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Rubén Martín

24/03/2024 - 12:03 am

NYT vs IA

“Muchos especialistas esperan que tenga el mismo o mayor impacto que tuvieron en la vida cotidiana de la humanidad el lanzamiento de Internet hace 30 años”.

“Hay mucho todavía por debatir sobre las implicaciones que tiene y tendrá próximamente la tecnología de la IA en la vida cotidiana de la mayoría de la sociedad mundial”. Foto: Markus Schreiber, AP

Ni duda cabe que la Inteligencia Artificial (IA) representa un desafío monumental para la humanidad. El uso abierto de la misma a partir del lanzamiento público de ChatGPT apenas a fines de 2022 ha demostrado las potencialidades de esta herramienta tecnológica. Con razón, muchos especialistas esperan que tenga el mismo o mayor impacto que tuvieron en la vida cotidiana de la humanidad el lanzamiento de Internet hace 30 años.

Como se sabe, mediante tecnología de inteligencia auto-generativa, la IA ha incursionado prácticamente en todos los campos del saber y de la creación humana. Desde redactar notas informativas, poemas, guiones cinematográficos, hasta producir fotografías, imágenes y videos de manera casi real. Sus potencialidades son inimaginables todavía, pero a la vez sus posibles riesgos y uso malicioso de la misma está dentro de las posibilidades.

Para el oficio del periodismo y para las empresas productoras de información, la IA es un reto monumental. Ya se le puede pedir al ChatGPT que presente las principales noticias de una localidad, haciendo a un lado el uso de las plataformas de empresas de comunicación.

Es en este contexto que el poderoso diario estadounidense The New York Times presentó una demanda en contra de las empresas OpenAI y Microsoft, dueñas del ChatGPT, por posible infracción a los derechos de autor. La demanda fue presentada en el Tribunal Federal de Distrito de Manhattan, en Nueva York el 27 de diciembre 2023. El alegato central de la demanda del NYT contra la IA es que “millones de artículos publicados por The Times se utilizaron para entrenar chatbots automatizados que ahora compiten con el medio de comunicación como fuente de información confiable”, según reportaron los periodistas Michael M. Grynbaum y Ryan Mac del Times en una nota donde reseñan el contenido de la demanda, publicado en diciembre (https://cutt.ly/jw9nSxgl).

El alegato ético de la demanda se sostiene que “Si The Times y otras organizaciones de noticias no pueden producir y proteger su periodismo independiente, habrá un vacío que ninguna computadora o Inteligencia Artificial podrá llenar (…) Se producirá menos periodismo y el costo para la sociedad será enorme”.

Pero más allá del genuino interés en la defensa de la ética periodística, es evidente que también hay un interés económico importante que llevó al NYT a llevar a los creadores del ChatGPT ante tribunales. El reportaje del Times reseña el argumento de la demanda: “Cuando se les pregunta a los chatbots sobre eventos actuales u otros temas de interés periodístico, pueden generar respuestas que se basan en el periodismo de The Times. El periódico expresa su preocupación de que los lectores queden satisfechos con una respuesta de un chatbot y rechacen visitar el sitio web del Times, reduciendo así el tráfico web que puede traducirse en publicidad y ingresos por suscripciones”.

Un ejemplo de cómo las herramientas de la AI afectan al Times es que el Browse With Bing, herramienta de búsqueda de Microsoft impulsada por ChatGPT, “reproducía casi palabra por palabra los resultados de Wirecutter, el sitio de reseñas de productos del Times”. Lo que ocasionó daños económicos a la empresa informativa. “La disminución del tráfico a los artículos de Wirecutter y, a su vez, la disminución del tráfico a los enlaces de afiliados conducen posteriormente a una pérdida de ingresos para Wirecutter”, se afirma la denuncia.

El reportaje del Times refiere que otros personas o empresas del mundo artístico o de la creación, se han anticipado a demandar a las empresas dueñas de la IA. Cita a la actriz Sarah Silverman quien julio presentó demandas contra Meta y OpenAI por haber “ingerido sus memorias como texto de entrenamiento para los programas de IA. Entre escritores hay preocupación por la explotación de los derechos de autor sin su consentimiento. Autores como Jonathan Franzen y John Grisham han presentado demandas, así como Getty Images, el poderoso sindicato de fotografía, quien demandó a las empresas de IA por “generar imágenes basadas en indicaciones escritas, diciendo que la plataforma se basa en el uso no autorizado de materiales visuales protegidos por derechos de autor de Getty”.

A su vez, otras empresas de medios se anticiparon a llegar a acuerdos con las empresas de la IA antes que presentar demandas legales y de reparación de daños. El Times sostiene que The Associated Press llegó a un acuerdo de licencia en julio del año pasado con OpenAI, y Axel Springer, la editorial alemana propietaria de Politico y Business Insider, firmó acuerdo con esta empresa en diciembre, aunque en ambos casos “los términos de esos acuerdos no fueron revelados”.

Pero es claro que conforme las empresas de IA abarquen más campos posibles de expansión, seguirán afectando los derechos de autor y creación de distintos sectores por lo que se esperan más demandas. Por ello, especialistas legales sostienen tarde o temprano la misma Corte de Justicia de Estados Unidos, tendrá que pronunciarse sobre esta cuestión central de la protección de los derechos de autor. Eso en Estados Unidos, mientras en la Unión Europea se exploran apenas regulaciones para el uso de la tecnología de la IA. ¿Y en México, quien defiende a los creadores de contenido de las poderosas empresas de la Inteligencia Artificial?

Pero los efectos de la IA no ocurren sólo en el campo de los derechos de autor, lo más perturbador es que muchos se preguntan sobre posibles riesgos para la humanidad de no regular adecuadamente esta poderosa tecnología.

Tal es el contenido de una demanda que el millonario Elon Musk presentó contra Open IA y Microsoft el último día de febrero de este año. Según reseña una nota del Times, la demanda de Musk, presentada el 29 de febrero pasado en el Tribunal Superior de San Francisco, establece que “OpenAI se ha transformado en una subsidiaria de facto de código cerrado de la mayor empresa de tecnología, Microsoft”.

La demanda, añade esta nota, “es el último capítulo de una pelea entre ex socios comerciales que ha estado latente durante años, y se centra en preguntas no resueltas en la comunidad de IA: ¿la inteligencia artificial mejorará el mundo o lo destruirá? ¿Controlado o liberado?” (https://cutt.ly/9w9mjiRD).

Hay mucho todavía por debatir sobre las implicaciones que tiene y tendrá próximamente la tecnología de la IA en la vida cotidiana de la mayoría de la sociedad mundial. Las demandas legales desde el periodismo, como la del New York Times, son apenas una respuesta de las múltiples que se deben desarrollar para regular adecuadamente esta tecnología que por ahora se ha decantado por servir como un lucrativo negocio capitalista antes que ponerse al servicio de la sociedad en su conjunto.

Rubén Martín
Periodista desde 1991. Fundador del diario Siglo 21 de Guadalajara y colaborador de media docena de diarios locales y nacionales. Su columna Antipolítica se publica en el diario El Informador. Conduce el programa Cosa Pública 2.0 en Radio Universidad de Guadalajara. Es doctor en Ciencias Sociales. Twitter: @rmartinmar Correo: [email protected]

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