Ciudad de México, 8 feb (SinEmbargo).- La película que hizo llorar a Robert De Niro y que, de cumplirse los pronósticos, le dará el primer Oscar a Jennifer Lawrence, la estrella de Los Juegos del Hambre, llega este viernes a las salas mexicanas.
Se trata de Silver Linings Playbook, que en nuestro país llevará el título de Los juegos del destino, una historia de enfermedades mentales y dramas familiares que el protagonista de Taxi Driver, muy alejado por cierto de su cínico personajes de Los Fokers, presentó conmovido en el programa de televisión de Katie Couric.
De Niro también aspira a un Oscar por su papel en el filme, al igual que el protagonista Bradley Cooper, este último con pocas posibilidades, por cierto, pues al parecer todos los boletos para la estatuilla dorada al mejor actor los tiene comprados el inglés Daniel Day-Lewis por su rol en Lincoln, de Steven Spielberg.
“No me gusta ponerme emotivo, pero sé por lo que ha pasado”, dijo, Robert De Niro, de 69 años, entre lágrimas, en referencia al director de la película, David O. Russell, cuyo hijo tiene un trastorno de comportamiento y fue la inspiración para el filme.
LA REDENCIÓN DESPUÉS DE LA LOCURA
Silver Linings Playbook, que compite para ocho premios en la próxima edición de los Oscar, el 24 de febrero, cuenta la historia de Pat (Bradley Cooper), quien vuelve a casa de sus padres (Robert De Niro y Jacki Weaver) tratando de encontrar el lado bueno de las cosas.
Determinado a tener una actitud positiva, rehacer su vida y recuperar a su ex-mujer, el mundo de Pat da una vuelta cuando conoce a Tiffany (Jennifer Lawrence), una preciosa viuda tan extraña como él con la que comparte neurosis comunes y quien le enseñará a leer las señales de la vida de manera correcta.
A pesar de la mutua desconfianza, entre ellos pronto se desarrollará un vínculo muy especial que les ayudará a encontrar el amor que tanto les hace falta.
Russell, director de The fighter (con un impresionante Christian Bale), conoció el libro a través del fallecido Sidney Pollack, que había adquirido los derechos junto a Harvey Weinstein.
“Pese a que era una obra de ficción, estaba igualmente llena de personajes muy realistas e intensos, en un mundo local muy específico que el autor conocía bien: hogares cargados de emociones, gente sometida a gran presión, situaciones sorprendentemente dramáticas y otras involuntariamente cómicas. Me atraen mucho estos mundos, los encuentro fascinantes”, dice el cineasta.
“Al hablar con Bradley Cooper, me pareció que tenía gran parte de la franqueza, ferocidad y vulnerabilidad que poseía el personaje de Pat Solatano; y estaba deseando interpretar a un personaje tan intenso e inesperado para él, lo que resulta de lo más oportuno para cualquier director”.
“No conocía a Jennifer Lawrence, pero me dejó pasmado con su audición realizada a través de Skype, y el “Dios mío” de Harvey al verla dejaba bastante claro su total acuerdo conmigo. Me encanta el romance tanto como me encantan los mundos verosímiles de barrio; la química entre Bradley y Jennifer era claramente combustible en la piel de esas dos personas tan especiales, un auténtico regalo”.
Otro gran regalo fue tener la suerte increíble de encontrar al gran De Niro, con su propio interés por interpretar un papel emotivo y realista, del tipo que habíamos comentado entre nosotros a lo largo de los años, que tenía un vínculo personal para ambos como padres”, agrega.