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Martín Moreno-Durán

22/12/2021 - 12:05 am

AMLO – “Chapo”: la narcoeconomía

La recompensa que ofrece el Tío Sam no es cosa menor: cinco millones de dólares son una carnada jugosa para cualquier colaborador de los hijos de “El Chapo” que conozca sus movimientos, guaridas y casas de seguridad.

El Presidente Andrés Manuel López Obrador.
“La benevolencia de AMLO con el narco – alianza que más temprano que tarde le va a cobrar facturas muy caras -, le llenó el hígado de piedritas a Estados Unidos”. Foto: Daniel Augusto, Cuartoscuro

+ EU tras “Chapitos”

+ Protección oficial

Si López Obrador supuso que Estados Unidos se iba a quedar cruzado de brazos ante la evidente, manifiesta y hasta cínica protección que su Gobierno le ha ofrecido a Joaquín Guzmán Loera y familia, al Cártel de Sinaloa y en general al narcotráfico mexicano, se equivocó de punta a punta. Washington ya dio el primer apretón contra AMLO y su sociedad de facto con “El Chapo”, al ofrecer cinco millones de dólares de recompensa por los hijos del famoso narcotraficante, exhibiendo y ridiculizando con ello al Presidente de México.

Así, mientras AMLO, el Ejército mexicano y el aparato de Seguridad Nacional solapan a los hijos de “El Chapo” Guzmán – amos y señores de Culiacán, todopoderosos en Sinaloa e intocables en territorio mexicano-, EU decide ir por ellos sin consultar al Gobierno de López Obrador y anuncia que va por los “Chapitos” de una u otra manera.

La recompensa que ofrece el Tío Sam no es cosa menor: cinco millones de dólares son una carnada jugosa para cualquier colaborador de los hijos de “El Chapo” que conozca sus movimientos, guaridas y casas de seguridad. Es una oferta más que tentadora para estimular la delación que llevaría a la captura de Jesús Alfredo, Iván Archivaldo, Ovidio – liberado por órdenes de López Obrador en octubre de 2019 tras ser aprehendido por soldados mexicanos – y Joaquín.

EU los quiere presos junto con su padre, a pesar de la protección oficial que, a la vista de todos, reciben del Gobierno mexicano por órdenes directas del propio Presidente, quien así lo asumió en junio de 2020 al declarar desde Palacio Nacional: “Yo ordené liberarlo…”.

Aún más:

Ante la recompensa ofrecida por EU por los “Chapitos”, AMLO volvió – por enésima vez – a defender a narcos: “Si están en territorio nacional, a quien corresponde detenerlos es a la autoridad nuestra. No se permite que ninguna fuerza extranjera actúe en nuestro territorio…”.

El problema, empero, es que López Obrador defiende a los “Chapitos”, los encubre, los solapa, y no mueve un dedo para ordenar aprehenderlos. De ahí, la acción estadounidense.

Las muestras de protección de AMLO hacia la familia de “El Chapo” Guzmán, han sido públicas: desde la liberación de Ovidio hasta el saludo fraterno y amable con la madre de Guzmán Loera. Llamarle “señor Guzmán Loera” en Palacio Nacional a un narcotraficante. Vamos: desde el inicio de su régimen, López Obrador marcó el camino de complacencia hacia los criminales, al asegurar textual: “No es nuestra función detener a los capos…”.

La benevolencia de AMLO con el narco – alianza que más temprano que tarde le va a cobrar facturas muy caras -, le llenó el hígado de piedritas a Estados Unidos. Para Washington, el hecho es uno: el Presidente de México protege al Cártel de Sinaloa. Y más: no quiere ni da muestras firmes de pretender enfrentar y combatir a los cárteles mexicanos de la droga. Así se explicaría la decisión de ofrecer la millonaria recompensa por los hijos de “El Chapo”, quienes ahora sí deberán preocuparse: EU va por ellos.

¿Cuál es la razón de fondo de la evidente protección y mano suave de AMLO hacia el narco mexicano? ¿Por qué poderoso motivo el Presidente de México le rinde tributo y pleitesía a los “Chapos” y a los demás cárteles? ¿Cuál es el origen de la protección de la 4T a los barones de narcotráfico? La respuesta, es una: por dinero y poder político – electoral.

Sí: aprovechar los miles de millones de dólares que el narcotráfico mexicano maneja, mueve y circula en todo el territorio mexicano y que, de alguna forma, han evitado que la economía nacional haya colapsado ante el desastre financiero provocado por las pésimas decisiones económicas de AMLO y de su Gobierno, generando quiebras de empresas, fuga de capitales, desempleo, inflación fuera de control y el empobrecimiento de más de 10 millones de mexicanos durante la administración de AMLO.

López Obrador da manga ancha al narco mexicano para mantener de pie a la economía, bajo una evidente sociedad financiera-política-electoral que se hizo manifiesta durante las recientes elecciones intermedias, donde prácticamente todo el corredor del Pacífico fue ganado por Morena con el apoyo abierto y descarado del crimen organizado.

Y la tesis más profunda y lúcida sobre este gravísimo problema que enfrentamos actualmente en México – la alianza Gobierno- narcotráfico-, la ofrece de manera certera Ricardo Pascoe Pierce, uno de los hombres que mejor conocen a López Obrador, y que se incluye en mi reciente libro: BARTLETT, EL IMPUNE (Edit. Random House/Aguilar, Capítulo “El amasiato con AMLO”, subcapítulo “Narcoeconomía nacionalista”). Dice Pascoe textual:

-Bartlett y López Obrador piensan que el narco es una especie de economía nacionalista, un instrumento propio que hay que defender.

– Es un eje: con el dominio electoral buscan el control político. Con el dominio de la energía, el control económico. Y con el narco, el control de la seguridad nacional. Esos son los ejes que los unen.

Y remata:

-La concepción política de Bartlett y de López Obrador, es una mezcla de nacionalismo oportunista. Han convertido al narcotráfico en parte de la economía nacional, y piensan que así como se defiende a Pemex, así, en el fondo, también debe defenderse al narcotráfico como fuente de recursos para el desarrollo del país. Sólo hay que ver los estados donde Morena ganó gubernaturas en las elecciones del 6 de junio: controlados por el crimen organizado.

“Hoy, el narco es un socio diferente, con poder propio que puede ganar elecciones. Es una operación sofisticada, inteligente y siniestra”.

Hasta aquí, lo dicho por Pascoe Pierce en mi libro.

Así de grave.

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FELIZ NAVIDAD. A los lectores de esta columna les deseamos una estupenda Navidad, esperando que a pesar del caos de país con crisis económica, pandemia e inseguridad, pasen una buena noche de 24 de diciembre. Un abrazo.

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Martín Moreno-Durán
Periodista. Escritor. Conductor radiofónico. Autor de los libros: Por la mano del padre. Paulette, lo que no se dijo. Abuso del poder en México. Los demonios del sindicalismo mexicano. El Derrumbe Retrato de un México fallido. El Caso Wallace. 1/Julio/2018: Cambio Radical o Dictadura Perfecta, y de la novela Días de ira.

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