“Me voy a mi casa a dormir en las noches. Nada más. Me voy a ir hasta el 2015 por andar fregando”, dijo el pasado 17 de noviembre el entonces presidente nacional del PRI, Humberto Moreira Valdés, en respuesta a la ola de críticas en su contra por haber dejado el gobierno de Coahuila con una deuda, inexplicable aún, de más de 34 mil millones de pesos.

Sin embargo, el 2 de diciembre pasado renunció a la dirigencia nacional del PRI. Su argumento fue: “No quiero dañar a mi partido por una guerra mediática”.

Ahora, y por primera vez desde el 3 de diciembre pasado, cuando Enrique Peña Nieto dio inicio a una sucesión de tropiezos y dislates en público, y se convirtió, además, en el hazmerreír de las redes sociales y parte de la prensa mexicana, el presidente nacional del PRI, Pedro Joaquín Coldwell salió a defenderlo pero también a aclarar una duda que, como en el caso de Moreira, se comenta no sólo en las calles, sino en los corrillos políticos: ¿renunciará Peña Nieto?, ¿buscará el PRI cambiar a su candidato?

“Es absolutamente impensable” sustituir al candidato presidencial, dijo el político de Quintana Roo. “Tenemos el candidato más sólido en muchos años, el mejor posicionado en las encuestas… Está plenamente capacitado para gobernar al país y tiene las destrezas que debe tener un político”, argumentó.

Pero si recordamos un poco así, apasionadamente, los priístas defendían a Moreira. El propio Peña Nieto –quien entonces no había mostrado aún de qué está hecho ni manifestaba sus evidentes carencias intelectuales– le dio todo su respaldo en público y negó que saldría de la Presidencia del CEN priísta. Semanas después, el ruido que el coahuilense le generaba a su candidatura resultó insoportable y Moreira fue relevado con urgencia.

¿Será que ahora el PRI soporte la escandalera mediática en torno de su flamante candidato? En política cuando alguien comienza a decir que no renunciará es porque las cosas no están nada bien. Cuando el río suena es que agua lleva, dicen por ahí. Y no es nada más un dicho, el PRI mismo ha corroborado su certidumbre.

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Nada qué hacer, ni cómo ayudarlo. Lástima del dinero que se gasta en sus “puntadas” de precampaña –que por cierto es capital de todos los mexicanos–. Ernesto Cordero Arroyo no da una.

Eso de autodenominarse en las redes sociales como: “Rockstar del año: Cordero #Trending Topics News”, nomás le sirvió para ser presa de la burla generalizada.

Si con la publicación de una portada de una revista llamada “Twitter”, con titulares como: “No sólo olvida autores”, “#unSalarioParaEPN”, “#libreríaPeñaNieto”, “#noNosOlvidamos” “#noSoylaSeñoradelaCasa”, quiso aprovechar los recientes gazapos de Enrique Peña Nieto, le tenemos noticias a él y a su equipo: sí se convirtió en trending topic de ese microbloging, pero sólo por ser el payaso de la fiesta y no el aspirante que la gente quiere. Bueno, ni los panistas lo quieren. Ahí están las encuestas.

El equipo de Cordero, tan caro y tan cercano a Los Pinos, debería saber algunas máximas de la mercadotecnia, como la que pregona el gurú John Zhang, profesor de marketing en Wharton, y quien afirma la “publicidad combativa” (las cuñas publicitarias en las que dos marcas son comparadas entre sí) puede ser contraproducente pues, en vez de atraer al consumidor, genera indiferencia… y, en este caso, miles de burlas.

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No señor. Los abusos y asesinatos contra los estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa no se resolverán ni con las renuncias de sus funcionarios ni llamando a crear una comisión de vigilancia con integrantes de la sociedad civil, como Javier Sicilia –quien ni siquiera le aceptará la invitación–.

No. La cosa va para más y lo que los estudiantes quieren es juicio político para el gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero.

Por eso, mañana 22 de diciembre, en la Ciudad de México, habrá una megamarcha para pedir castigo a los asesinos de Gabriel Echeverría de Jesús y Jorge Alexis Herrera Pino y, además, exigir que el gobernador deje de esconderse y asuma, de verdad, su responsabilidad en ese acto represivo y reprobable.

Alumnos de normales rurales de Zacatecas, Michoacán, Guerrero y Morelos, además de instituciones educativas del DF, marcharán el jueves, a las 2 de la tarde, del monumento al Ángel de la Independencia a la Secretaría de Gobernación.

El movimiento de rechazo se vuelve nacional. Ángel Aguirre está en la tablita.

Redacción/SinEmbargo

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