VIDA ARRIBA Y BAJO LA TIERRA: NUEVOS ESPACIOS

14/12/2013 - 12:00 am
Imagen: Taller 13
Imagen: Taller 13

El pasado 24 de noviembre un grupo de activistas fue desalojado de un “picnic” que realizaba en un camellón del Viaducto Miguel Alemán a la altura de Insurgentes. Los manifestantes pedían la recuperación del espacio público pacíficamente mientras que las autoridades los “invitaron a retirarse” porque ponían en peligro su integridad y al mismo tiempo a los automovilistas.

Las redes sociales repudiaron la acción policial e hicieron que el proyecto del grupo de arquitectos Taller 13 se popularizara, sin embargo, la propuesta no es nueva, pues desde el año pasado, en unión con varias asociaciones, convocan a reunirse en un “Picnic sobre el Río”, en favor de la recuperación del Río La Piedad y otros 45 cauces.

Lo que se busca es que se libere a los ríos que cruzan la ciudad que actualmente se encuentran entubados, sucios y sobre todo desaprovechados.

De esa manera se podría crear un corredor sustentable que además de mejorar la imagen de la ciudad optimizaría los espacios recreativos,  y de transporte público y privado, además del ecosistema perdido, como se puede ver en la imagen de arriba.

“El eje del proyecto consta de la recuperación del río La Piedad desde su origen en la parte urbana de Cuajimalpa hasta la parte donde desemboca en la zona del aeropuerto, por otro lado esta propuesta contempla también un parque lineal con distintos espacios a lo largo del río con diferentes actividades y programas que irán complementando cada una de las vocaciones que se retomen a lo largo de todo lo que hoy conocemos como viaducto”, se lee en su página web.

Con la atención mediática en el proyecto este ha tomado más fuerza que nunca y pese al desalojo pasado continúan convocando a más Picnics y se muestran optimistas con la respuesta de las autoridades capitalinas.

“Como resultado de esta última convivencia, se realizó una reunión formal entre Taller13 y el Gobierno del Distrito Federal, a través de la instrucción que dio el jefe de gobierno Dr. Miguel Ángel Mancera de reunirnos con los diputados Laura Ballesteros, Roberto Candia y a su vez con el Secretario de Gobierno del Distrito Federal, Héctor Serrano.

Con el fin de continuar con mayor certidumbre con la labor que realizamos a favor de la Ciudad de México, ahora en coordinación con el Gobierno del Distrito Federal y la Asamblea Legislativa del Distrito Federal tenemos mucha confianza, por el entusiasmo que muestra el equipo del jefe de gobierno que estos diálogos tendrán trascendencia y lograremos establecer acuerdos para concretar proyectos de transformación metropolitana”, informan en un comunicado del pasado 29 de noviembre.

 

RECUPERAR ESPACIOS

Parque de bolsillo en el Zócalo / Fotografía: Cuartoscuro
Parque de bolsillo en el Zócalo / Fotografía: Cuartoscuro

La administración pasada al mando de Marcelo Ebrard Casaubón tuvo entre sus prioridades precisamente la recuperación de los espacios públicos, que si bien la mayoría de sus esfuerzos se concentraron en la parte central de la capital significaron un aumento en el turismo, mejora en el comercio y la calidad de vida de sus habitantes.

Tal es el caso del Corredor Cultural Regina, la Plaza Tlaxcoaque, la Alameda Central o la peatonalización de la calle de Madero, todas ellas en el Centro Histórico de la capital.

Asimismo, Miguel Ángel Mancera Espinosa da continuidad a este movimiento con su iniciativa de los Parques de bolsillo, presentada en abril de este año, con la que “ofrece a los habitantes de la Ciudad de México lugares de convivencia social, identidad y activación económica”, según se lee en la página de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi).

Hasta el momento se han implementado 10 de estos pequeños parques públicos en distintas áreas de la ciudad, y recientemente el GDF anunció que van por 16 más con apoyo de la iniciativa privada.

Por separado, las delegaciones políticas del Distrito Federal buscan disminuir la incidencia delictiva y mejorar la imagen de sitios aparentemente olvidados por sus habitantes, tal es el caso de la implementación de parques con juegos infantiles y para personas de la tercera edad.

Así como los “bajopuentes” cuyo espacio se ha aprovechado para construir gimnasios, canchas de futbol, restaurantes y diversos comercios.

Fotografía: Cuartoscuro
Fotografía: Cuartoscuro

Otro de los proyectos arquitectónicos importantes es el de la Plaza Garibaldi, que entre 2009 y 2010 rehabilitó sus espacios como parte del proyecto integral Reforma-Centro Histórico por los festejos del Bicentenario, que incluyó también la Plaza de la República en los alrededores del Monumento a la Revolución.

En el lugar de los mariachis y el pulque, se instaló el Museo del Tequila y el Mezcal, diseñado por la arquitecta Adriana Sepúlveda Vildósola, que le dio a la plaza un aspecto más moderno.

¿Pero es la superficie la única respuesta para aprovechar el espacio y mejorar la calidad de vida de los capitalinos?

