Peña Nieto debe disciplinar a gobernadores y alcaldes del PRI si quiere disminuir la violencia: Luis Astorga

19/12/2012 - 1:45 pm

Ciudad de México, 19 de dic (SinEmbargo).– La estrategia que seguirá Estados Unidos contra los cárteles mexicanos de la droga beneficiará a Joaquín “El Chapo” Guzmán, quiera o no el Gobierno de México, dijo Luis Astorga, catedrático el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM y uno de los más reconocidos especialistas en crimen organizado.

En entrevista realizada por Silber Meza para la revista sinaloense Río Doce, el autor de El siglo de las drogasDrogas sin fronteras y Mitología del narcotraficante en México dijo que “[Enrique] Peña Nieto tiene una fuerte oportunidad de disminuir la violencia si logra disciplinar a los presidentes municipales y gobernadores del PRI. Los priistas no solo gobiernan gran parte del territorio mexicano, también se encuentran en los lugares más violentos”.

“Le convendría disciplinar a sus propios gobernadores y presidentes municipales y dar un ejemplo de que va en serio. Y si va en serio tendrían que salir gobernadores, presidentes municipales y algunos sectores empresariales locales a los cuales se les aplicaría la ley”, agregó el catedrático.

Astorga dijo a la publicación que la suerte está echada para la alianza Zetas-Beltrán Leyva-Carrillo Fuentes y que “en el próximo sexenio ellos se llevarán los ataques más duros de parte del Gobierno mexicano y del estadounidense”.

“Una organización criminal que opera con una lógica mafiosa-paramilitar es potencialmente más peligrosa que una que puede ser más poderosa en términos económicos pero que no funciona con esa lógica”, dijo. “Las organizaciones que tendrían un perfil más claramente mafioso-paramilitar son estas alianzas entre Zetas-Beltrán Leyva-Carrillo”.

Astorga, doctorado en Sociología del Desarrollo por la Universidad Sorbona de París, afirmó a Río Doce que son ellos, los Zetas-Beltrán Leyva-Carrillo, los que generan más problemas de gobernabilidad para el país y se han convertido en una amenaza para los Estados Unidos. “Otro elemento en su contra es que han tocado a las élites políticas, como fue el asesinato del hijo del ex presidente nacional del PRI y ex gobernador de Coahuila, Humberto Moreira”, agregó.

“Un indicador clarísimo es la política sobre seguridad que anunció Obama el año pasado. ¿Cuáles son las organizaciones criminales a nivel mundial que señala el Gobierno estadounidense como prioritarias para atacarlas? No menciona al Chapo, menciona a los Zetas”, señaló. “Para quien lee los mensajes políticos de los estadounidenses eso es clarísimo: los tienen en la mira. Y que va a ser prioritario le guste o no le guste al Gobierno mexicano que venga, o que esté”.

Pero el beneficio que se llevaría Joaquín el Chapo Guzmán y el cártel de Sinaloa no sería con base en una política de protección gubernamental a este grupo, aclaró, sino como un efecto de la estrategia. “Ni siquiera tiene la capacidad de coordinar a sus instituciones de seguridad, ¡cómo se van a coordinar las instituciones de seguridad para proteger a un grupo sobre otro! No tiene sentido”.

En el pasado, en la época priista –dijo Astorga a la revista–, el narcotráfico estaba subordinado al poder político. “Cualquiera que se revelara a las reglas del juego autoritario sabía que tenía tres opciones: salir del negocio, ir a la cárcel o morirse”.

Con la transición el modelo ha cambiado, agregó. Ahora los criminales han aprendido a relacionarse con los poderes locales de distintos partidos políticos: el poder está repartido. “Además, ya no están domesticados como antes. El Estado ya no tiene el control total sobre ellos y se enfrenta a un nuevo reto”.

“El poder político es el que ahora tiene las tres opciones: no hacer nada y dejar que los grupos criminales dominen al político, hacer acuerdos con los criminales para beneficiarse económicamente… o la tercera opción es que la clase política mexicana asuma que es parte del Estado, sus responsabilidades, porque tienen posiciones de Poder”.

—¿Existe la posibilidad de que el PRI negocie con el narco para que baje la violencia? –preguntó el reportero.

—Se parte de la idea falsa de que nunca ha habido negociación. En la etapa de la transición, lo que hemos visto es que esas tres opciones han estado operando en el país, lo que no sabemos es hasta qué punto está predominando una sobre la otra, pero eso no quiere decir que nunca haya habido arreglos –dijo.

El narcotráfico, resalta Astorga, no se puede entender sin el sistema político, por eso hay que conocerlos a ambos y observar su interrelación.

en Sinembargo al Aire

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