La hostilidad de Trump contra México, contra sus trabajadores y sus productos —castigados con aranceles del 25 por ciento— ha concitado el repudio de juarences y de ciudadanos estadounidenses de origen mexicano que llaman a un boicot contra los productos de Estados Unidos y de apoyo a los mexicanos.
El Paso, Texas, 3 de febrero (SinEmbargo).- Se conjuró por un mes la imposición del 25 por ciento de arancel a los productos mexicanos, pero la furia de Donald Trump contra los migrantes ha escalado en esta ciudad fronteriza a redadas sorpresivas y crecientes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE), que dispone de un gigantesco centro de retención con apoyo militar para las deportaciones, con un elemento adicional todavía más hostil y atemorizante: La participación activa de agentes de la DEA y el FBI en los operativos.
El endurecimiento de la política antimigratoria de Trump se robusteció este mismo lunes, al cumplir con la visita del Secretario de la Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, al Fuerte Bliss, para involucrar a los militares en tareas contra las personas indocumentadas. El propio Hegseth compartió un video en el que se hace acompañar del zar fronterizo de Trump, Tom Homan, en una reunión con soldados del Ejército de EU luego de que llegó en avión en El Fuerte Bliss. “Esperamos conocer a nuestros grandes guerreros y ver el arduo trabajo que están haciendo para proteger nuestra frontera sur”, escribió. “Seguiremos cumpliendo con esta misión vital”.
Wheels Down with @RealTomHoman visiting @fortblisstexas! Looking forward to meeting our great warriors and seeing the hard work they are doing securing our southern border. We will continue to deliver on this vital mission. pic.twitter.com/wnq2C4ZuqO
— Secretary of Defense Pete Hegseth (@SecDef) February 3, 2025
Ha sido la propia DEA en El Paso la que difundió oficialmente fotografías de sus agentes y del FBI en acciones de apoyo a las redadas de ICE, lo que se ha traducido en ausentismo en los centros de trabajo y en las escuelas de esta ciudad, donde se ubica el fuerte Bliss, cuyos afectivos se han incrementado para ser desplegados en la frontera y cerca de donde se levanta el gigantesco centro de retención de migrantes.
“Área restringida”, se avisa, en letras blancas sobre un fondo rojo, a la entrada de las instalaciones del centro del ICE, cuya misión “es proteger la patria mediante el arresto y la deportación de aquellos extranjeros que socavan la seguridad de las comunidades de nuestra nación y la integridad de las leyes de inmigración de Estados Unidos”.
The DEA, along with our Department of Justice partners, is assisting DHS and other federal law enforcement partners with their immigration enforcement efforts. pic.twitter.com/i7T6GPx9la
— DEAElPaso (@DEAELPASODiv) January 31, 2025
A ese lugar, donde se prohíbe el paso a cualquier persona no autorizada, son llevadas por el ICE y ahora la DEA y el FBI las personas que no tienen documentos migratorios en regla. A unos se les envía, en aviones militares, a sus países. A otros se les expulsa por tierra, a través de los cinco puentes que conectan a Ciudad Juárez.
Justo en esta ciudad fronteriza, que tiene cinco puentes que conectan con El Paso, el Gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum ha edificado un gigantesco albergue para los deportados que, sin embargo, todavía está desierto e inacabado y otros que auxilian a migrantes tampoco reportan cifras extraordinarias.
Sobre los terrenos donde el Papa Francisco ofició una multitudinaria misa, en 2016, el Gobierno federal levantó gigantescas instalaciones con tiendas de estructuras de acero y lonas para recibir a los miles de deportados que anunció Trump desde antes y después de asumir el Gobierno de Estados Unidos.
Pero esas instalaciones han sido, al menos hasta el domingo 2 de febrero, inutilizados por los migrantes deportados, que siguen siendo canalizados al Centro de Bienestar para el Migrante “Leona Vicario”, también a cargo del Gobierno federal, ubicado en el Eje Juan Gabriel.
Ahí conviven alrededor de 500 migrantes, muchos de ellos mujeres de otros países que trabajan en las maquiladoras desde hace meses y donde disfrutan de alimentos, abrigo y atención sicológica. Otros llegan, comen y se van.
También en esas instalaciones de la Secretaría de Bienestar llegan los trabajadores que han sido deportados por Estados Unidos, que no lo han sido en un número extraordinariamente mayor a los del gobierno de Joe Biden, según las propias cifras de ese país.
Lo que sí es que la hostilidad de Trump contra México, contra sus trabajadores y sus productos ha concitado el repudio de juarenses y de ciudadanos estadounidenses de origen mexicano que llaman a un boicot contra los productos de Estados Unidos y de apoyo a los mexicanos.
