Atentado en una mezquita chií en Afganistán deja al menos 30 muertos y 85 heridos

21/11/2016 - 10:59 am

El ataque tuvo lugar en la primera planta del edificio de dos pisos, donde se habían reunido fieles chiíes para conmemorar la muerte del imán Hussein, nieto del profeta Mahoma y un importante mártir de la tradición chií, que falleció en Karbala, Irak, en el año 680 después de Cristo.

Más de 30 muertos y 85 heridos en el ataque a un templo chií en Kabul. Foto: EFE
Más de 30 muertos y 85 heridos en el ataque a un templo chií en Kabul. Foto: EFE

 

Kabul, 21 nov (EFE).- La minoría musulmana chií de la etnia hazara sufrió hoy un nuevo atentado en Kabul con al menos 32 muertos y 85 heridos, después de que un insurgente detonó los explosivos que portaba en un templo durante una ceremonia religiosa.

“De acuerdo con los últimos datos los hospitales de Kabul han recibido más de 30 cadáveres y 85 heridos”, afirmó a Efe el portavoz del ministerio de Salud Pública, Ismail Kawusi.

Kawusi anotó que las víctimas del atentado podrían aumentar en las próximas horas y que entre los heridos hay al menos un menor.

La misión de la ONU en Afganistán (UNAMA) concretó en un comunicado que al menos 32 personas murieron en el atentado.

“Este abominable ataque contra devotos es una atrocidad”, sentenció el director de la UNAMA, Pernille Kardel, al tiempo que mostró su “repugnancia” contra aquellos “grupos extremistas que tratan de avivar la violencia sectaria”, según la nota.

El ataque tuvo lugar alrededor del mediodía (7.30 GMT) cuando el atacante se lanzó cargado de explosivos contra las decenas de personas que participaban en una ceremonia en la mezquita chií de Baqir-ul-Olom, situada en un barrio de la etnia hazara en Kabul, explicó el departamento de Emergencias del ministerio del Interior.

La oficina de prensa del distrito 6 de la Policía de Kabul, donde se encuentra el templo, indicó a Efe que “todas las víctimas son chiíes de los hermanos hazara”.

El portavoz de la Policía de Kabul, Basir Mujahid, explicó a Efe que el domingo se había celebrado en diferentes mezquitas y centros religiosos del país el Arbaín, una importante festividad con la que los chiíes recuerdan la muerte del imán Husein, nieto del profeta Mahoma, entre estrictas medidas de seguridad.

“Desafortunadamente algunas personas realizaron hoy otra ceremonia tras el Arbaín y un suicida entró en la mezquita de Baqir-ul-Olom detonando sus explosivos cuando decenas de personas se encontraban en la celebración”, indicó el portavoz policial.

Ningún grupo ha reivindicado aún la autoría del ataque, pero los talibanes negaron su participación en él.

El portavoz talibán Zabihullah Mujahid indicó en Twitter que “el ataque de hoy no tuvo nada que con los muyahidines del Emirato Islámico”, como los talibanes se denominan a sí mismos.

El presidente del país, Ashraf Gani, condenó en un comunicado el “brutal ataque” y expresó su “más profunda tristeza” por una tragedia que es, dijo, un “crimen imperdonable”.

Indicó que se trata de una acción de los “enemigos de Afganistán” para generar “desunión” en el país.

El jefe de las tropas de Estados Unidos y la OTAN en el país, el general John Nicholson, condenó de “manera enérgica el asesinato sin sentido” de civiles e insistió en que las tropas internacionales permanecerán del lado de sus aliados afganos, según un comunicado.

Los atentados de carácter sectario son habituales en Afganistán, donde la minoría chií, especialmente los hazaras, han sido blanco habitual de los talibanes, aunque últimamente este tipo de ataques han sido reivindicados por el Estado Islámico en el país asiático.

En julio, un ataque suicida contra un grupo de hazaras en Kabul que participaban en una manifestación causó más de 80 muertos y 300 heridos.

La directora para el Sur de Asia de la organización Amnistía Internacional, Champa Patel, pidió a las autoridades afganas que este “crimen” no quede impune y “los causantes sean llevados ante la justicia”.

“Tienen el deber de tomar medidas efectivas para proteger de los ataques a los musulmanes chiíes y poner fin a la impunidad que existe por abusos anteriores contra esa comunidad”, subrayó Patel.

Afganistán vive un recrudecimiento de su conflicto interno tras la retirada el 1 de enero de 2015 de la misión militar de la OTAN en el país, que ha sido sustituida por otra de apoyo y capacitación que cuenta con alrededor de 13.000 efectivos.

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