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Javier Solórzano

14/05/2012 - 12:00 am

Peña Nieto, ni el bien ni el mal

Si bien Enrique Peña Nieto parece inalcanzable, su principal problema sigue consistiendo en que no le va ni bien ni mal. Anda en el punto medio en todo lo que hace y dice. En el debate mostró que hila más de tres frases, pero al final no alcanzó asombrar a nadie. En la subjetividad de […]

Si bien Enrique Peña Nieto parece inalcanzable, su principal problema sigue consistiendo en que no le va ni bien ni mal. Anda en el punto medio en todo lo que hace y dice. En el debate mostró que hila más de tres frases, pero al final no alcanzó asombrar a nadie. En la subjetividad de la evaluación no le fue mal debido en buena medida a que sus adversarios no pudieron despuntar, con la excepción de Gabriel Quadri quien tenía ante si el mejor de los escenarios posibles y que no dejó pasar uno solo de los señalamientos que le hicieron.

En la Universidad Iberoamericana lo sacaron por fin de su zona de confort. Las preguntas de los avezados estudiantes le dieron poco margen de maniobra, y aunque contestó auténticamente todo lo que le plantearon no necesariamente convenció al muy aguerrido y belicoso auditorio. Ya que los candidatos andan evitando instituciones educativas públicas como la UNAM, el IPN o la UAM, solo por mencionar universidades con sede en el DF, las privadas están siendo la alternativa para que los candidatos tengan un diálogo con los estudiantes.

Negarle iniciativa a los alumnos de la Ibero es un sin sentido. Independientemente del estereotipo que acompaña a la universidad, en términos de clase social, en muchas carreras, particularmente las del área de humanidades y sociales, las discusiones en los salones de clase son intensas, de mucha pasión  y cargadas de crítica. La reacción de ayer ante Peña Nieto tiene diversas razones.

Por una parte está la simpatía que algunos estudiantes tienen hacía AMLO, el cual, por cierto, cuando estuvo en la Ibero no contestó de manera directa muchas de las preguntas que le hizo una audiencia particularmente contemplativa hacia el tabasqueño. Por otra parte está lo que provoca Peña Nieto, con todo lo que significa el priísmo que aunque los estudiantes no lo hayan vivido directamente saben que está cargado de dichos y leyendas, junto con una muy desigual herencia de más de 70 años.

Haber sacado a Peña Nieto de su “campaña de confort” lo llevó por fin ante un auditorio no manipulable por su equipo, aunque los estudiantes hayan tenido sus singulares razones para comportarse como lo hicieron. De lo poco que se podría quejar Peña Nieto fue de cómo lo despidieron a su salida de la universidad. El director de la muy escuchada Radio Ibero nos dijo que la anécdota del baño no fue como se contó por más de un tuittero. Lo que sucedió, según esta versión la cual es directa, fue que el candidato  del PRI preguntó por el “caballeros” con cierta urgencia por la gran cantidad de agua que había tomado. A esto hay que agregar que ya se le había hecho tarde y no asistió a una entrevista a Radio Ibero, es obvio que 10 minutos más de tardanza a estas alturas no le hacían daño a nadie pero… La salida de la universidad estuvo marcada por gritos de los estudiantes sobre Atenco, los feminicidios, y por supuesto críticas a su “relación” con el “villano favorito”, Carlos Salinas de Gortari.

Lo que vivió Peña Nieto le debe venir bien. No es posible que se la pase levitando en su campaña. La zona de confort no le da para saber que está pasando en el país. A algunos estudiantes de la Ibero les pudo ganar la intransigencia lo que es un hecho a señalar, pero quien conoce las universidades del país, la Ibero no es la excepción, sabe que escenarios como el del viernes son cotidianos.

Peña Nieto salió más o menos librado y de nuevo se confirma que se la pasa en el ni bien ni mal. Este está siendo el signo de identidad de su campaña. Puede que nadie lo alcance, creemos  que la elección no está tan decidida como dicen las encuestas; sin embargo, la forma en que se ha ido desarrollando su campaña lo coloca todo el tiempo en el “no perdió”, “no le fue tan mal”, “sigue con ventaja”, “le pudo ir peor”, “la libró” y sígale por ahí. Está dónde está porque da la impresión de que sigue estrictamente algo así como el “librito del cómo hacer una campaña” y porque sus adversarios no han logrado despuntar. La visita a la Ibero le puede salir mejor de lo que sus simpatizantes piensan señalando la “intransigencia de los estudiantes”; si no quieren ver fantasmas que no salgan de noche. A Peña Nieto por fin lo sacaron de su campaña de confort y esto a estas alturas tiene su lado positivo para él y para la elección.

Javier Solórzano
Es periodista. Conductor de radio y televisión.

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