El Congreso Popular en la voz de sus protagonistas

25/02/2014 - 12:00 am

“Cuando hablamos de algo le damos poder. Por eso hay que hablar de democracia, de medios de comunicación, de comunidad, de poder popular”.

“He pensado en irme, huir a un país más justo, pero no sé dónde queda eso. Por eso veo este intento por alzar la voz y me uno”.

“Es hora de que seamos solidarios, porque ya vimos cómo es ser solitarios”.

El Congreso Popular ha resultado ser un espacio de esperanza y descubrimiento. La alegría que nos regaló, radica en que ha confirmado de que hay muchísimas personas que están deseosas de participar y de ser protagonistas de su propia historia.

El acto del 5 de Febrero resultó en un evento masivo y de carácter festivo, donde se hizo notar el entusiasmo y compromiso de mexican@s que decidieron dejar esa zona de confort del votante promedio -en que se consumen miles- para poner manos a la obra y renunciar a la frustrante espera de que alguien más venga a resolver nuestros problemas.

Para participar en el Congreso Popular el único requisito fue llenar un pequeño formulario en línea, donde se solicitó a los interesados que reseñaran su biografía y declararan en una exposición de motivos cuales eran sus razones para ser congresistas. El resultado ha sido por demás asombroso.

Se construyó de manera un tanto impensada un banco de memoria donde miles de personas plasmaron su historia y la de sus deseos, angustias e ilusiones. La pesquisa en sus testimonios ha sido una labor titánica pero gozosa. Aquí comentaré solo una pequeñísima parte de lo que se puede encontrar en esos archivos. Hay frases brillantes -como las que abrieron este texto- así como semblanzas que estrujan el corazón:

No tengo los medios para viajar y por cuestiones de salud no puedo tomar aviones. Mi familia no apoya mi participación en cuestiones de política y no soy buena para hablar frente a muchas personas. Aún así quisiera participar en el Congreso Popular”.

Tengo actualmente 49 años y estoy cansado de sexenio tras sexenio obtener los mismos resultados: un pueblo más pobre y unos cuantos que se hacen más ricos”.

Soy feliz y vegetariana, feminista de la diferencia, me muevo en bicicleta y tacones, todos los días practico artes marciales y yoga y aplico el camino del centro. Sin embargo, aunque he cambiado al interior, estoy cansada de renegar de lo que sucede en mi patria y sentirme aislada de mi contexto: quiero cambios en lo externo”.

“Mi generación y todas las que le siguen no han vivido en un país que no esté en permanente crisis. Ya me cansé de que el gobierno nos tenga con un pie de la yugular, me cansé de tanta corrupción. Quiero participar para servir a mi patria, no para servirme de ella. Quiero formar parte de esto y quiero decirle a mis descendientes que yo fui parte de este Congreso Popular, que dejé huella en la historia de mi país, como lo hicieron dos familiares míos en la revolución.”

Tengo la esperanza de que se me conceda el privilegio de formar parte del Congreso Popular y desde ahí servir a esta mi querida patria. Estoy consciente que habrá muchos otros que me superen ampliamente en escolaridad, sin embargo, creo encontrarme adecuadamente preparado para hacerlo

También hubo arrebatos de lirismo:

“Estoy indignado: estoy decidido a subir el piso y bajar el cielo”.

México es el nombre de un sueño que se volvió pesadilla. Es una bandera dibujada con gis en un muro baleado”.

Se presentaron reivindicaciones poderosamente expresadas:

En este país, los humildes tienen sangre indígena en las venas. Los poderosos, en las manos

“Hemos perdido todo: minas, playas, espacio aéreo, nuestro espacio marítimo, etc, etc. México ya no es nuestro. Cuando no nos queda nada, cuando nos han quitado todo, es tiempo de actuar: #CongresoPopular”.

Me duele y me preocupa no tener un país donde puedan nacer mis nietos y yo morir tranquila

La frase más repetida fue sin duda “quiero ser parte del cambio”. Empero, hay pequeñas genialidades que podemos extraer con una lectura atenta. Aquí algunas de ellas:

La gente tiene el poder en sus manos pero no lo sabe”.

“Lo que quiero para mí, lo quiero para todos”.

“Muera la corrupción. Y si no se muere, matémosla”.

Las propuestas han sido muchísimas. Se habla de redactar una nueva constitución, de revocación de mandato en todos los niveles, así como de referéndum en relación con las reformas aprobadas por el Congreso. Hay ideas para la re-nacionalización de TELMEX y de otras empresas públicas. Se presentaron refinados planes para transformar la educación, la salud, la seguridad y la economía. Podemos hallar incluso proyectos integrales para combatir la violencia, el hambre y la falta de empleo.

En cuanto al plan de acción, los participantes plantean una gran variedad de posibilidades, que van desde la resistencia simbólica y la desobediencia pacífica, hasta el paro cívico, la huelga, el boicot y tomas no violentas de las instalaciones de pozos, refinerías, gasolineras, casetas y oficinas.

Aunque excede los objetivos de mi glosa, hay una relación muy interesante entre la biografía de las personas y las acciones que consideran más acordes a la situación: resulta que no se requiere una larga trayectoria de lucha para proponer una clausura simbólica o un cerco pacífico. Amas de casa, jubilad@s o jóvenes tienen cada vez más claro que hay que luchar por el país que quieren. Me parece que es un síntoma del ambiente social que no podemos pasar por alto.

A reserva de seguir escarbando en el mar de biografías y testimonios, cierro con una frase que redondea bastante el espíritu de lo que se ha dicho:

“Algunos dicen que llegó el momento de hacer algo. Yo creo que llego el momento de hacer todo”.

@CesarAlanRuiz

César Alan Ruiz Galicia
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