México ha vivido 12 miserables meses, y una parte de la culpa la tiene EU: Washington Post

25/09/2015 - 1:07 pm

El diario estadounidense dice que los escándalos políticos y la tragedia de Ayotzinapa han mermado la confianza en EPN.

El caso de los estudiantes de Ayotzinapa muestra que la miseria de México puede estar aún más relacionada con EU. Foto: Luis Barrón, SinEmbargo.
El caso de los estudiantes de Ayotzinapa muestra que la miseria de México puede estar aún más relacionada con EU. Foto: Luis Barrón, SinEmbargo.

Ciudad de México, 25 de septiembre (SinEmbargo).– Los últimos 12 meses han sido inusualmente “miserables para lo mexicanos”, un año de pesadilla que comenzó con “una extraña y sangrienta noche en Iguala”, y que dio un giro impensable con la fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán, publica The Washington Post en un amplio artículo que firma su reportero Michael E. Miller.

El diario dice que este año miserable no sólo ha sido alimentado por Iguala y los escándalos políticos del Presidente Enrique Peña Nieto, sino también por la epidemia de consumo de drogas en Estados Unidos, que alienta la cadena de tráfico.

El diario reseña la reunión que sostuvieron este jueves el Presidente Peña Nieto y los familiares de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Dice que los padres le presentaron sus demandas al Presidente y reiteraron sus planes para protestar en la Ciudad de México en un aniversario que probablemente significa poco para la mayoría de los estadounidenses, pero debería significar mucho.

“Imagínese que 43 estudiantes estadounidenses de repente desaparecieran sin apenas dejar rastro. A continuación, añada media docena de cuerpos muertos, más de 100 arrestos, fosas comunes, denuncias de tortura, escándalos políticos, un movimiento de protesta que no se veía desde la década de 1960 y una fuga de la prisión por uno de los criminales más notorios del mundo”.

Eso, dice el Post, es lo que México ha tenido que pasar, sólo en el último año. Y eso sin contar las miles de muertes relacionadas con el tráfico de drogas.

“Incluso para los estándares mexicanos, los últimos 12 meses han sido inusualmente miserables. En primer lugar, los [43] estudiantes [de Ayotzinapa] desaparecieron en circunstancias extrañas. Luego, los esfuerzos para encontrarlos, o a sus cuerpos, sólo desenterraron otras fosas comunes. La fe en Peña Nieto y su gobierno se desplomó, sobre todo después de una serie de escándalos políticos. Y luego está la fuga de la prisión de El Chapo del 11 de julio- un giro impensable en un año ya terrible”, reseña el reconocido diario norteamericano.

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Al mismo tiempo, dice The Washington Post, el candidato presidencial republicano Donald Trump trató de convertir al país en su saco personal de boxeo político, pintando falsamente a México como una tierra de narcotraficantes y violadores y echándole la culpa de los males de Estados Unidos. Sin embargo, refiere el medio, “a medida que el primer aniversario de la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa se avecinase está volviendo cada vez más claro que el dolor de México y la angustia de los Estados Unidos están, en efecto, conectados sólo que no en la forma que lo ha dicho Trump”.

Miller escribe en el Post cómo el caso de los estudiantes de Ayotzinapa muestra que la miseria de México puede estar aún más relacionada con su vecino del norte. “Un informe publicado recientemente sugiere ese incidente, y su presunto encubrimiento del gobierno, probablemente provenía de un cargamento secreto droga oculto en el interior de un autobús con destino a los Estados Unidos”, refiere.

“Hay indicios de que los autobuses Iguala estaban siendo utilizados para el transporte de heroína a los Estados Unidos, dijeron expertos [de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos] en su informe. Los estudiantes pudieron haber llevado inadvertidamente uno de los vehículos embalado con las drogas, lo que provocó la policía corruptos, políticos corruptos y un cartel de la droga que luchar para recuperar la carga de varios millones de dólares a toda costa”, escribe el periodista norteamericano.

