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Oscar de Jesús Martínez Treviño

05/12/2022 - 12:02 am

“Dos marchas muy diferentes”

“En lugar de escuchar el clamor ciudadano de ese día y detener una reforma electoral a todas luces inoportuna, deciden responder organizando su propia marcha”.

“Fui testigo de una marea interminable de ciudadanos comprometidos con su país, levantando su voz, exigiendo al unísono respeto”. Foto: Cuartoscuro.

El pasado 13 de noviembre quedará grabado en la memoria de quienes asistimos a la marcha en defensa del INE. Ese día, en decenas de ciudades, incluyendo desde luego la Ciudad de México, cientos de miles de personas decidimos libremente salir a la calle a manifestarnos en defensa de nuestra democracia.

En Monterrey, donde junto con mi familia tuve la oportunidad de manifestarme, la marcha fue calificada como la más numerosa que se haya registrado en la historia de nuestra ciudad.

Sin embargo, más allá del número de personas que hayamos podido asistir a la marcha, lo verdaderamente impresionante para mí fue ver cómo, en torno a un objetivo común, fue posible lograr que cientos de miles de habitantes nos convirtiéramos en ciudadanos empoderados y dispuestos a defender al órgano que los mexicanos nos hemos dado para ser garante de nuestra democracia.

Haber sido testigos de este despertar ciudadano será, sin duda, lo que quedará grabado en nuestras memorias.

Contrario a los calificativos que desde el poder se lanzaron antes y después de la marcha con la pretensión de desprestigiarla, lo que yo atestigüé ese día no fue una marcha de “fifís”, “aspiracionistas” o “conservadores”, sino una marcha de ciudadanos, hombres y mujeres de todas las edades, que libremente decidimos salir a la calle a manifestarnos.

Lo que yo vi ese día, fueron miles de ciudadanos conscientes de que nuestra democracia es demasiado importante para dejarla en manos de los políticos; miles de ciudadanos con memoria; miles de ciudadanos que simple y llanamente nos negamos a regresar a la democracia simulada del México previo al INE.

Fui testigo de una marea interminable de ciudadanos comprometidos con su país, levantando su voz, exigiendo al unísono respeto. Demandando que los legisladores cumplieran con su responsabilidad y que, como sus representantes, votaran en contra de una reforma al órgano electoral que con todas las áreas de oportunidad que éste pueda tener, nos ha garantizado durante las últimas 3 décadas elecciones confiables, ordenadas y en paz.

Desafortunadamente, pareciera que nuestros gobernantes simplemente no entienden que no entienden. En lugar de escuchar el clamor ciudadano de ese día y detener una reforma electoral a todas luces inoportuna, deciden responder organizando su propia marcha. En lugar de reconocer la impertinencia de una reforma impulsada desde el partido en el poder y en la parte final de su mandato, redoblan su apuesta por la polarización y el encono.

Pero no debemos confundirnos. Se tratará de 2 marchas que en apariencia podrán ser similares pero que en el fondo serán totalmente diferentes. La primera, una marcha de ciudadanos que libremente han decidido manifestarse conscientes del peligro que sobre la democracia en su país se cierne; la segunda, una marcha convocada desde el poder buscando inútilmente acallar el ensordecedor caminar de una ciudadanía libre que ya despertó y que no está dispuesta a dar marcha atrás en la conquista de sus libertades.

La primera será recordada como la marcha del despertar ciudadano. La segunda pasará al basurero de la historia como la marcha de la decadencia de un sistema político caduco. ¡Que diferencia una marcha puede hacer!

Pero para los que marchamos el 13 de noviembre la batalla no ha terminado. De hecho, la defensa de nuestra democracia y del INE apenas comienza. No tengamos duda que desde el poder se seguirá insistiendo en reformar al órgano electoral con la finalidad de controlarlo. Pero tampoco tengamos duda que, de igual forma, también desde la sociedad se seguirá insistiendo, si acaso cada vez con más fuerza, en su defensa.

Afortunadamente para México y los mexicanos, el deseo de algunos pocos de retroceder en el avance de nuestra democracia será para ellos una batalla perdida. Porque cuando se ha probado la libertad, volver atrás simple y sencillamente ya no es opción.

Súmate al movimiento #YoDefiendoAlINE. Porque somos muchos más los que queremos seguir viviendo en libertad, en la defensa de nuestra democracia, ni un solo paso atrás. #Opinión Coparmex.

 

 

Oscar de Jesús Martínez Treviño
Es director de Desarrollo Corporativo en Xignux y responsable de diversas áreas, incluyendo Legal y Capital Humano. Funge como secretario del Consejo de Administración de Xignux –empresa en la que inició su trayectoria en 1990–, un corporativo que, a través de sus empresas, participa en dos grandes industrias: energía y alimentos. Con más de 65 años de historia y 29 mil colaboradores, tiene presencia operativa en México, Estados Unidos, Brasil y Venezuela. Oscar ha sido invitado a participar en distintas asociaciones y ha sido consejero de CAINTRA y CINTERMEX. Actualmente es presidente de Coparmex Nuevo León y miembro del Consejo Directivo de Coparmex Nacional.

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