujo de personas que cruzan las fronteras.

“El foco de atención debería recaer sobre el problema de los desplazados internos”, dijo el turco, quien invitó al Consejo a visitar los campamentos de refugiados en los países vecinos “para que tengan información de primera mano sobre la situación”.

Además, pidió una “respuesta unificada” del Consejo para “detener los bombardeos aéreos indiscriminados sobre zonas residenciales, que conduce a los ciudadanos a abandonar sus hogares”.

Turquía ha recibido ya a más 80.000 refugiados sirios, dijo el ministro, que detalló que hay otros 10.000 “esperando hospedaje en nuestras fronteras”, mientras que señaló que el flujo de entrada diaria al país es de alrededor de 4.000 personas.

“Jordania es el vecino más cercano a Siria y nos afecta esta tragedia. Pedimos al Consejo medidas para frenar la crisis humanitaria”, dijo el ministro de Exteriores jordano, Naser Yudeh, que reconoció problemas para albergar refugiados y advirtió que pronto la situación “superará la capacidad” de su país y podría resultar en “problemas sociales y de seguridad”.

Las quejas de Turquía y los otros países se produjeron mientras el Consejo de Seguridad sigue dividido después de que Rusia y China hayan vetado en tres ocasiones propuestas occidentales respaldadas por los países árabes para incrementar la presión sobre Al Asad, algo que recordaron también Francia, el Reino Unido y EE.UU.

“El pueblo sirio sabe qué países están apoyando sus aspiraciones legitimas y quien está respaldado a un régimen represivo”, subrayó la embajadora estadounidense, Susan Rice, quien advirtió que el mundo recordará “quien estuvo en el lado equivocado de la historia”.

Rice dijo que EE.UU. seguirá prestando ayuda a la oposición siria, que supera ya los 82 millones de dólares, pero defendió que “no estamos ante una crisis de raíces humanitarias, sino una crisis política causada por la crueldad del régimen de Al Asad”. EFE

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