La caída de precios del petróleo tendrá un efecto limitado en alimentos, prevén FAO y OCDE

19/11/2015 - 12:00 am

Para la próxima década, la FAO y la OCDE prevén que los factores macroeconómicos que más influyan en los precios de los alimentos sean el crecimiento moderado del PIB, la desaceleración en las grandes economías de mercados emergentes, el crecimiento de la población mundial, la baja inflación en los países de la OCDE, un dólar estadounidense fuerte, y la caída de los petroprecios.

JUEVES19DENOVIEMBRE_v

JUEVES19DENOVIEMBRE_h

Ciudad de México, 19 de noviembre (SinEmbargo).– Durante los próximos diez años se estima una disminución de los niveles de los precios reales de todos los productos alimenticios, de acuerdo con el informe Perspectivas Agrícolas 2015-2024 de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) y la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Sin embargo, advirtió que se mantendrán por encima de los niveles anteriores a 2007, cuando se registraron precios altos en los alimentos y energía.

Hasta octubre pasado, el Índice de precios de alimentos de la FAO –que da seguimiento a los intercambios comerciales de los cinco principales grupos de alimentos básicos en los mercados internacionales: cereales, carne productos  lácteos, aceites vegetales y azúcar– tuvo una medida de casi 162 puntos, 3.9 por ciento más que en septiembre, pero 16 por ciento abajo respecto al año anterior, en gran parte por el clima adverso.

Para los próximos diez años, las organizaciones prevén que los factores macroeconómicos que más influyan en los precios de los alimentos sean el crecimiento moderado del Producto Interno Bruto (PIB) en los países de la OCDE, la desaceleración del PIB en las grandes economías de mercados emergentes, así como en el crecimiento de la población mundial, la baja inflación en los países de la OCDE, un dólar estadounidense fuerte, y la caída de los petroprecios.

“Uno de los supuestos macroeconómicos más notables se refiere a la disminución en el precio del crudo, que en febrero de 2015 se había reducido casi 50 por ciento respecto de los niveles de julio de 2014”, dice el estudio.

Los petroprecios disminuyeron bruscamente en el segundo semestre de 2014, lo que se reflejó una combinación de debilitamiento de la demanda mundial y la mejora de la oferta. Apenas ayer, el crudo mexicano ligó su décima jornada en declive con una pérdida de 15.83 por ciento, para descender a los 33.28 dólares por barril.

La FAO y la OCDE detallaron que los precios de los cereales disminuyeron en el corto plazo como resultado de la históricamente alta producción en 2013 y 2014, los altos niveles de existencias, el crecimiento económico más lento y los menores precios del petróleo.  Pero se espera que en el mediano plazo sigan una tendencia ligeramente al alza de conformidad con el costo de producción.

Entre todos los productos considerados en el estudio, el etanol es el que más resiente la influencia de las variaciones del precio del petróleo; sin embargo se prevé que la caída de los precios del crudo ejerza una presión a la baja sobre los precios en el corto plazo.

“Los precios del etanol y del biodiésel siguieron disminuyendo en 2014 como resultado de la disminución de los precios de materias primas para biocombustibles y una fuerte caída de los precios del crudo durante el segundo semestre del año”, expone el informe.

FACTORES MACROECONÓMICOS

Además de la caída de los precios del petróleo, que las organizaciones califican tendrá un efecto limitado, se espera que el crecimiento de la población mundial se desacelere a uno por ciento anual en la próxima década, con un total de más de 8 mil millones de personas que alimentar en 2024.

Esta desaceleración del crecimiento demográfico se espera en todas las regiones y en la mayoría de los países. 768 millones de personas más vivirán en el planeta en 2024, casi la mitad de ellos en la región de Asia y el Pacífico, aunque la tasa de crecimiento en esta región estará por debajo de la tasa de crecimiento experimentado durante la última década.

El tipo de cambio nominal para el periodo 2015-2024, que también tendrá un papel fundamental, se debe principalmente a los diferenciales de inflación en relación con Estados Unidos (un cambio pequeño en términos reales). Los supuestos sobre los tipos de cambio durante la próxima década se caracterizan por un dólar más fuerte en comparación con otras monedas, lo que va de la mano de la recuperación de la economía estadounidense.

En ese contexto, se prevé que los precios de las oleaginosas sigan el mismo camino que el precio de los cereales, es decir una disminución en el corto plazo seguido del aumento en el mediano.

También se espera una desaceleración de la demanda de aceite vegetal debido a la saturación de la demanda per cápita en los países emergentes y a una reducción del crecimiento de la producción de biodiesel hará que los precios del aceite vegetal declinen más rápido que los precios de la harina proteica en términos reales.

Respecto al azúcar, se espera que los precios nominales se recuperen de los actuales precios bajos, que son un reflejo de cuatro años de superávit mundial aunado a la devaluación del real brasileño respecto del dólar estadounidense.

Asimismo, los precios de la carne que alcanzaron niveles récord en 2014, con excepción de los precios de los ovinos, se espera caigan a niveles más bajos para 2024 como resultado del aumento de la productividad y la reducción de los costos de alimentación.

En ese contexto, la inversión agrícola es un requisito fundamental en las regiones del mundo donde el hambre y la pobreza están más generalizadas. Así los inversionistas vieron en la agricultura una oportunidad para invertir, ya sea en empresas comerciales, por ejemplo, mediante la producción de cultivos para biocombustibles, o simplemente para especular con los precios del suelo.

El aumento de la inversión agrícola es de hecho una de las estrategias más importantes y eficaces de largo plazo para aumentar la producción agrícola, promover el crecimiento económico, reducir la pobreza y fortalecer la seguridad alimentaria.

Para los próximos años, se espera que el crecimiento de la población mundial se desacelere a uno por ciento anual en la próxima década, con un total de más de 8 mil millones de personas que alimentar en 2024.

De acuerdo con el Banco Mundial, el número de personas que viven en condiciones de extrema pobreza en el mundo; es decir aquellas que subsisten con menos de 1.90 dólares al día, se situará a finales de 2015 en poco más de 700 millones de personas, lo que significa algo más del 7.5 por ciento de la población total.

en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video