Limpiando la basura espacial; el programa Cleansat busca despejar los cielos

24/01/2015 - 12:03 am
Más de 12 mil fragmentos de basura espacial se encuentran flotando alrededor de la Tierra actualmente. Foto: ESA
Más de 12 mil fragmentos de basura espacial se encuentran flotando alrededor de la Tierra actualmente. Foto: ESA

Ciudad de México, 24 de enero (SinEmbargo).- El dicho que afirma que “todo lo que sube tiene que bajar”, se convierte en un requisito fundamental cuando se habla de satélites, sobre todo si se toma en cuenta que a medida que pasan los años, el espacio próximo a la Tierra se va llenando de chatarra, producto de misiones espaciales viejas. Pensando en esto, el próximo marzo la industria espacial europea se reunirá para discutir cómo modificar el diseño de las misiones en órbita baja para cumplir con los requisitos que pretenden minimizar la generación de nuevos fragmentos de basura espacial.

El encuentro organizado por la iniciativa Clean Space de la Agencia Espacial Europea (ESA), dedicada a salvaguardar el medio ambiente terrestre y espacial, tiene el objeto de que expertos evalúen nuevas tecnologías que pretendan disminuir el número de satélites que terminan abandonados. De igual manera, se busca mitigar el riesgo de chocar en órbita con fragmentos de basura espacial y reducir la amenaza que podría suponer una reentrada no controlada en la atmósfera terrestre.

Así mismo, en el encuentro que se celebrará el 17 y 18 de marzo próximos se repasarán los últimos avances en sistemas tanto activos como pasivos para retirar a los satélites de sus órbitas operacionales y se presentará el nuevo programa CleanSat de la ESA, que tiene como objetivo implementar las nuevas técnicas de mitigación en las plataformas de satélite convencionales.

De esta manera, las autoridades espaciales pretenden evitar que las órbitas bajas de nuestro planeta terminar siendo inutilizables paulatinamente a medida que se vayan llenando de fragmentos de basura espacial, publico la ESA en un comunicado.

“Este taller es un paso fundamental para involucrar a todo el sector espacial europeo en la definición de las estrategias a seguir para con los satélites en órbita baja”, dijo Jessica Delaval, organizadora del evento por parte de la ESA. “Las empresas tendrán la oportunidad de presentar sus desarrollos para mitigar la producción de basura espacial”.

El programa CleanSat tiene como objetivo implementar nuevas técnicas de mitigación en las plataformas de satélite convencionales. foto: ESA
El programa CleanSat tiene como objetivo implementar nuevas técnicas de mitigación en las plataformas de satélite convencionales. foto: ESA

Actualmente se pueden contar más de 12 mil fragmentos de basura espacial de más de 10 centímetros de diámetro en órbita, entre los que se encuentran satélites abandonados, etapas superiores agotadas y fragmentos de antiguas misiones, y todos ellos representan un riesgo latente para la actividad espacial.

El número de fragmentos más pequeños –y por lo tanto imposibles de detectar– se cuenta en millones. Así, son cientos de miles de trozos de 1 a 10 centímetros de diámetro y, literalmente, millones de partículas más pequeñas. Parece poco para preocuparse, pero a velocidad orbital, una tuerca de un centímetro puede golpear a un satélite con la fuerza de una granada de mano.

Las normas internacionales especifican que se debe minimizar el número de fragmentos que se abandonan en órbitas con alta densidad de tráfico, y especialmente en las órbitas bajas, fundamentales para las misiones de observación de la Tierra y para algunos tipos de satélites de telecomunicaciones, sin olvidar las naves tripuladas y la Estación Espacial Internacional (EEI).

En estas órbitas, que se extienden hasta una altitud de 2 mil kilómetros, los satélites se deben retirar en un plazo de 25 años tras el fin de su misión. Para ello, pueden descender hasta una altitud a la que la resistencia atmosférica fuerce su reentrada en la atmósfera o se pueden elevar hasta una “órbita cementerio” con menor actividad.

En cualquier caso, estas medidas de mitigación tienen importantes repercusiones en el diseño de las nuevas misiones en órbitas bajas, de modo que cualquier elemento que se añada a la plataforma del satélite reduce la capacidad de transportar carga útil, que son los componentes encargados de cumplir los objetivos de la misión.

Esto, finalmente se traduce a que los satélites de menor tamaño son los que encontrarán más dificultades para cumplir con los requisitos de mitigación.

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