En Hermosillo o Cuajimalpa, el duelo no acaba si no hay justicia: padre de Guardería ABC

01/02/2015 - 12:03 am
Abraham Fraijo, padre de una de los 49 niños que murieron en el incendio de la Guardería ABC, el 5 de junio de 2009. Foto: Antonio Cruz, SinEmbargo
Abraham Fraijo, padre de una de los 49 niños que murieron en el incendio de la Guardería ABC, el 5 de junio de 2009. Foto: Antonio Cruz, SinEmbargo

Ciudad de México, 1 de febrero (SinEmbargo).- En el antebrazo izquierdo Abraham Fraijo lleva tatuado el nombre de su hija, Emilia, quien fue uno de los 49 nenes que murieron en el incendio de la Guardería ABC, el 5 de junio de 2009. En su muñeca derecha, el hombre de 34 años usa una pulsera negra con la leyenda “JUSTICIA ABC” y un moño de luto, bordados en color blanco.

El tatuaje se lo hizo después de que su hija falleció, hace casi seis años y apenas tres meses después de que la niña festejó su tercer cumpleaños, el 23 de marzo.

Para ese día, Emilia pidió disfrazarse de catarina, y luego no abandonó el traje de insecto por una semana, hasta que rompió sus antenitas y sus mallas.

“Ese fue el último rollo que agarró”, cuenta su padre. En honor a ese recuerdo, el tatuaje de su antebrazo está adornado con tres pequeñas catarinas.

Fraijo viajó de Sonora a la Ciudad de México la semana pasada, apenas unos días después de que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) anunció la postulación de la Senadora con licencia Claudia Pavlovich Arellano como su candidata a la gubernatura de Sonora, estado donde ocurrió el incendio en una estancia infantil subrogada a particulares, hace más de un lustro.

Entonces Pavlovich Arellano era Diputada local por el mismo partido que ahora abandera su candidatura. Desde ese cargo público, el 12 de agosto de 2009 -dos meses después del incendio en el que murieron 49 bebés y niños y 76 más resultaron heridos- la política firmó dos cartas de recomendación para Gildardo Francisco Urquides Serrano, uno de los dueños de la Guardería ABC y ex tesorero del PRI estatal, y para Sandra Lucía Téllez Nieves, también socia de la guardería, cuñada de Urquides Serrano y esposa de Alberto Escalante Hoeffer, quien fuera subsecretario de Ganadería en el gobierno estatal.

Las misivas no están dirigidas a alguien en particular, pero a decir de Fraijo fueron para el Juez Primero de Distrito en Sonora, Raúl Martínez Martínez, quien seis días antes -el 6 de agosto de 2009- había dictado auto de formal prisión contra Urquides Serrano y Téllez Nieves, así como dos personas más, por su presunta responsabilidad en los delitos de homicidio culposo, lesiones culposas y uso indebido de atribuciones y facultades.

Pavlovich Arellano formó parte de un grupo de personajes connotados de Sonora, entre ellos el Arzobispo Felipe Arizmendi Esquivel, que a través de cartas -18 en total- defendieron entonces a los dueños de la Guardería ABC.

El pasado 27 de enero, el PRI anunció la candidatura de Pavlovich Arellano para contender por la gubernatura de Sonora.

“Es un mensaje muy claro que nos están mandando: que el caso de la Guardería ABC al PRI en Sonora y al PRI en el país no le interesa, le va a tratar de dar ‘carpetazo’ de la manera más cruel que [se] pueda hacer, de una manera tan insensible como poner a la protectora de los asesinos de nuestros hijos como posible gobernadora”, comenta, indignado, el padre de Emilia.

Durante su viaje a la capital del país, Fraijo, quien es integrante del Movimiento Ciudadano por la Justicia 5 de Junio, acudió a varios medios de comunicación para manifestar el repudio de los padres de las víctimas de la Guardería ABC a la postulación de Pavlovich Arellano y recordar el asunto de las cartas que signó.

El día que Fraijo ofreció una conferencia de prensa, el 29 de enero, ocurrió una explosión en el Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa, que destruyó más del 70 por ciento del inmueble y causó la muerte de, hasta ahora, tres personas. Dos de las víctimas eran bebés.

