Hoy abrí los ojos de nuevo, desperté, bueno al menos eso creo, pienso que ya no distingo entre las pesadillas y la realidad, porque ya no sueño, hace mucho que no lo hago, solía hacerlo, me gustaba era como escapaba de aquí al menos cuando dormía, soñaba con mi familia, soñaba con verdes intensos, soñaba como mi madre solía darme fruta, sí, deliciosa y dulce fruta amarilla en los brazos de mi madre, todo parece estar bien ahí, para eso son los brazos de una madre para olvidarse del mundo, ¿no? Tal vez eso es el mundo… hoy solo tengo pesadillas, los sueños ya no han vuelto, extraño ver a mi madre…

Sí, desperté porque siento los duros barrotes de esta jaula otra vez, ¿porque me tienen aquí? Si tan solo supieran cuánto duele y cuánto miedo tengo, ayer me volvió a acariciar esa mujer que pasa por aquí, al parecer ella solo se encarga de tener limpio aquí, ella no es parte de “ellos”, me acarició justo antes de que me sacaran de nuevo de esta jaula, pude ver la tristeza en su rostro, ella sabía lo que me esperaba, me volvieron a poner sobre esos tubos, amarrado, no podía mover mi cuerpo, no podía mover mi cabeza, grité, pero pareció divertirles, ¿por qué se ríen?

Ahí viene ella, la odio. Me pone esas malditas gotas en los ojos, queman cada vez, ¿qué te hice?, ¿por qué me lastimas? Ya te grité mil veces que me queman ¿Por qué tienes que volver a intentarlo? Si estuviera mi madre aquí no dejaría que me hicieras esto, pero le hiciste lo mismo a ella hasta que ya no pudo más, aún recuerdo su piel lastimada por tus gotas, ella era tan hermosa, pero no pudo aguantar más, me miró por última vez, la tenías en tus brazos, fue una más para ti, pero para mí lo era todo, te odio mil veces.

Recuerdo el día que nos atraparon para traernos acá, habíamos despertado en nuestro hogar rodeados de nuestra familia, había llovido, pero salió el sol y todo era claro, todos los colores eran brillantes, yo era más pequeño, mi madre me tenía en sus brazos, salimos a buscar comida y yo le ayudaba con mi olfato, encontramos fruta. Qué día tan feliz, de pronto toda la familia gritó y corrimos, pero no pudimos, mi madre y yo chocamos contra una reja, me lastimé, era una trampa, ¡cobardes! Déjenos salir de aquí, dejen salir a mi madre de aquí, ¿mamá, a dónde nos llevan?

Desperté de nuevo… No sé cuánto más voy a aguantar…

Los animales de laboratorio son sometidos a los más crueles procesos de experimentación, en ellos se prueban todas las consecuencias nocivas y dolorosas de los productos que alguna vez llegaran a ser consumidos por los humanos, los resultados arrojados siempre son inconclusos, básicamente porque no somos la misma especie, la tecnología ha avanzado tanto que métodos tan primitivos como la experimentación en animales ya no son necesarios, sin embargo, los laboratorios y gobiernos se niegan a erradicar estas crueles prácticas.

Es fácil identificar productos que no hayan sido probados en animales, por favor, has un esfuerzo y solo consume este tipo de productos. En Internet hay publicadas muchas listas de este tipo de productos.

Blanka Alfaro

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Especialista en diseño y mercadeo. Cuenta con una amplia trayectoria en el trabajo con organizaciones nacionales e internacionales de protección a los animales. Ha gestionado el rescate y el traslado de grandes felinos a santuarios en los Estados Unidos. Se desempeñó como Vicepresidenta en México y Vicepresidenta Senior del área Internacional en Mercy For Animals. Desde el año 2010 ha concentrado su trabajando en la creación y la gestión política de propuestas legislativas para mejorar la protección de todos los animales en México. Co-fundadora del primer santuario para animales de granja en México “Santuario Libres al Fin!”, Co-fundadora y Directora Ejecutiva de Liberum.

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