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El COVID-19 impide que familias despidan a sus muertos. Un joven cuenta cómo se vive el duelo en aislamiento

09/04/2020 - 9:50 pm

Debido al distanciamiento social mi familia no puede consolarse ni llorar unida esta pérdida. Es como si nos estuvieran arrebatando la posibilidad de tener un cierre.

Por Mack Lamoureux, traducido por Laura Castro

Canadá, 9 de abril (Vice).- No éramos como uña y mugre, pero provengo de una familia muy unida y la noticia nos cayó a todos como un balde de agua helada. Después de que me informaron su muerte, estuve meditando si alquilar un automóvil y conducir tres mil 400 kilómetros para poder estar con mi familia. Mi madre tiene su sistema inmunológico comprometido y, con el estado actual de la pandemia de coronavirus, no me atrevería a estar con ella luego de haber subido a un avión. Después de llegar a la conclusión de que el viaje de Toronto a Alberta no tenía sentido y no cambiaría nada, hice lo único que pensé que podía hacer: le envié un mensaje de texto al hermano de mi prima para expresarle mi amor.

Cuando enfrentas la muerte de un ser querido, la pandemia se siente como un par de esposas en las muñecas de las que intentas zafarte constantemente. Puedo enviar mensajes de texto, pero no puedo poner mi brazo sobre el hombro de mi apesadumbrado primo, como él lo hizo conmigo cuando nuestro abuelo murió hace 16 años. No puedo comprarle un trago. No puedo tratar de hacerlo reír en el estacionamiento durante el velorio de Fallon. Incluso si volviera a casa en Alberta, esas cosas no serían posibles debido a que las medidas de distanciamiento social no nos permiten llevar a cabo ninguna de las reuniones en que tradicionalmente lloramos y despedimos a nuestros muertos.

Así que, aquí estoy congelado. Atascado. Incapaz de enfrentar mi duelo.

El luto durante la pandemia es algo que muchos de nosotros tendremos que enfrentar. La Dra. Kristin Bianchi, psicóloga clínica del Centro para la Ansiedad y el Cambio de Comportamiento, me dijo que la pandemia exacerba los momentos difíciles que las personas están experimentando.

“Las personas se ven privadas del contacto físico con su sistema social de apoyo”, dijo Bianchi. “Con lo cual también se suprimen muchos de los ritos y rituales que son verdaderamente importantes para nosotros como parte del proceso de duelo”.

“Podemos esperar que las personas se sientan más solas durante el proceso de duelo y que sientan que la posibilidad de tener un cierre les ha sido arrebatada”, agregó.

En pocas palabras, el duelo puede volverse profundamente solitario cuando se combina con el distanciamiento social. Cómo se manifiesta esto es diferente en cada persona. Algunos pueden sentirse abrumados, otros profundamente aislados, y algunos, como yo, pueden experimentar una especie de aletargamiento con momentos de dolor profundo —tanto por la tristeza de la pérdida como por la impotencia de no poder consolar a mi familia— aquí y allá.

Mi familia está haciendo lo mejor que puede. Mi tía la mayor, que era muy cercana a Fallon, está organizando meditaciones familiares, en las cuales voy a comenzar a participar aunque normalmente no es algo que me interese. Hemos estado haciendo largas videollamadas para hablar de los últimos días de la vida de mi prima. Mis hermanas, otra prima, y yo compartimos fotos e historias a través del Messenger de Facebook y hablamos sobre cómo estamos lidiando con esto (léase: bebemos demasiado). Esta situación ha orillado a mi poco tecnológica madre a aprender cómo usar Facetime, así que supongo que es una ventaja. Lograr que mi tía se una a la videollamada es un trabajo que aún está en proceso.

El martes discutimos qué tipo de urna le habría gustado a mi prima. Mi hermana menor, quien hace 10 años se mudó con Fallon a una ciudad de la Columbia Británica con centro de esquí, está buscando “urnas de buen gusto” que se adapten a la personalidad de mi prima. Tengo absoluta fe en que encontrará una que sea perfecta.

Chris Jong, vicepresidente de la Asociación de Servicios Funerarios de Alberta, me dijo que si quisiéramos realizar el funeral de mi prima en una de las instalaciones de la asociación, probablemente tendríamos que limitar el servicio a 15 personas y los asistentes tendrían que mantener 2 metros de distancia entre ellos, además de no presentar ningún síntoma de COVID-19.