Junto con ellos, hubo otros siete niños heridos que, hasta el viernes pasado, no habían sido identificados, de acuerdo con el Secretario de Salud del Distrito Federal, Armando Ahued.

La repetición de un accidente entre cuyas víctimas se encuentran infantes, el contexto electoral que parece “premiar” a personajes vinculados con el caso de la Guardería ABC y la justicia que no llega para Emilia y sus 48 compañeros muertos llevan a Fraijo a hablar de impunidad, de las tragedias que no aleccionan y del duelo imposible de cerrar.

LAS ELECCIONES Y LA DESMEMORIA

Pavlovich Arellano no es la única política vinculada al caso de la Guardería ABC que ha reaparecido en la escena pública sonorense de cara a la elección de junio próximo.

Durante el anuncio de su candidatura, el priista Eduardo Bours Castelo, quien fuera Gobernador de Sonora cuando ocurrió el incendio, se hizo presente para respaldar a la Senadora.

“Es una candidata fuerte, capaz de ganar y a mucha honra para los sonorenses porque será la primera gobernadora, no creo que le afecte lo de lo Guardería ABC”, expresó.

En su turno, el dirigente del PRI, César Camacho Quiroz, defendió que la candidatura de Pavlovich Arellano no era “ningún regalo, ni concesión graciosa. Es un derecho ganado a pulso” y aseguró que la Senadora “encarna fielmente a las mujeres del siglo XXI”.

Para Fraijo, por el contrario, la candidatura de Pavlovich parece más un premio. “En vez de castigar y exhibir este tipo de situación, los premian, premian a las personas que defienden a los culpables, premian a las personas que meten las manos literalmente al fuego por personas que asesinan niños”.

Por otro lado, sostiene, el repudio de los padres de las víctimas del incendio a la postulación de Pavlovich, no es un problema de género.

“Aplaudimos y siempre vamos a aplaudir el hecho de que se postulen mujeres. Lo que no vamos a aplaudir, lo que nunca vamos a apoyar es que sean este tipo de perfiles los que estén compitiendo para gobernadores. No podemos permitirlo”.

Mientras que el priismo sonorense respalda a Pavlovich, el Partido Acción Nacional (PAN, actualmente en el poder) tiene en Javier Gándara Magaña, ex presidente municipal de Hermosillo, a su candidato.

Fraijo recuerda que durante su administración, el 25 de mayo de 2012 la policía municipal de Hermosillo agredió a padres de familia de las víctimas de la guardería, en el plantón que mantienen en la Plaza Zaragoza.

El actual Gobernador de la entidad, Guillermo Padrés Elias, también panista, prometió antes de llegar al cargo que haría justicia en el caso de la Guardería ABC. Ya en el poder , jamás siquiera se ha referido al hecho, afirma Fraijo.

Al hablar del panorama político y electoral en Sonora, el integrante del Movimiento Ciudadano por la Justicia 5 de Junio se refiere sólo a los candidatos del PRI y PAN porque, dice, parecieran ser los dos únicos partidos políticos en el estado.

El movimiento del que Fraijo forma parte, junto con otros padres de víctimas del incendio y ciudadanos solidarios, intenta ahora traer a la memoria de los sonorenses el historal de los candidatos a la gubernatura del estado.

Varios elementos, considera, les juegan en contra. Acaso los mayores sean la impunidad y la desmemoria de los sonorenses.

“Desgraciadamente en Sonora tenemos memoria a corto plazo. Se nos está olvidando quiénes son estos personajes”, considera.

“Yo mejor llamaría a tener conciencia, saber quiénes son los candidatos, ver cuáles son las opciones que tenemos, cuáles son los proyectos de trabajo que tienen, cuál es el historial político de cada uno de ellos, y en base a eso tomar un voto consciente”.

LA DOLOROSA LECCIÓN

El Movimiento Ciudadano por la Justicia 5 de Junio no nació como iniciativa de los padres de las víctimas de la Guardería ABC, sino de ciudadanos que se solidarizaron con esa causa, señala Fraijo. Él fue el primero de los padres que se sumó al Movimiento y luego llevó a otros más.

