Nairobi, 21 mar (EFE).- El Gobierno de Sudán ha vuelto a lanzar ataques contra civiles en localidades de la región de Darfur, lo que ha desencadenado protestas en Jartum en las que ha muerto un manifestante y muchos activistas han sido detenidos, denunció hoy Human Rights Watch (HRW).
La organización defensora de los derechos humanos exigió que el Ejecutivo de Omar Hasan al Bashir ponga fin a esta violencia y a las detenciones arbitrarias ocurridas la semana pasada durante unas protestas en Jartum.
“El sufrimiento de la población civil de Darfur a manos del Gobierno parece no tener fin”, lamentó Daniel Bekele, director regional de África en HRW, en un comunicado difundido desde Nairobi.
Los enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y los rebeldes de Darfur han aumentado significativamente en las últimas semanas, dijo la ONG.
Los combates y los ataques contra civiles se han saldado con muertes y la destrucción a gran escala de instalaciones, el saqueo de ganado y el desplazamiento masivo de más de 200.000 personas desde el inicio de 2014, según Naciones Unidas.
A finales de febrero y principios de marzo, una fuerza mixta integrada por soldados del Ejército sudanés y de las Fuerzas de Apoyo Rápido -desplegadas previamente contra los rebeldes de la Fuerza Revolucionaria de Sudán en Kordofán del Norte- atacó a decenas de miembros de las etnia fur y zaghawa de Darfur del Sur.
En los ataques a las aldeas Hijier y Um Gunia murieron 38 personas, mientras que otras diez están desaparecidas, informaron los líderes a la ONG.
Según el relato de los testigos, aviones del Gobierno bombardearon la zona, antes de la llegada de una fuerza terrestre que destruyó pozos, robó animales y quemó casas.
La Corte Penal Internacional (CPI) ha emitido órdenes de arresto contra Al Bashir y su ministro de Defensa, Mohamed Hussein Abdulraheem, por las atrocidades cometidas en Darfur, pero Sudán se ha negado a cooperar con el tribunal.
La Haya emitió en 2009 y 2010 dos órdenes de arresto contra Al Bashir, sobre quien pesan cinco cargos por crímenes de lesa humanidad y dos cargos por crímenes de guerra supuestamente cometidos en Darfur durante el conflicto civil que vivió el país en 2003.
“Los ataques contra civiles en Darfur están aumentando, mientras que Jartum ha persistido en el bloqueo de los casos de la CPI sobre los crímenes de Darfur”, lamentó Bekele.
Además, el pasado día 11, las fuerzas sudanesas utilizaron una fuerza “excesiva” en la Universidad de Jartum para dispersar a los estudiantes en protestas por los recientes ataques en Darfur, indicó HRW.
Las fuerzas de seguridad dispararon gas lacrimógeno, balas de goma y munición real contra los manifestantes mayoritariamente pacíficos, un ataque en el que murió un estudiante y otros resultaron heridos.
El Servicio Nacional de Inteligencia y Seguridad sudanés (NISS, por sus siglas inglesas) ha detenido a estudiantes de Darfur, abogados y defensores de los derechos humanos sin cargos.
Darfur es escenario de un conflicto entre movimientos rebeldes y el Ejército sudanés desde 2003, que ha causado más de 300.000 muertos y ha obligado a 2,7 millones de personas a abandonar sus comunidades de origen, según datos de la ONU. EFE
