México

Capitalinos se reúnen en Garibaldi para honrar a “El Divo de Juárez” al son del mariachi

28/08/2016 - 10:28 pm

Alberto Aguilera Valadez, mejor conocido como Juan Gabriel, falleció este día a sus 66 años de edad, y ante ello, decenas de personas se congregaron en la Plaza Garibaldi de la Ciudad de México para expresar un último adiós.

Ciudad de México, 28 de agosto (SinEmbargo).- Tras hacerse pública la noticia de la muerte de Juan Gabriel, decenas de fanáticos de uno de los más grandes cantautores mexicanos se reunieron en la Plaza Garibaldi, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, para rendirle homenaje y despedirlo en este último domingo de agosto.

Ahí se congregaron las personas, a la sombra de un Juan Gabriel de 500 kilogramos, una estatua que recuerda la grandeza de “El Divo de Juárez” y que permanece quieta y a la espera de ser visitada desde el 17 de marzo del año 2000.

Allí, acompañados de la memoria de un personaje histórico, los ciudadanos presentan con sus ramos las flores, mensajes afables destinados a desearle un último buen viaje al “Juanga” de nuestro pueblo, que acompañados a son de mariachi profieren las letras escritas por un músico risueño, cuando el “Amor eterno” colma los vientos sin dejar de enunciar su nombre.

No faltaba más para el cantante quien fuera compañero de varias generaciones de enamorados, románticos y despechados por los exabruptos del amor. Pero todos parecieran recordarlo de manera similar: sonriendo con aquellos hoyuelos que caracterizaban sus mejillas, con los brazos abiertos en agradecimiento del público que lo ovaciona, justo como la estatua que permanece y que seguirá para marcar la tierra que pisó.

Garibaldi es una vieja plaza que data de 1923, lugar originario de vecindades y comercios, sede de la iconica cantina “Tenampa” y que con el transcurso de los años se volvió un lugar para disfrutar del folclor mexicano: su música, su comida, parte de la cultura y de sus tradiciones. El lugar propicio para un Juan Gabriel ahora festejado, adorado como siempre, en compañía de la afición a la que tanto quiso y en cumplimiento del sueño al que nunca abandonó: ser recordado a través de su obra musical, el proyecto de vida que ahora lo trasciende e inmortaliza.

“Adiós, Juan Gabriel”, se lee en los labios de los cantantes circunstanciales, evocados por el recuerdo de él ataviado con su traje blanco, tipo charro carente de botonadura, con sólo dos herrajes y un chaleco debajo.

Hoy celebran en la plaza de la música su partida, como en muchas otras partes del país, pues este domingo de agosto se despide con la tragedia de la muerte de uno de sus hijos predilectos, pero que jamás habrá de olvidar pues con su canto alegró la vida de millones, que si no sólo en México, en el vasto mundo de habla hispana.

“Adiós, adiós” para el divo mexicano, es lo que corean con emotivas expresiones quienes se han congregado en esa plaza de lo coloquial mexicano. Un adiós que dura poco, ya que si bien Juan Gabriel no está presente, su legado seguirá marcando a estas y demás generaciones porvenir.

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