Nosotros tan mayo, ustedes tan diciembre

12/05/2014 - 12:00 am

Tal vez #YoSoy132 no cambió el país:

pero sin duda está cambiando

a algunas de las personas

que cambiarán el país.

César Alan Ruiz Galicia

Los aniversarios suelen ser una oportunidad para invocar primaveras y hacer brindis retóricos con cuentas alegres. Estas conmemoraciones son algo traicioneras, porque ritualizar un evento es una manera de amortajarlo: #YoSoy132 se cerró simbólicamente cuando decidió erigir su propia lápida al convocar a una especie de reunión de veteranos al año siguiente de su nacimiento. El subtexto de esa ceremonia en la Estela de la Luz fue que ya solo un día al año podremos encontrarnos.

Ya ha pasado otro año. Siguen abiertas las discusiones sobre si #YoSoy132 es un movimiento, una generación, una asamblea, una superficie de inscripción, una red de redes o un clima de participación. Lo cierto es que de la misma forma que no existe una juventud, sino juventudes, y que no somos un sector ni un grupo, sino que atravesamos todos los sectores y grupos, tampoco hay un #YoSoy132, sino muchos, conformados por distintos sectores y grupos. Reconocernos en esa diversidad es una tarea pendiente.

Respecto al estira y afloja para determinar cuando surge #YoSoy132, la realidad es que su gestación tuvo lugar el 11 de mayo de hace dos años, en la Universidad Iberoamericana, si bien su emergencia como movimiento fue hasta el 23 del mismo mes. Una cosa es la concepción, otra el nacimiento; una más el bautizo, que aunque se le ocurrió primero a “@aochoad” -estudiante tapatío con poco más de una centena de seguidores- estalló con el famoso tweet de Denise Dresser “Dame RT #131AlumnosDeLaIbero pero somos más los que sentimos igual, SUMATE #somosmasde131 yo soy el 132. Y tú, te sumas?”.

Una vez aclarado el origen, ¿que hay de sus causas? ¿las cosas que denunciaba han cambiado?

A dos años del surgimiento de #YoSoy132, la realidad nos abofetea. EPN es presidente, TELEVISA y América Móvil siguen siendo potestades sin regulación eficaz, que ni siquiera pasan por las urnas. La democratización del sistema de medios es una lucha sin horizonte luminoso, si bien no ha culminado el proceso de redefinición del escenario mediático. Por otro lado, vivimos una lógica de empobrecimiento social, económico, cultural y de libertades, al que no hemos podido poner límites.

A esa luz, el movimiento es una bandera hecha jirones.

Pero afilemos el análisis. Lo que se logró, indudablemente, es la revitalización de la política, y por eso hay muestras de re-encantamiento en la vida pública: bailes, brincos, performances, pegas y pintas desbordaron la cuadratura de la protesta típica, lo que permitió borronear los muros de lo imaginable, para trastocar lo decible y reinventar lo accionable. #YoSoy132 puso así a la defensiva a los beneficiarios del status quo: realizar el cerco a Televisa, organizar el debate con los candidatos presidenciales o redactar una propuesta de Reforma Constitucional en materia de Telecomunicaciones, son episodios históricos de su lucidez en acción.

Así las cosas, el balance arrojaría muchas “derrotas prácticas” y solo algunas “victorias simbólicas”; en esa lectura, exclusivamente el optimismo más enjundioso nos daría razones para aplaudir al movimiento. Por mi parte, afirmo que si no sabemos a que jugamos, no sabremos nunca quién ha ganado. Para entender el proceso histórico que abrió #YoSoy132 hay que ir más lejos.

En primer lugar, el uso táctico y estratégico de redes sociales para la coordinación colectiva es, más que un capítulo concluido, un lenguaje de época inaugurado en México por #YoSoy132. También se logró ganar mucho en la agenda pública: la democratización del sistema de medios es una demanda estratégica que ya se ha introducido y normalizado como parte de las palabras cruciales de lo político.

Exploremos los contornos de esta idea. En el atropellado transcurrir de los sucesos, #YoSoy132 desarrolló muchísimas propuestas, iniciativas y proyectos. Pero la dinámica conformó algo más, una silente orientación de las acciones, a la que llamaré aquí “inteligencia mediática” -uso táctico y estratégico de las herramientas y del lenguaje media para aglutinar contrapoder- y que es una dimensión crucial para desmontar el autoritarismo en México. Esta idea es sencilla, pero puede cambiarlo todo.

Los medios de comunicación son importantes porque son ellos los mediums entre la sociedad, el Estado y la clase política, así como el espacio donde se reproducen los discursos que nos envuelven. Ahí se refuerza día con día, hora tras hora, programa tras programa, la gramática de las relaciones sociales: quién manda y quién obedece, que voces tienen un lugar y cuales no, que conductas son aceptables y cuales es urgente rechazar, etc. Lo crucial ahí son los conceptos y los significados, pues las palabras y las imágenes nunca son ingenuas: tienen promotores interesados en que nos las apropiemos, que trabajan para que las aceptemos acríticamente en el afán de que se vuelvan “sentido común”.

En la era de la información es fatal no incidir en la lucha de las ideas y el uso de los términos. La razón es la siguiente: el 1DMx cientos de personas fueron agredidas por la violencia represiva del Estado. Millones podían verlo desde sus casas en los noticieros. Millones no estaban de acuerdo y no fue necesario emplear la fuerza física con ell@s, porque les dieron el mundo interpretado, les glosaron cada imagen, les dividieron el mundo en buenos y malos. Pero sobre todo, esa gran mayoría fue subyugada desde sus casas mediante violencia sistemática, estructural y simbólica, que ni siquiera es llamada violencia, sino “destino”, “mala suerte”, o “accidente”. ¿Cuando le llamaremos a las cosas por su nombre? Yo creo que #YoSoy132 ya empezó ha hacerlo. Y ese es el inicio desencadenante de su verdadera importancia histórica.

Este es el tablero, esta es la lógica del guante blanco que hace innecesario usar con la mayoría el brazo de hierro. Aún así, la criminalización de la protesta y la pérdida de libertades son el prólogo de un recrudecimiento anunciado contra la oposición organizada fuera de los partidos, que es la única real en estos tiempos. Mucho debe hacer esta generación en la práctica y en la batalla de los significados, porque hay dos relatos opuestos sobre el país que queremos y que son las dos caras de #YoSoy132: nosotros tan mayo, ustedes tan diciembre.

@CesarAlanRuiz

César Alan Ruiz Galicia
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