Donald Trump y demócratas no acuerdan cómo acabar el cierre parcial del Gobierno

02/01/2019 - 6:45 pm

La parálisis también perjudica a 800 de los 2.1 millones de trabajadores federales, que no cobrarán mientras permanezca cerrado el Gobierno y están a expensas de la aprobación de un nuevo presupuesto.

Por Alex Segura Lozano

Washington, Estados Unido/Ciudad de México, 2 de enero (EFE).- El Presidente estadounidense, Donald Trump, y los líderes republicanos y demócratas del Congreso terminaron hoy su encuentro en la Casa Blanca sin progresos tangibles sobre cómo acabar con el cierre parcial de la Administración, que empezó hace 12 días.

“No creo que se haya logrado ningún progreso en particular hoy. […] Esperamos que de alguna manera en los próximos días o semanas podamos llegar a un acuerdo”, dijo a los periodistas el líder de la mayoría republicana, Mitch McConnell, a la salida de la reunión.

El propio Trump advirtió antes del encuentro que mantendrá el cierre de la Administración el tiempo que “haga falta” y, tras sugerir una colaboración con los demócratas, insistió en sus exigencias de financiación del muro fronterizo con México.

En la reunión en la Casa Blanca, los líderes demócratas pidieron a Trump que reabra la parte de la Administración que se encuentra paralizada de manera inmediata, dejando el debate sobre la seguridad fronteriza del país para próximamente.

La previsiblemente próxima presidenta de la Cámara Baja, la demócrata Nancy Pelosi, aseguró a la salida de la reunión que la intención de sus colegas y ella es “acabar con el cierre parcial administrativo mañana”.

“Mañana vamos a votar un paquete legislativo para reabrir la Administración basado en leyes que han sido antes aprobadas por el Senado republicano, y otra legislación separada para aprobar fondos para Seguridad Nacional hasta el 8 de febrero”, indicó Pelosi a los periodistas.

Pelosi explicó que aprobar esta segunda iniciativa “daría 30 días más” a demócratas, republicanos y Trump para negociar sobre los fondos para la seguridad fronteriza de Estados Unidos, sin la necesidad de tener la Administración parcialmente cerrada.

Desde el pasado 22 de diciembre, la Administración entró en su tercer cierre parcial luego de que la negociación entre republicanos y demócratas en el Congreso llegase a un punto muerto a raíz de la exigencia Trump de que el proyecto de presupuestos incluya una partida de más de 5.000 millones de dólares para el muro fronterizo.

Tanto la Casa Blanca como McConnell rechazaron la propuesta demócrata y Trump volvió a convocar para el viernes otro encuentro en la Casa Blanca con los líderes de ambos partidos.

“Como he dicho en las últimas semanas, el Senado estará encantado de votar una medida que la Cámara apruebe que el Presidente vaya a firmar. Pero no vamos a votar a favor de otra cosa”, apuntó McConnell tras la reunión.

Pelosi y el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, criticaron la actitud de Trump por mantener al país “rehén” por su intención de aprobar más fondos para el muro, una de las promesas estrellas de su campaña electoral.

“(Trump y los republicanos) quieren aprovechar el cierre para financiar el muro. Esperamos que no usen al pueblo y los trabajadores estadounidenses por una rabieta y que no mantengan a los ciudadanos como rehenes”, apuntó Schumer.

Pese a que Trump sigue firme con su intención de mantener la Administración parcialmente cerrada si no logra fondos para el muro, el mandatario insistió hoy en que México ya está pagando la construcción de la cerca fronteriza a través del acuerdo de libre comercio renegociado el pasado año, conocido como T-MEC.

“México está pagando por el muro a través del nuevo acuerdo comercial T-MEC. Gran parte del muro ya ha sido completamente renovado o construido. Hemos hecho mucho trabajo”, señaló hoy el gobernante en su cuenta oficial de Twitter.

Sin embargo, ese tratado comercial aún no ha sido aprobado por el Congreso estadounidense, y, por ende, no ha entrado en vigor.

El cierre administrativo parcial en Estados Unidos afecta a agencias de diez departamentos del Ejecutivo, incluyendo Transporte y Justicia; así como a decenas de parques nacionales, que suelen ser una gran atracción turística.

La parálisis también perjudica a 800 de los 2.1 millones de trabajadores federales, que no cobrarán mientras permanezca cerrado el Gobierno y están a expensas de la aprobación de un nuevo presupuesto.

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