“Pero yo creo que fue una reacción natural de un padre que no entendía por qué su hija estaba muerta y que estaba buscando respuestas. Nunca mi intención fue armar un movimiento, ni siquiera tenía la idea de que es lo que había pasado. Mi intención principal era encontrar a algún otro padre que me explicara por qué mi hija estaba muerta”.

Antes de experimentar no sólo el peso de la tragedia, sino también de la impunidad, Fraijo era otra persona.

“Desgraciadamente nos tocó despertar de una manera muy brusca la realidad que vive el país. Yo nunca había marchado, ese rollo que te meten que si eres parte del sistema y eres un engrane, no tiene por qué pasarte nada. Pagas tus impuestos, no robas, no maltratas, trabajas, todo este rollo que nos meten desde pequeños. Que el que grita justicia, el que grita en la calle, el que marcha es un loco haragán que no quiere hacer nada. Esa era mi forma de pensar antes del 5 de junio”, reconoce.

Ahora Fraijo es de los que más gritan en la calle, de los que reclaman justicia, de los que marchan. Aunque ha sido uno de los padres más visibles del Movimiento, rechaza las etiquetas de “activista” o “luchador social”.

“Simplemente me considero un papá que ama a su hija y que es una reacción natural de cualquier papá o mamá a la que le arrebatan a su hija de esta manera y por estas razones tan absurdas”, dice.

Por esa razón, el padre de Emilia puede identificarse con las madres y padres de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa. Al igual que lo han hecho los familiares de los estudiantes por más de cuatro meses, él tuvo que sobreponerse al dolor de la pérdida de su hija para luchar porque se le hiciera justicia.

“Fue un proceso no natural, porque ningún ser humano debería pasar por este tipo de cosas. Lo natural hubiera sido que yo y mi familia hubiéramos estado de luto hasta pasar un proceso de duelo y recuperar nuestras vidas y todo eso. En cambio tuvimos que salir a las calles a una semana de haber enterrado a mi hija, porque los encargados de impartir justicia en el país le negaron esa justicia a mi hija”, expresa Fraijo al tiemp que se esfuerza por contener las lágrimas.

Casi seis años después del incendio que destapó las inadecuadas instalaciones de la estancia infantil y la red de relaciones políticas detrás de su operación, Fraijo sigue buscando justicia para Emilia.

Reclama que las autoridades municipales, estatales y federales se enfocaron en ofrecerle una reparación del daño económica por la muerte de su hija, en lugar de castigar a los responsables del siniestro.

La charla con Fraijo se da al término de una semana en la que se anunció la candidatura de Pavlovich, hubo una explosión en un hospital para infantes y el gobierno mexicano sostuvo que el caso de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa estaba concluido: los estudiantes habían sido asesinados y sus restos calcinados.

En todo ello, el padre de Emilia ve un trasfondo común: la impunidad.

Y es que, considera, la falta de castigo a los responsables de hechos tan graves como esos tiene consecuencias en distintos ámbitos: la repetición de accidentes que se convierten en tragedias, la continuidad de una clase política que se sabe inmune y la persistencia de una herida abierta para las víctimas que no encuentran justicia.

-¿Tú crees que se puede cerrar un duelo cuando no hay justicia?

-No, para nada. El ejemplo que nos están poniendo los padres de Ayotzinapa es lo mejor que te puedo decir, [las autoridades] le quisieron dar carpetazo, no lo van a lograr. Sé que estas personas tienen una dignidad increíble y tienen una escuela de lucha muy, muy fuerte y tienen un amor hacia sus hijos que no les va a permitir que esto se acabe.

“Yo, junto con los papás de Hermosillo, no vamos a tener un duelo como tal hasta que arresten a los responsables, destituyan a estos personajes políticos de sus puestos y los inhabiliten de por vida, pero sobre todo el día que nos aseguren que esto no se va a repetir, porque hasta la fecha se sigue repitiendo. Yo creo que ese día voy a poder despedirme  de Emilia y decirle: ‘Lo logramos. Te costó la vida pero lo logramos’”.

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