Por Miguel Rivas

Desde 1950 a la fecha los seres humanos hemos producido más de 9 mil millones de toneladas de plástico. Este material versátil, flexible y resistente es idóneo para fabricar una gran cantidad de productos como lo son el celular o la computadora de la cual leemos esta nota. El plástico está en todos los ámbitos de nuestras vidas, a tal punto, que hemos abusado de él. 79% del material plástico que hemos producido ha ido a parar a rellenos sanitarios, cuencas, ríos y llegado al mar. Se calcula que entre 8 y 12.7 toneladas métricas de plástico llegan a nuestros océanos anualmente, esto equivale a tirar un camión recolector de basura por minuto directamente a los océanos.

Es en el mar donde este material produce grandes estragos afectando a la biodiversidad e incluso llegando a nosotros mismos a través de los alimentos o el agua que consumimos. Más de un millón de aves playeras muere al año producto de la ingesta de plástico mientras que mamíferos y tortugas marinas mueren asfixiados o de inanición porque bolsas plásticas obstruyen sus vías digestivas y respiratorias. Esto solo es un ejemplo ya que son varias especies de peces, crustáceos, corales, moluscos, etc. de quienes los estudios científicos han demostrado que existe ingesta de plástico en el mar. Algunos, consumidos por nosotros los seres humanos.

Hemos abusado del uso de plástico a tal punto, que creamos artículos como las bolsas, los popotes, las botellas, entre otros, que tienen una vida útil muy efímera pero persisten cientos y miles de años como basura. Erróneamente les llamamos a estos productos desechables, como si mágicamente desaparecieran cuando nosotros los “desechamos”.

La industria nos ha dicho que estos productos pueden ser reciclados si se separan de manera adecuada sin reparar en que esta cultura de lo “desechable” podría llevarnos a triplicar la cantidad de plástico que contamina nuestros océanos para el año 2025. Lo cierto es que menos del 10% del plástico ha sido reciclado y aunque mejoremos la eficiencia de este proceso no necesariamente disminuiremos la cantidad de este contaminante en los océanos, para ellos debemos pensar diferente.

Hoy los consumidores tenemos pocas opciones para evitar llevarnos plástico basura a casa. Muchos productos que queremos y necesitamos vienen hechos de plástico, envueltos en plástico y entregados en bolsas de plástico. Son las empresas a las que les compramos quienes deben darnos una oportunidad para elegir, para adquirir sus productos de otra forma. Por ejemplo cuando nosotros compramos un agua embotellada lo que nosotros queremos es el agua, no la botella.

Es por eso que desde Greenpeace estamos haciendo un llamado global a 7 grandes corporaciones (Nestlé, Unilever, P&G, McDonald’s, Starbucks, Pepsico y Coca-Cola) -todas con una fuerte penetración en el mercado mexicano- las cuales día a día nos entregan una gran cantidad de productos en plásticos que no necesitamos, para que modifiquen sus formas de empaquetar, entregar y distribuir sus productos.

La gente se está uniendo a este movimiento firmando la siguiente petición https://actua.greenpeace.org.mx/liberate-del-plastico .

Empresas, sociedades y gobierno debemos unirnos y acordar la forma en que logremos ser la generación que ponga fin a la contaminación plástica en el mundo. Plástico que prometió hacernos la vida más fácil y hoy simplemente acaba con ella.

*Miguel Rivas es coordinador de la campaña de Océanos de Greenpeace México.

Más información
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Greenpeace

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