El Papa Francisco ha convertido la lucha contra la pobreza en uno de los temas centrales de su pontificado. Voces críticas acusan a las autoridades de Kenia de no actuar con firmeza para mejorar las condiciones de vida de la empobrecida población, sino de pensar a menudo en sus propios intereses.
Nairobi, 25 nov (dpa) – El Papa Francisco llamó hoy en Kenia a una lucha más resuelta contra la pobreza y la desigualdad, al inicio de una gira de seis días por África que también lo llevará a Uganda y la convulsa República Centroafricana.
La pobreza y la falta de perspectivas son el medio de cultivo para la violencia, los conflictos y el terrorismo, advirtió Francisco este miércoles tras su arribo en la capital Nairobi.
En un discurso ante el Presidente keniata Uhuru Kenyatta y sus más altos funcionarios apuntó: “Los insto especialmente a mostrar preocupación verdadera por las necesidades de los pobres”.
Miles de keniatas salieron a las calles de Nairobi al paso del convoy de vehículos del Papa. Muchos saludaban, ondeaban banderas con los colores de su país y vitoreaban a Francisco.
El Papa argentino aseguró en su discurso: “La experiencia demuestra que la violencia, el conflicto y el terrorismo se alimentan del temor, la desconfianza y la desesperación que surgen de la pobreza y la frustración”.
Sobre todo la organización terrorista islamista Al Shabaab procedente de Somalia perpetra una y otra vez atentados en la región y mató en abril pasado a unos 150 estudiantes, en su mayoría cristianos, en la universidad de Garissa en el norte de Kenia.
Mario Bergoglio ha convertido la lucha contra la pobreza en uno de los temas centrales de su pontificado. Voces críticas acusan a las autoridades de Kenia de no actuar con firmeza para mejorar las condiciones de vida de la empobrecida población, sino de pensar a menudo en sus propios intereses.
Por ejemplo los parlamentarios de ese país son considerados los mejor pagados del continente. En cambio, alrededor de un cuarto de los alrededor de 45 millones de keniatas deben vivir con menos de un dólar estadounidense al día.
Durante el vuelo que lo llevó de Roma a Nairobi, el Sumo Pontífice manifestó a los 74 periodistas que viajaban con él que estaba muy contento por su primer viaje a África.
“Viajo con gran alegría a visitar a nuestros hermanos de Kenia, Uganda y la República Centroafricana”, declaró.
Este jueves el jefe de la Iglesia católica, de 78 años, se reunirá con representantes de otras religiones, entre ellos protestantes, anglicanos, musulmanes y miembros de otras religiones tradicionales africanas.
Posteriormente oficiará una misa en el recinto de la Universidad de Nairobi ante un número de fieles que se estima podrían alcanzar los 500mil.
Francisco también abordó en África la protección del medio ambiente, otro de los ejes centrales de su pontificado.
“La grave crisis del medio ambiente que enfrenta nuestro planeta requiere una sensibilidad cada vez mayor para la relación entre el hombre y la naturaleza”, dijo. “Tenemos una responsabilidad de entregar a las próximas generaciones la belleza de la naturaleza en su totalidad”.
El jueves también tiene prevista una visita a la sede central del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en Nairobi, donde el pontífice dará un importante discurso poco antes de que se celebre la cumbre del clima a partir del lunes próximo en París.
El viernes Francisco visitará Kangemi, un barrio pobre a las afueras de Nairobi y en el que viven en condiciones de hacinamiento unas 100.000 personas.
Se trata del undécimo viaje al extranjero de Francisco desde que fue ungido papa en marzo de 2013. África, actualmente con 180 millones de católicos, es la región del mundo donde la comunidad católica más crece.
En Uganda el papa visitará el sábado un santuario de mártires ugandeses y celebrará una misa ante unos 100.000 fieles, de acuerdo con las estimaciones.
En tanto, los reparos vinculados con eventuales problemas de seguridad en la República Centroafricana fueron desestimados por el propio papa, quien bromeó que solo le teme a los mosquitos. En todo el país existe un riesgo alto de malaria.
La convulsa nación, una de las más pobres del mundo, se ve envuelta desde 2013 en una grave ola de violencia entre rebeldes musulmanes y milicias cristianas.
