The Guardian: ¿Quién es realmente EPN? Detrás de “Ken” y el glamour, hay dudas de corrupción e influencias

29/06/2012 - 12:30 pm

“¿Cómo llegó hasta aquí? ¿Y qué clase de Presidente será?”, son dos de las preguntas que rodean al candidato priista a la Presidencia de México, Enrique Peña Nieto, quien lo mismo “inspira” o se le “repele” o causa “temor” por los antecedentes de corrupción de su partido, así como por sus relaciones con Televisa, la cadena de medios más grande del mundo de habla hispana, dice hoy un reportaje publicado por The Guardian.

En los mítines las mujeres se derriten y le gritan: “¡Enrique bombón, te quiero en mi colchón!”. Hay empujones para tocarlo en una especie de “camino al abrazo”.

Se le ha llamado la respuesta de América Latina a David Beckham, John Kennedy y Ken, el novio de Barbie. Y después del domingo, si las encuestas son correctas, también se le llamará Presidente electo de México, plantea el periodista Rory Carroll desde la Ciudad de México.

“En pocos años, Enrique Peña Nieto se ha disparado desde el anonimato a la fama del poder político, y a la controversia, una figura que en México inspira y que al mismo tiempo se repele, y que parece va a añadir glamour a la escena mundial.

Una hábil campaña, con razón o sin ella, le daría en la votación del domingo un aire de coronación. Él tiene entre siete y 15 puntos de ventaja sobre su rival más cercano, según las encuestas, y exuda la confianza de un hombre que espera posarse en el trono del águila, el asiento de México en el poder”, plantea en el texto titulado “Enrique Peña Nieto: esperanzas, miedos y desmayos para el aspirante a ser Presidente de México”.

“Oh, Dios mío. ¡Ahí está! ¡Ahí está!”, cita Carroll la expresión de Josefina Bonino, una activista sindical, cuando lo vio esta semana en uno de sus últimos actos de campaña en el Distrito Federal. “Cuando Peña Nieto se subió al escenario, estaba, como siempre, impecable con una camisa blanca y el cabello peinado. La sonrisa resplandecía”, detalla el autor.

“Guapo, carismático y con 45 años, dos preguntas se arremolinan a su alrededor. ¿Cómo llegó hasta aquí? ¿Y qué clase de Presidente será? Los partidarios responden diciendo que él demostró ser eficiente en el poder cuando fue gobernador del Estado de México, una región poblada, económicamente importante y que colinda con la capital, y dicen que él es el mejor candidato para crear empleos, construir infraestructura y detener hasta la violencia del narcotráfico. Y sí, que va a ser agradable a la vista”, añade Carroll.

Los críticos, expone The Guardian, han salido a las calles y desde Twitter afirman que Peña Nieto es “un desastre en ciernes, un brillante holograma, la duplicidad que enmascara el regreso de la corrupción y el autoritarismo, viejos vicios relacionados con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) que gobernó desde 1929 a 2000. ‘Si tú votas por el PRI y EPN [las iniciales del candidato] no te olvides de regresar el reloj 70 años’, escribió @Miss_Cabrona, lo que refleja ese tono”, describe el corresponsal del diario británico.

Además, dice, un movimiento dirigido por estudiantes, #YoSoy132, ha movilizado manifestaciones y protestas en línea en contra de sus vínculos con Televisa, un gigante de los medios de comunicación, diciendo a la opinión pública que manipular a las instituciones del Estado, en una “sinergia maligna”. The Guardian, agrega, ha causado furor por la publicación de la evidencia de que Televisa abrió su camino a la Presidencia manchando a sus rivales y con apoyo disfrazado en favor de Peña Nieto como propaganda de prensa.

“El candidato, al igual que su partido, es populista e ideológicamente ambiguo. El partido de la vieja guardia conocidos como ‘dinosaurios’, patrocinaron su ascenso pero se ha rodeado de jóvenes tecnócratas. ‘Mi única definición es que yo soy un pragmático’, dijo a un entrevistador. ‘Lo que importa son los resultados’”, expone el periódico.

También cita a Pamela Starr, directora de la red entre Estados Unidos y México en la Universidad del Sur de California, quien sugirió que las esperanzas y temores alrededor de él eran exageradas. “Él nació y se crió en el PRI, pero un PRI que estaba operando en un marco democrático”, dijo. “Así que no es un demócrata por vocación, sino que es operativo y está completamente a gusto en el actual contexto democrático de México. En otras palabras, no esperamos grandes saltos hacia delante o hacia atrás en cuanto a la calidad de la democracia mexicana en un gobierno con EPN”, planteó Starr.

El corresponsal Carroll presenta al candidato priista como el primogénito de cuatro hermanos en una familia acomodada, que creció en Atlacomulco, una ciudad de provincia, y fue preparado para la política por su padre, Gilberto, un activista del PRI con familiares con buenas conexiones políticas y grandes ambiciones para su hijo. Después de graduarse con una Maestría en Negocios, Peña Nieto quería montar un negocio de limpieza en seco.

