Secretaría de la Función Púbica. Los “lamebotas” (SFP)

27/08/2015 - 12:01 am

Los mexicanos hemos sido testigos hace unos días de las disculpas emitidas a nivel nacional por parte del Presidente de la República y el Secretario de Hacienda con respecto al multicitado tema del denominado conflicto de intereses motivado por la investigación presentada por Carmen Aristegui y su equipo de investigaciones sobre la llamada casa blanca y el predio “rentado” como jardín anexo a la casa del Secretario de Hacienda.

El nombrado recientemente Secretario de la Función Pública, Virgilio Andrade fue el encargado de integrar el expediente respecto al conflicto de intereses, mismo que ha sido declarado como inexistente por parte del Secretario, es decir, “No existió conflicto de intereses”, el Presidente Peña, su esposa y el Secretario de Hacienda son exonerados de toda culpa, pues en juicio de Andrade no hay nada que perseguir por parte de la Secretaría. Luego entonces, estamos ante la presencia de lo que todos los mexicanos nos suponíamos al momento en el que se reculó por parte del gobierno federal sobre el tema de desaparecer la SFP, nombrando como emergente y resurgiendo desde las propias cenizas a la Secretaría de la Función Pública, con un encargo manifiesto que era dar solvencia e integrar el expediente sobre el caso en comento.

La función pública adquiere el nuevo nombre de la Secretaría de la Función Púbica, pues el “amigo”, “comparsa” y “secretario” sólo está ejerciendo una función de “lamebotas” en el mejor de los términos, usted me entiende…

Por increíble que parezca el 21 de agosto el Secretario de la Función Pública emite el resolutivo y el Presidente sale a los medios de comunicación a explicar lo acontecido y pedir una disculpa pública, entonces surge la interrogante de si, es culpable, o como dice el dicho “el que nada debe, nada teme”, “disculpa pedida es acusación manifiesta”.

Pero no sólo eso, esta acción vergonzosa tiene un antecedente aún peor y del que no se ha dado cuenta en medios de comunicación, mismo que se encuentra publicado en el DOF de fecha 20 de agosto. El Acuerdo por el cual se emite el Código de Ética de los Servidores del Gobierno Federal, las Reglas de Integridad para el Ejercicio de la Función Pública, y los Lineamientos generales para propiciar la Integridad de los Servidores Públicos y para implementar acciones permanentes que favorezcan su comportamiento ético, a través de los Comités de Ética y Prevención de Conflictos de Interés.

Entonces el Presidente es liberado de responsabilidad el mismo 21 de agosto y ese mismo día entra en vigor el Código de Ética a posteriori, con el cual la administración actual se hace una “chaqueta” a la medida con la cual pretenden “Mover a México”. Parafraseando a Mauricio Merino, el apartado II Del Código de Ética establece lo siguiente:

Valores que todo servidor público debe anteponer en el desempeño de su empleo, cargo, comisión o funciones:

1.     Interés Público. – Los servidores públicos actúan buscando en todo momento la máxima atención de las necesidades y demandas de la sociedad por encima de intereses y beneficios particulares, ajenos a la satisfacción colectiva.

2.     Respeto. – Los servidores públicos se conducen con austeridad y sin ostentación, y otorgan un trato digno y cordial a las personas en general y a sus compañeros de trabajo, superiores y subordinados, considerando sus derechos, de tal manera que propician el diálogo cortés y la aplicación armónica de instrumentos que conduzcan al entendimiento, a través de la eficacia y el interés público.

Ir a más en el presente análisis, resulta ocioso, lacerante, indignante y provoca caer en el juego de lo que he denominado la Secretaría de la Función Púbica.

Sólo debemos preguntarnos: ¿Los funcionarios públicos buscan en todo momento atender las demandas y necesidades de la sociedad por encima de sus intereses y beneficios particulares?, ¿Los servidores públicos se conducen con austeridad, sin ostentación y tratan dignamente a las personas en general?

La mayoría que conozco y me vienen a la mente, son ostentosos a no más poder, autos de lujo, choferes, seguridad, relojes de miles de pesos, que tratan a los ciudadanos como cucarachas salidas de coladera, que se cambian de ropa al terminar sus eventos en los cuales se dan “su baño de pueblo”, y que tratan a sus empleados con la punta del pie, si usted es servidor público inferior a un director de área en el mejor de los casos, sabrá perfectamente a lo que me refiero.

Así que según esta tontería a partir del 21 de agosto de 2015 los mexicanos no deberemos de ver políticos, funcionarios de cualquier nivel de la administración pública siendo groseros, ostentosos y “ratas”. Y tú nieve de que la quieres Virgilio.

Nos vemos la próxima semana.

@nexoestudios

Raúl Flores Rodríguez
Doctorando en Gobierno y Administración Pública por la Universidad Complutense de Madrid, Maestro en Gobierno y Gestión Pública por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) Santander, España, Licenciado en Derecho, Especialista en Derecho Electoral, Calidad de la Democracia, Consultoría Política-Electoral, Narcotráfico y Seguridad, Director General de Nexo Estudios.
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