Investigador señala presencia de plomo en cloro comercial

23/01/2013 - 1:42 pm

Puebla, 23 Ene. (Notimex).- Isidoro Lezama Maximiliano, alumno del noveno cuatrimestre de la Facultad de Ciencias Químicas de la BUAP, realizó una investigación para determinar plomo en cloro comercial, en la cual comprobó que existe la presencia de dicho metal en el cloro.

Para comprobar su teoría, generó varias pruebas a distintas marcas comerciales de cloro, donde además localizó otros nueve metales pesados y corroboró las especificaciones de las etiquetas en cuanto a densidad, alcalinidad y porcentaje de cloro.

En este análisis, que efectuó en colaboración con su compañera Verónica Segura Pérez, se registró que los niveles de la densidad están arriba de 11, por lo que algunos tienen una alcalinidad sumamente alta.

Refirió que es imposible que la comunidad deje de utilizar cloro, por lo que se pronunció a favor de una campaña para indicar las medidas adecuadas de uso, por ejemplo utilizar guantes al emplear este producto, ya que con el paso de los años una persona puede sufrir artritis.

Al abordar parte de su investigación, el estudiante indicó que la producción de cloro ha tenido un alto impacto desde la guerra industrial, “incluso las amas de casa lo utilizan como desinfectante para comida o eliminar cualquier microorganismo patógeno”, señaló Lezama Maximiliano.

Debido a su amplio consumo, diversas empresas se dedican a comercializarlo, pero “con tal de producir un buen lote de dicha sustancia, no se llevan a cabo las normativas de bajar el pH”, encontrando así residuos de plomo.

Explicó que el plomo es un metal que se conoce desde 400 años antes de Cristo en Egipto, desde entonces se le han adjudicado diversas enfermedades, una de ellas es la intoxicación de plomo en sangre llamada plumbismo o saturnismo.

“Con el paso del tiempo, este tipo de contaminación tanto en el ser humano como en el medio ambiente ha aumentado. En estudios realizados en Groenlandia en los glaciares de hielo, se demostró que un gramo de hielo contenía uno por 10 o nueve gramos de plomo, 200 años más tarde aumentó 20 veces”, indicó.

Explicó que esta situación se debe a que este metal era utilizado por los habitantes de antaño para elaborar sus productos, “por lo que un recipiente de cobre era recubierto por plomo para dar un sabor más dulce”.

Sin embargo, cuando el plomo ingresa al cuerpo humano, ya sea por respiración, ingesta o contacto con la piel, desplaza a otros metales benéficos para el organismo, como el hierro que está unido a la sangre.

Actualmente, dijo, gracias a la norma ISO 9000 y diferentes normativas, así como por las problemáticas que se han generado al respecto, se ha tratado de disminuir este tipo de metal.

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