“Pero su padre lo vetó. Le dijo que nada debería distraerlo de la política”, cita el diario a Alberto Tavira, autor del libro Las mujeres de Peña Nieto, una exploración detallada de su vida privada. “Un padre agresivo y un hijo guapo, mujeriego y hecho para la televisión: incluso cuando todavía era sólo un gobernador ya estaba siendo comparado con John F. Kennedy. ‘En un viaje a Asia, un diplomático me dijo que había algo de Kennedy en él’, dijo Tavira, de acuerdo con The Guardian.

“Se abrió camino en las filas del partido en su estado natal y fue recogido por Arturo Montiel, gobernador del PRI, quien enfrenta múltiples denuncias de corrupción. El candidato joven, desconocido enfrentó una batalla cuesta arriba contra otros partidos. Él los derrotó.

“Se formaron alianzas para construir una formidable máquina electoral y de multitudes electrizadas, partiendo de atrás y trabajando un camino hacia el frente, abrazando a los hombres, besando a las mujeres, haciendo contacto visual con todo el mundo, al tiempo que toma a la tribuna sudoroso, casi desaliñado, con una aura de estrella de rock”, describe la nota.

Ayudó que la mayoría de los votantes, como él, eran jóvenes. “Y ayudó a que Televisa, que controla dos tercios de los canales libres de televisión, lo promovió como el líder audaz de una nueva generación, una cobertura supuestamente comprado por millones de pesos en la campaña”, añade.

En su oficina de gobernador se centró en el cumplimiento de cientos de micro-promesas –construir un puente aquí, terminar una escuela allá, poner más policías en la esquina– que hizo durante la campaña. “Te lo firmo y Te lo cumplo” se convirtió en su lema. Cada semana una diferente sesión de fotos, cámaras de zumbando y haciendo clic, con una promesa cumplida, expone el diario.

Esta fórmula, agrega The Guardian, le hizo el salvador del PRI, que fue expulsado del poder en 2000, cuando la incipiente democracia multipartidista lo hundió al tercer lugar en las elecciones de 2006: “Peña Nieto, uno de los 32 gobernadores de los estados, llenó ese vacío, dando su poder de estrella y la maquinaria electoral de los candidatos del PRI en todo México”.

También se refiere a la muerte de su esposa, en 2007, y cómo las revelaciones que tuvo dos hijos con otras mujeres, además de los tres hijos de su matrimonio, no han hecho mella en su imagen en lo más mínimo. Tenía una serie de novias antes de casarse con un actriz de telenovelas de Televisa, Angélica Rivera, en lo que las revistas y la televisión consideraron una boda de cuento de hadas realizada en 2010. Además, expone Carroll, la imagen que lo presenta como Ken –el galán de las muñecas– tuvo mucho éxito.

“Lo más cercano a la realeza que tenemos los mexicanos son los políticos”, dijo Tavira, el biógrafo, al corresponsal. “Y el glamour que les damos puede distraer la atención en cosas como la corrupción y tráfico de influencias”, agregó. La cultura machista, añadió, sonríe a la vida privada de Peña Nieto. “Tener múltiples parejas y niños se ve como un signo de virilidad”, dijo el biógrafo al periódico inglés.

Carroll destaca que los errores de sus oponentes le han allanado el camino a Los Pinos, la mansión presidencial. El gran error del partido conservador, PAN, es que presidió una guerra contra las drogas que ha costado más de 50,000 vidas, y luego vaciló y se peleó al elegir su candidato a la Presidencia. El izquierdista PRD nombró a Andrés Manuel López Obrador, una figura veterana y polémica comparado con las otras opciones, más centristas y jóvenes.

Sin embargo, dice, Peña Nieto se deslizó durante la campaña. En una feria del libro en diciembre pasado no pudo nombrar correctamente un libro que haya marcado su vida. “‘Este hombre no me ha leído, él tiene el derecho de no hacerlo”, respondió uno de los pesos pesados de la literatura, Carlos Fuentes. ‘Lo que él no tiene derecho de hacer es aspirar a ser Presidente de México basado en la ignorancia’, dijo el fallecido escritor. Algunos lo llaman “un político a la David Beckham”, describe el corresponsal.

“El candidato erizó de nuevo en una entrevista con El País, cuando no supo responder de cuánto es el salario mínimo ni el precio de la tortilla. ‘Yo no soy la señora de la casa’, dijo a la defensiva. Así nació el Tortillagate. Su reunión en la Universidad Iberoamericana fracasó espectacularmente cuando fue interrumpido por la parcialidad de los medios y lo obligaron a buscar refugio en un baño”, destaca Carroll.

“A pesar de las meteduras de pata parece que está a punto de ganar un mandato de seis años y el gobierno de más de 110 millones de personas. Las preguntas abundan. ¿Va a sobornar e intimidar a los medios de comunicación? ¿Se lo pondrá fácil a los señores de la droga para comprar la paz? ¿Lo hará con la jaula de los dinosaurios del PRI?

“Si la respuesta a la primera es sí, la televisión mexicana no hará cambios en busca de respuestas a los demás”, concluye el periodista.

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