“No hay duda de que estas restricciones hacen aún más difícil un momento extremadamente significativo y emocionalmente desalentador en la vida de las personas”, dijo Jong. “Nuestros corazones se rompen por estas familias todos los días. Entendemos la necesidad que tienen las personas de llevar su luto de manera significativa en compañía de sus apoyos sociales”.

Estas reglas reflejan las medidas que la mayoría de las funerarias están tomando para ayudar a frenar la propagación del virus. En Terranova, más de 120 casos de coronavirus fueron relacionados con una funeraria. Jong dijo que muchas familias están retrasando los funerales hasta que la situación sea más segura y que la transmisión en vivo del funeral, así como las grabaciones de video y audio, “parecen ser la opción preferida actualmente”.

En todo el mundo, los deudos están recurriendo a las pantallas para despedirse. Algunas casas funerarias incluso transmiten las cremaciones en vivo.

En una de nuestras videollamadas familiares, surgió la idea de tener un servicio funerario trasmitido en vivo, pero no creo que eso funcione para nosotros. Lo natural para la familia del lado de mi madre es reunirse todos en una cocina caliente preparando algunos rollos de col, panecillos pirozhki, pasta pierogi en salsa de eneldo lo suficientemente rica como para que te de gota, o las crepas ucranianas llamadas nalysnyky (por favor no preguntes por qué una familia escocesa cocina comida ucraniana), todo acompañado de vino, whisky, tequila, cerveza o cualquier bebida alcohólica disponible. Por ello, eso de mantener una sana distancia nunca iba a funcionar.

Además, muchos de nosotros simplemente no somos muy hábiles con la tecnología, lo que estoy seguro es una verdad universal en la mayoría de las familias. Me estremezco al pensar en todos los memoriales y funerales cuya transmisión a fallado porque una de las tías no sabía cómo usar Zoom o porque uno de los tíos accidentalmente cerró su sesión de Gmail y no pudo encontrar la invitación de Hangouts.

Además de eso, Bianche dijo que para muchas personas, simplemente no se siente real un servicio funerario que se lleva a cabo a través de una pantalla. En este momento de aislamiento social, ya nos encontramos pegados a múltiples pantallas, por lo que es normal que todo se sienta bastante surrealista al estar viviendo así. Esencialmente, esto significa que nos lleva más tiempo aceptar la pérdida porque experimentamos una sobrecarga de información. Todo lo anterior combinado con la falta de contacto físico y los ritos tradicionales a los que estamos acostumbrados, es la receta perfecta para que sintamos que no podemos tener un cierre.

“Hay algo muy poderoso en ver tu propio dolor reflejado por las personas que te aman y se preocupan por ti y que amaron y se preocuparon por la persona que perdiste, y no tener eso, sin duda, va a complicar un proceso ya de por sí solitario para los humanos”, dijo Bianchi.

Bianchi recomienda que nos comuniquemos con nuestros seres queridos en momentos como este y dijo que es importante recordar que aunque los terapeutas y tanatólogos no están viendo a nadie en persona, sí hay muchos que están dando consultas por teléfono y a través de video.

Hasta este momento, mi familia no ha tomado una decisión sobre cómo va a seguir adelante. Cualquiera que sea su elección, los apoyaré y haré todo lo posible para que funcione, pero deseo profundamente que pudiéramos tener un funeral normal. Desearía poder abrazar a mi madre mientras llora o comprarle un trago a mi primo y preguntarle sobre la última presentación de la banda Bouncing Souls para distraerlo. Deseo que cuando finalmente me derrumbe y llore por esto, pueda estar de vuelta en casa en Alberta, y no aquí, en un departamento en Toronto.

No soy bueno con los duelos, este lo sobrellevaré un día a la vez. No tengo ninguna frase alentadora que ofrecer. Perder a alguien es trágico y perderlo en medio de una pandemia solo sirve para complicar aun más los sentimientos que de por sí ya nos invaden y acongojan. No hay una cura mágica.

Fallon era joven, inteligente, divertida, hermosa y alguien con quien pasar un muy buen momento en Navidad y Pascua. El mundo pierde un poco de su luz sin ella. No murió a causa del coronavirus, pero de cualquier modo ya no está, y eso no hay manera de cambiarlo.

Solo desearía poder despedirme de ella.

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