En Todos eran mis hijos se tocan temas como la desaparición de un hijo, las consecuencias de una guerra y de guardar secretos, el duelo y la responsabilidad.
Ciudad de México, 30 de marzo (SinEmbargo).- La obra Todos eran mis hijos regresa al Foro la Gruta -con la calidad que caracterizó a esta puesta en escena hace un par de años en su primera temporada- bajo la dirección de Diego del Río y las destacadas actuaciones de Arcelia Ramírez, Pepe del Río, Ana Guzmán Quintero, Gonzalo de Esesarte, Fabiola Villalpando, Eugenio Rubio, Aída del Río, Nicolás Pinto y Evan Regueira quien alterna funciones con Abraham Jurado.
La historia de Todos eran mis hijos se desarrolla en el jardín de la casa de una familia que pareciera ser muy común, sin embargo, una guerra, la desaparición del hijo mayor en ese conflicto armado y un juicio en el que el padre de la familia se vio involucrado, han dejado heridas que aunque quieran dejar atrás, se hacen presentes y más con una visita inesperada.
Un regreso con cambio de tono
Platicamos con la actriz Ana Guzmán Quintero, quien formó parte de la primera temporada en el Foro la Gruta que se realizó hace casi dos años; ahora regresa en el mismo personaje, Ann, aunque la sensación y la forma de abordar la obra ha sido distinta.
"Retomar la obra fue muy interesante porque, además, Diego nos propuso una especie de cambio de tono, como que nos propuso una cosa mucho más cotidiana, un ritmo distinto porque la versión pasada como que se sentía una cosa como muy de generar tensión de una forma muy alargada y como unas pausas muy cargadas y esta vez nos dijo: 'No, vamos a lo más cotidiano, a que se sienta aquí y que cuando explote explote'; sí fue para todos nosotros entrarle a una cosa distinta y más como interna", contó la actriz.
Un punto sin retorno
Al hablar de su personaje, Ana cuenta que retomarlo fue adentrarse a todos los secretos que guarda Ann, porque ella lo sabe todo pero no quiere revelar nada por lo duro que puede resultar, además de ser una mujer con una vida dura en Nueva York -una de sus primeras intervenciones es 'este vestido que me compré, me costó 3 semanas de sueldo'- y debe ver por ella por lo que termina relacionándose con el hermano de su prometido desaparecido.
"Le empieza a escribir a este hombre que conoce toda su vida y es como una especie de de promesa de lo que iba a hacer con Larry, o sea, Larry fue el amor de su vida, pero ya sabe ya que ya no está, entonces ella tiene que buscar, un poco de alguna manera engañándose, con Cris porque pues realmente no lo ama como amó a su hermano, se tiene que autoengañar para seguir persiguiendo la vida que ella quería tener", compartió Guzmán.
Y agregó: "El autor es maravilloso porque lleva a todos los personajes a un punto sin retorno; una especie de negociación con el diablo horrible en donde ya no hay más que el caos y el desastre y es este punto sin retorno".
Desaparición y capitalismo en la obra
El texto toca temas como la desaparición de un hijo; la madre interpretada por Arcelia Ramírez muestra el dolor de esa pérdida que, en su caso, se niega a aceptar, además de cómo lo viven los otros integrantes de la familia y hasta los vecinos.
"Es superenriquecedor y supervigente, como desde el principio que la montamos y ahorita revisitándola y todas estas noticias que han salido últimamente, en cuanto al tema de los desaparecidos en Guadalajara, sí es como esta sensación de que la realidad por supuesto que supera la ficción, pero también decir cómo este texto sigue hablándonos hoy en día y sigue tocando esas fibras", dijo Ana.
El autor en el texto y Diego del Río en la dirección, le brindan matices a los personajes que resultan claves en la obra; por ejemplo, el personaje del doctor interpretado por Evan Regueira se dice feliz investigando, pero no puede hacerlo porque tiene una familia y debe tener dinero, incluso el tema del padre de familia que fue enjuiciado por entregar material defectuoso al ejercito.
"También este tema muy fuerte del capitalismo, del papá que, realmente toda esta tragedia es por el dinero, sacar la empresa adelante y lo que comprometemos por unos pesos, que te llevas la vida de personas por tener que producir y producir y producir; tenemos este otro personaje del doctor como decías que él realmente tenía como ganas de hacer otra cosa, esta esta ilusión de cosas buenas".
La pérdida de la inocencia
Ana recuerda que en esta ocasión el director, Diego del Río, les explicó que se dio cuenta que la obra va de la pérdida de la inocencia con respecto a los personajes jóvenes. Mientras los padres son adultos que ya saben de qué va la vida y guardan secretos, los jóvenes tienen ilusiones que se rompen a lo largo de la obra, como la de Chris interpretado por Gonzalo de Esesarte, que que tenía la ilusión de tener la familia pero todo cambia.
Respecto a su personaje Ana agrega: "Como darse cuenta que la vida acá no es sostenible, soy una mujer, no tengo el mismo rol que tienen los hombres, necesito casarme para tener algún valor en la vida y obviamente el personaje de Eugenio Rubio que es el el hermano de Ann, este abogado que pues estudia leyes, tiene un texto que dice como eh, ya no me acuerdo cómo es, pero 'no parece que las leyes sirvan mucho en la vida real'".
Como dato, Ana compartió que la idea de montar la obra se dio cuando en el Conservatorio de Actuación, escuela de Diego del Río y Evan Regueira, los actores Nicolás Pinto, Gonzalo de Esesarte y Fabiola Villalpando -que formaron parte de la primera generación del conservatorio- hicieron una escena de la obra y "fue tan impresionante lo que pasó ahí que Diego dijo, 'hay que montar esta escena con gente del conservatorio'".