Por Sandra Laso*

Una de las empresas más importantes para México es Grupo Bimbo. Misma que cuenta con un asiento en la primera fila de la industria mexicana, llega al 99 por ciento de los hogares mexicanos y ha logrado ocupar el lugar de la panificadora más grande en el mundo. Grupo Bimbo ha crecido rápidamente en México y en el mundo, sin embargo, no ha avanzado al mismo ritmo en sus medidas para demostrar el compromiso con sus consumidores/as para proteger el medio ambiente y la salud.

A pesar de que se ha posicionado en temas medioambientales por su preocupación climática y social con “el cariño de siempre”, así como suscrito los Principios Rectores de Derechos Humanos y Empresas, la realidad es que eso no es suficiente.

Una empresa que busca transformar la industria de la panificación y expandir su liderazgo global para el año 2020 y servir mejor a sus consumidores como su misión lo indica, debe asumir la responsabilidad que tiene a lo largo de su cadena de producción, pues sus productos no se hacen sin los insumos que le compra a grandes proveedores de maíz, y sus derivados (como el jarabe de maíz de alta fructosa, almidones y aceites vegetales) que son producidos con un uso desmedido de agrotóxicos. Entre los cuales hay plaguicidas altamente peligrosos.

Bien se dice que del dicho al hecho hay mucho trecho, y hoy cerca de 120 mil de sus consumidores/as, le piden a esta gran empresa que el cariño no se quede solo en el slogan, sino que lo traduzca en medidas concretas para transitar hacia un modelo de agricultura ecológica que elimine el uso de plaguicidas.

Desde hace dos años -cuando Greenpeace iniciamos el diálogo con la empresa para pedirle que empleara su liderazgo para mover a la industria y sus proveedores hacia un modelo de agricultura ecológica, varios ciclos agrícolas para producir sus insumos han pasado, ciclos en los que se han seguido aplicando sustancias altamente peligrosas.

Si bien Grupo Bimbo ha dado algunos pasos, como la reunión que organizó en mayo de 2017 con gobierno y con Greenpeace para entender la problemática que conlleva el sistema agroindustrial en México, una empresa con esta experiencia y ritmo de crecimiento, no puede ni debe seguir aplazando las acciones urgentes para detener esta contaminación y posibles afectaciones a la salud del ambiente y de las personas.

El liderazgo de esta empresa puede y debe servir para que sus consumidores/as puedan disfrutar y ejercer sus derechos como el derecho a un medio ambiente sano, y saber que los productos que consumen no están poniendo en riesgo la salud de las y los trabajadores del campo, o que significa un trabajo digno para todos aquellos que hacen posible su producción desde el campo.

El cariño de Grupo Bimbo ha sido escuchado por las y los mexicanos, hoy necesitamos acciones, con tiempos definidos y medidas claras, para eliminar estas sustancias de su cadena de producción.

Por ello necesitamos recordarle el papel tan importante que tiene para lograr cambios reales y que su liderazgo depende de esa calidad de decisiones.

Todos podemos recordarle a Bimbo que estamos esperando que apresure y concrete los siguientes pasos. Súmate en: www.greenpeace.mx/sembremosjuntos

*Sandra Laso
Campañista de Comida sana
Greenpeace México

FB: Greenpeace México
TW: @greenpeacemx

Greenpeace

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