Juan Guaidó planea regresar a Venezuela a pesar de las amenazas en su contra

28/02/2019 - 9:28 pm

Juan Guaidó, líder opositor que se declaró Presidente encargado de Venezuela, saldrá rumbo a Paraguay este viernes luego de permanecer en Brasil para ejercer presión internacional sobre el gobierno venezolano y de coordinar un intento fallido de entrega de ayuda humanitaria a través de la frontera con Colombia.

Un regreso desafiante de Guaidó para desatar protestas en contra de Maduro podría poner a prueba la determinación de un Gobierno socialista que asegura que el Presidente de la Asamblea Nacional salió de Venezuela de forma ilegal. De momento no está claro cómo regresará a Venezuela, o si las fuerzas de seguridad venezolanas tratarían de impedir su entrada.

Caracas, Venezuela, 28 de febrero (AP).- Venezuela aguarda a Juan Guaidó.

El hombre que podría ser el líder decisivo de un país sumido en crisis busca regresar a casa. El viernes saldrá rumbo a Paraguay luego de permanecer en Brasil para ejercer presión internacional sobre el gobierno venezolano y de coordinar un intento fallido de entrega de ayuda humanitaria a través de la frontera con Colombia.

Caracas también forma parte del itinerario de Juan Guaidó, el líder opositor que se declaró Presidente encargado de Venezuela, y quien aseveró que regresará a casa en los próximos días, pese a las “amenazas” que ha recibido, un nuevo punto álgido de su lucha de poder con Nicolás Maduro, el mandatario del país sudamericano que cuenta con el respaldo de las fuerzas militares pero que ha sido objeto de sanciones de Estados Unidos con el objetivo de forzar su renuncia.

Un regreso desafiante de Guaidó para desatar protestas en contra de Maduro podría poner a prueba la determinación de un Gobierno socialista que asegura que el Presidente de la Asamblea Nacional, de 35 años, salió de Venezuela de forma ilegal.

Aun así, cualquier intento de arrestar a Guaidó podría exacerbar las tensiones en una nación donde hay hiperinflación y escasez de alimentos y medicamentos, entre otras dificultades que han obligado a más de tres millones de venezolanos (alrededor de una décima parte de la población) a huir del país en los últimos años.

De momento no está claro cómo regresará a Venezuela, o si las fuerzas de seguridad venezolanas tratarían de impedir su entrada.

En una entrevista con el diario colombiano El Tiempo, Guaidó describió su salida secreta de Venezuela: un viaje de 42 horas desde Caracas hasta la frontera colombiana, en el que tuvo que cambiarse de ropa y dejar su maleta.

“Tuvimos que hablar con muchos militares, tuvimos que hablar con mucha gente que está intentando ayudarnos”, comentó Guaidó, quien ha exhortado a los altos mandos del ejército a darle la espalda a Maduro, una petición que no ha fructificado pese a las deserciones de algunos cientos de miembros de rango inferior de las fuerzas de seguridad.

En tanto, Maduro, quien a menudo se muestra combativo en público, recientemente adoptó un tono más moderado durante una aparición en televisión en la que declaró que la temporada anual del carnaval iba a comenzar el jueves, un par de días antes de lo habitual.

“Presidente ritmo, Presidente pasión, eso soy yo”, dijo Maduro, quien ha tildado a sus oponentes como asesinos y criminales en sus intensos discursos, similares a los de su predecesor y mentor Hugo Chávez.

La retórica del fallecido mandatario venezolano sobre el imperialismo y la Revolución Bolivariana de Venezuela, junto con los subsidios para los pobres, crearon una base de apoyo que se ha erosionado bajo el mando de Maduro.

Estados Unidos y alrededor de 50 países han reconocido a Guaidó como el presidente legítimo de Venezuela y han respaldado su afirmación de que Maduro se reeligió el año pasado en unas elecciones fraudulentas.

Sin embargo, los intentos del líder opositor para arrebatarle el poder a su adversario han quedado obstaculizados, lo que plantea la posibilidad de un enfrentamiento prolongado en el que las sanciones estadounidenses infligirían un daño económico más profundo a los venezolanos.

Guaidó había anunciado que el intento del fin de semana pasado de pasar varias toneladas de ayuda humanitaria, que fue enviada por Estados Unidos, de Colombia a Venezuela sería políticamente decisivo, pero las fuerzas de seguridad venezolanas bloquearon la entrada de la ayuda, misma que Maduro ha dicho que forma parte de un plan para derrocar a su Gobierno.

Venezuela cerró la frontera con Colombia antes de los enfrentamientos con manifestantes, lo que produjo más penurias. Algunos estudiantes venezolanos que reciben educación subsidiada en la ciudad colombiana de Cúcuta, en la frontera con Venezuela, no han podido cruzar.

Muchas personas en la localidad venezolana de Ureña no tienen los alimentos suficientes y carecen de las medicinas básicas que algunas veces obtenían del lado colombiano.

Durante su parada en Brasil el jueves, Guaidó dijo que la fórmula de violencia del régimen y la persecución no funciona y no funcionará. Agregó que solo demora lo inevitable, que es una transición democrática en Venezuela.

Estados Unidos sigue comprometido en entregar los medicamentos, los paquetes para higiene y otro tipo de ayuda a Venezuela, dijo el Secretario de Estado estadounidense Mike Pompeo.

“Esperamos que en las próximas semanas podamos realmente empezar a tener avances en ese problema”, comentó.

Todavía falta ver si las sanciones estadounidenses sobre el país con las reservas de petróleo más grandes del mundo debilitarán a Maduro, o desviarán la culpa de una creciente miseria a la oposición respaldada por Estados Unidos.

Y aunque Guaidó dice que todas las opciones para derrocar a Maduro están sobre la mesa (un comentario que fue interpretado como una apertura a una intervención militar por parte de Estados Unidos), Colombia, Brasil y otros países que apoyan al líder opositor parecen tener una postura más cautelosa y han insistido en una solución pacífica a la crisis de Venezuela.

El mismo jueves, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas rechazó unas resoluciones rivales sobre Venezuela patrocinadas por Estados Unidos y Rusia, país que ha manifestado su apoyo a Maduro.

El texto estadounidense, vetado por Rusia y China, exhortaba a una “restauración pacífica de la democracia” en Venezuela, unas elecciones presidenciales libres y justas y una entrega de la ayuda humanitaria sin impedimentos.

Por su parte, la resolución rusa expresaba inquietudes por las amenazas del uso de la fuerza contra Venezuela y por la intervención en los asuntos internos del país, además de que habría ratificado el papel principal del gobierno en el comienzo de la asistencia internacional.

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