“Trump no tiene ningún sentido de humanidad”, dice Fernando Ponce, un transportista que ha cruzado como transportista miles de veces el puente de Paso del Norte, y que cree llegado el momento de que se unan líderes latinos y afroamericanos, sobre todo en Texas, “para hacer fuerza política y controlar las decisiones y las tontas ideas que tiene el torpe del Presidente” de Estados Unidos.
Aunque hasta el domingo 2 no entraban en vigor los aranceles contra México, dice Ponce, los productos de primera necesidad ya empezaban a subir los precios en los supermercados. “Comprar un cartón de huevos en El Paso ya no es tan módico como antes”, dice.
Y sí: En El Paso ya se observa, dicen habitantes, un aumento de los precios de los productos como consecuencia de las decisiones de Trump contra los migrantes y la entrada en vigor de los aranceles, el martes 4 de febrero.
César de Haro, residente en El Paso, dice que las decisiones de Trump impactarán negativamente en la población de ambos países. “Son decisiones tiene un sentido étnico en contra de la sociedad mexicana y contra los latinos”.
—¿Racista?
—Sí, racista, para decirle de otra manera. Son políticas que parece que estamos repitiendo la historia de lo que ha sucedido en otros países hace cientos de años, desafortunadamente.
Como activo usuario de la información y de las redes sociales, De Haro conoce los llamados a boicotear productos estadounidenses. “Debemos apoyar este tipo de boicots”.
Aunque para los habitantes de El Paso es difícil dejar de ir, por ejemplo, a la cadena Walmart, es momento de tomar la decisión de mostrar la influencia de los mexicanos en Estados Unidos. “Se debe apoyar ese tipo de boicots para que se sienta el poder latino”.
Lo mismo piensa Catalina Cano, también residente en El Paso, sobre cómo los habitantes de México y Estados Unidos son afectados terriblemente por las decisiones de Trump, quien apenas tiene dos semanas como Presidente.
“Esta semana que acaba de pasar, ni siquiera los aranceles han sido puestos y aun así, ya estamos viendo tremendos cambios en los precios”, dice.
“Nosotros hemos tomado la decisión, desde la semana pasada, de no consumir productos en tiendas como Walmart. Estamos decididos a apoyar negocios pequeños, pero sobre todo que se consuman cosas de nuestro México. Con toda mi familia hemos decidido consumir más cosas de México. Todo lo que se pueda. Hasta no consumir carros americanos.
—¿Ha escuchado usted convocatorias a boicot contra productos estadounidenses?
—Sí, estoy completamente de acuerdo. Yo soy parte de eso: Yo y toda mi familia hemos decidido no apoyar a tiendas grandes. No sé si a ellos les importe, pero a mí sí me importa.
Aun así, no ha cesado el flujo de vehículos de Ciudad Juárez a El Paso por los cinco puentes que comunican a las dos ciudades de ambos países, que divide el Río Bravo.
La presidenta del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) de Juárez, Isela Molina Alcay, criticó las declaraciones de la Presidenta Claudia Sheinbaum sobre los planes que tiene su gobierno ante los aranceles y que México unido jamás será vencido.
“Son palabras que no alientan, necesitamos ver acción, ya estamos tarde con esto que está pasando”, dijo la dirigente empresarial citada por El Diario, y advirtió que los sectores más afectados por la imposición de aranceles en Estados Unidos son el automotriz, petróleo, gas, médico y alimentos.
“Tendrá consecuencias graves, podrían pausarse las exportaciones, esto generaría pausas laborales, despidos, obvio aumento en los insumos, salida de industria y no seremos competitivos para atraer inversión extranjera. Encarecen la producción afectando la eficiencia de las cadenas productivas integradas”.
Jesús Manuel Salayandía, coordinador del Bloque Empresarial Fronterizo (BEF), declaró, a su vez, que en la frontera están más en desventaja que en otras partes del país, "dependemos mucho de la industria maquiladora de exportación".
“El 60 por ciento de nuestro empleo formal está metido ahí. Le va a pegar muy duro a toda la industria maquiladora”, expuso.
El presidente de la Asociación de Transportistas de Ciudad Juárez, Manuel Sotelo, consideró que la actividad comercial entre México y Estados Unidos no podrá soportar aranceles del 25 por ciento.
“Yo no creo que vayamos a aguantar cinco días sin que México no acepte o que Trump no rectifique. Somos un bloque comercial que compite contra el mundo, ni México aguanta con aranceles del 25 ni Estados Unidos aguanta, eso se tiene que resolver en días”, consideró.
Estas preocupaciones amainaron después de que la Presidenta Sheinbaum anunció el acuerdo con Trump para aplazar un mes la entrada en vigor de los aranceles, pero no hay desparecido.
La amenaza de Trump, un Presidente voluble y prepotente, sigue presente.