Carlos Vela, el amante del mar y ahora ídolo de San Sebastián que podría perderse el Mundial de Brasil

31/08/2013 - 1:30 am
Foto: Twitter
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Ciudad de México, 31 de agosto (SinEmbargo).– Bajo la atenta mirada de la Bahía de la Concha, una ciudad vanidosa goza de una actualidad rara para sus últimos tiempos. San Sebastián viste al norte de España con la majestuosidad de un lugar que vibra con su historia mientras cumple con las expectativas del visitante. Bajo la lengua vasca, el sentimiento de toda una región prevalece en constante reafirmación de sus raíces. Un terreno particular con su autonomía dentro de un país que lucha por una integración total. La riqueza en la diversidad de España, deja imágenes en todo ámbito social; futbol incluido.

“Es probablemente el mejor fichaje en los últimos 15 años”, dice un viejo aficionado excitado ante una cámara de televisión. Carlos Alberto Vela Garrido nació en Cancún, terreno paradisiaco explotado por el turismo sin freno que ve en la ciudad mexicana un lugar donde “prohibido” es, dependiendo la hora, una mala broma. Entre arenas blancas y hoteles en forma de rascacielos, un talento atlético se forjaba con una personalidad muy peculiar. De sus gestos provocativos hasta su forma de jugar, el chico quintanarroense gozaba su plena confianza en sí mismo.

El estadio Anoeta, con sus 32,000 localidades abarrotadas en cada cita pactada por el equipo, corea el apellido del mexicano. A sus 24 años, la estabilidad de un talento que puso a sus pies al aficionado futbolero desde muy temprana edad. De aquel campeón de goleo en el Mundial sub 17 de Perú en 2005 queda muy poco. La evolución de su forma de entender el futbol ha generado que se le considere una auténtica promesa hecha realidad. Un panorama muy lejano del que muchos visualizaban en México. Sus goles y asistencias, son la bandera de un histórico español que sueña con volar muy alto.

Foto: realsociedad.com
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Callado, sin tantas ganas de usar las redes sociales, y sin mucha afición a los videojuegos, Vela rompe el cliché del futbolista moderno. Apasionado del cine, pero mucho más del clima cálido, desestimó a Londres con su capa de cielo oscuro como amenaza permanente de chubascos memorables. Su fichaje por el Arsenal, escuela formadora de diamantes sin pulir, resonó desde Guadalajara despertando la esperanza de la afición mexicana que se ilusionó con un futuro goleador a la altura del siempre mencionado Hugo Sánchez. El camino ha resultado empedrado, con serias posibilidades de que todo se quede en ilusión.

Recién llegado a Twitter, uno de sus primeros mensajes fue una postal de la bella playa de San Sebastián. A Carlos le llama el agua que descansa reposando, no el que cae desde el cielo. Su salida del Arsenal provocó serias críticas de la prensa especializada que muchas veces juzga antes de informar. El jugador había dejado alguna pincelada en el club londinense donde nunca pudo establecerse como un referente. Los préstamos al Salamanca, Osasuna y West Bromwich, lo terminaron por agotar. La Real Sociedad le ofreció un puesto para hacerse notar con vista al mar.

Arrancó atrás de media cancha. La pelota no se le separó más de lo necesario mientras hombres de rojo le iban persiguiendo al mismo tiempo que el aficionado de Anoeta se iba poniendo de pie. Vela encaró al portero ya con la expectación del lugar a tope. En una muestra de sutileza, aquel que de niño se lo peleaban las selecciones de basquetbol y futbol quintanarroense, pico el esférico para marcar un gol de antología que le daba el pase a la fase de grupos de la Champions League al equipo de Donostia. Vela ídolo a 20 kilómetros de la frontera con Francia, podría perderse el próximo Mundial en Brasil por diferencias ocultas mientras el aficionado mexicano sueña verlo correr vestido de verde.

Foto: Facebook
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