Y agrega: “El autobús supuestamente lleno de drogas es más que un fallo flagrante por el gobierno mexicano. Sin embargo, es también un recordatorio de lo años de la miseria de México que se entreteje con la propia agonía de drogas de Estados Unidos, y de cómo el derramamiento de sangre al sur de la frontera está conectado a las sobredosis del norte”.

The Washington Post dice que Estados Unidos está en medio de una epidemia de heroína mortal. Pero, dice, la droga está llegando cada vez más de México. Al mismo tiempo, dice, la demanda estadounidense de la droga sigue alimentando la violencia en México.

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El diario norteamericano difunde desde el día un amplio reportaje que da cuenta del tráfico de esta droga proveniente de Uruapan, Michoacán, y enviada hasta de Dayton, en Ohio, “considerado como uno de los epicentros de la heroína”. Dice que los cárteles mexicanos han superado el tráfico de heroína de los Estados Unidos con la imposición de una disciplina casi corporativa. “Ellos cultivan y procesan la droga, reemplazando su tradicional alquitrán negro por un innovador polvo de alta calidad en un atractivo mercado de masas”.

Los cárteles, dice el reconocido diario norteamericano, han ampliado la distribución más allá de las grandes ciudad de la heroína como Chicago o Nueva York para dirigirse a lugares inverosímiles como Dayton. “Los traficantes de crack en las esquinas [de Dayton] han sido suplantados por traficantes de heroína […]. Ellos organizan las ofertas por teléfono celular y entregan la heroína como pizza”, refiere el medio.

The Washington Post cuenta la historia de Gerardo Vargas, un joven de 22, quien es descrito como “la mula perfecta”. “El nació en California y se trasladó a México a los 12 años después de que su padre fue deportado, por lo que poseía un pasaporte estadounidense. También tuvo un récord impecable, un inglés perfecto y una necesidad desesperada por dinero en efectivo: Su padre ya había perdido un ojo a la diabetes”.

“Practicó con zanahorias, tragándolas enteras, facilitando que bajaran por su garganta con yogur. Más tarde llegaron las bolas de heroína, cada una cargada con 14 gramos del polvo, envuelto a maquina en papel de cera y látex grueso. Atrás quedaron los días de la deglución de condones llenos de droga anudados a mano. Las organizaciones mexicanas del tráfico de drogas han perfeccionando siempre su oficio. En este viaje, Gerardo Vargas se tragaría 71 bolitas – un kilo completo, poco más de dos libras, suficiente para un máximo de 30 mil dosis. Y así, antes de que él se embarcara en su viaje de 3 mil 900 millas desde Uruapan, México, Vargas había recibido reglas: Nada de refresco, ya que podría erosionar la envoltura de los gránulos. Nada de zumo de naranja, tampoco. Beber sólo agua. Se le dijo que evitará los aeropuertos”, refiere el reportaje firmado por el periodista Michael E. Miller.

Vargas, refiere el medio, viajó con el vientre lleno de Uruapan a Tijuana, allí cruzó a pie el Puente de San Ysidro para llegar a California de donde partió hacia Las Vegas y de ahí a Indianápolis donde abordó un taxi que lo llevó a un motel de Dayton. En esta ciudad, donde la heroína se vende en cápsulas de gel genéricas compradas a granel en tiendas de alimentos naturales. De acuerdo con The Washington Post, cerca de 102 toneladas de heroína entraron a Estados Unidos el año pasado, la mayor parte a través de la frontera mexicana.

“Para cárteles como La Familia Michoacana, enviar polvo de heroína directo a mercados pequeños como Dayton significa dejar de compartir las ganancias con los proveedores de los centros tradicionales de distribución de la droga, como Chicago o Nueva York”, según el reporte que refiere que hoy día existen entre 435 mil y 1.5 millones consumidores de esta droga en Estados Unidos lo que ha llevado a considerar su consumo como la amenaza narcótica número uno en ese país.

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