 DF BAJO TIERRA

En una ciudad en constante crecimiento -que hasta el censo del 2010 sobrepasaba los 8 millones de habitantes- con múltiple edificios históricos y otras construcciones irregulares, la alternativa eventualmente sería dejar de construir hacia arriba y concentrarse en el inmenso territorio que tenemos bajo nuestros pies.

El visionario despacho de arquitectura Bunker, con base en el Distrito Federal, presentó en 2009 su proyecto del “earthscraper” (rascasuelos), para construirse debajo de la Plaza de la Constitución del Centro Histórico, esto en respuesta de una necesidad básica: ya no hay espacios para levantar nuevas estructuras que permitan albergar centros de trabajo y de vivienda.

El edificio con forma de pirámide invertida consta de 65 pisos, 10 de ellos que permitirán una superficie suficiente para que pasen los rayos del sol y además servirán como un museo en el que se exhiban aquellos vestigios encontrados durante la construcción; los siguientes 10 niveles se utilizarán para locales comerciales; la decena posterior para viviendas y los 35 pisos alojados casi 300 metros por debajo del nivel de banqueta cumplirán la función de oficinas.

Imagen: bunkerarquitectura.com
Imagen: bunkerarquitectura.com

En su sitio de internet, los arquitectos encabezados por Esteban Suárez describen como impulso de su proyecto que el Centro de la ciudad necesita una renovación de su infraestructura, la cual satisfaría la creciente demanda por lugares para vivir, montar comercios y sitios de trabajo, todo esto sin afectar los edificios históricos y el paisaje urbano de la capital.

Ante las rigurosas leyes que prohiben demoler edificios en esta área y la falta de terrenos, los creativos decidieron planear un edificio inteligente y sustentable que aproveche el espacio que brinda el subsuelo del Zócalo.

Imagen: bunkerarquitectura.com
Imagen: bunkerarquitectura.com

Pero ¿es esto viable? a cuatro años de haber salido a la luz, las conversaciones con las autoridades capitalinas no han avanzado, mientras que gobiernos, medios de comunicación y constructoras extranjeras se han interesado en el riesgoso proyecto.

Uno de los aspectos más importantes a tomar en cuenta es la seguridad, de acuerdo con sus creadores el nivel del subsuelo es más seguro en caso de temblores que la superficie, y sobre todo que un rascacielos de 50 pisos.

Y por otro lado, cuánto tardarían las personas en adecuarse a este nuevo ambiente sin sentirse asfixiadas por las sensación de estar cientos metros bajo tierra.

La clave en este aspecto es, en buena parte, el gran domo de cristal que cubriría los casi 18 mil metros cuadrados de la superficie, el cual permitiría el paso de luz. Además, cada 10 pisos habrá un espacio lleno de muros verdes.

Su costo se estima en unos 10 mil millones de dólares, que se usarían en parte para implementar un sistema de fibra óptica que llevaría la luz hasta los niveles inferiores, además de otro de ventilación mecánica por medio de respiraderos parecidos a los del Metro.

Además, se planearía activar un sistema de captación y tratamiento de agua de lluvias para su reutilización.

Quizá el proyecto se quede en esa etapa por el terreno tan complejo en el que se desarrollaría, sin embargo, sirve como precedente para resolver una problemática de sobrepoblación y de sobre-edificación.

ALREDEDOR DEL MUNDO

Fotografía: sacromontegranada.com
Fotografía: sacromontegranada.com

Sin embargo, la arquitectura subterránea no es nada nuevo, pues desde la época antigua se han registrado muchos casos de poblaciones enteras que por necesidad se ven obligados a construir en estos espacios.

Sacromonte, Granada en España es el claro ejemplo de la vida bajo tierra, pues ahí la mayoría de las viviendas se encuentran cimentadas en cuevas. Esto se debe a que alrededor de los siglos XV y XVI se dio una expulsión masiva de judíos y cristianos, que además de los gitanos decidieron buscar refugió en las rocas que le dan paisaje a este barrio.

Un templo en lo que alguna vez fue la región de Capadocia (Foto: Wikimedia.org)
Un templo en lo que alguna vez fue la región de Capadocia (Foto: Wikimedia.org)

De la misma manera se pobló la región de Capadocia en Turquía, aunque ésta facilitó el refugio debido a su singular geografía provocada por cadenas montañosas, barrancas, depresiones y relieves resultado de varias explosiones volcánicas, Lo curioso es que aún hay varias de estas ciudades subterráneas que se pueden visitar por los turistas.

El interior de una casa en Coober Pedy (Foto: Wikimedia.org)
El interior de una casa en Coober Pedy (Foto: Wikimedia.org)

Sin irnos a tiempos tan antiguos, un buen ejemplo de la vida subterránea es el pueblo de Coober Pedy, en Australia, probablemente la ciudad bajo tierra mas extensa de la actualidad, pues la mayoría de sus casi 2 mil habitantes (de acuerdo con el censo del 2010) llevan sus vidas en minas rehabilitadas.

En este caso, el problema no es la persecución religiosa ni la falta de espacio, si no las altas temperaturas que se registran en el lugar, las cuales han llegado hasta los 48 ºC.

Después de todo, al ser una población minera prácticamente la vida se llevaba todo el tiempo bajo la tierra.

 

 

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