Breve glosario atroz

30/12/2013 - 12:00 am

En atención a los acontecimientos del año, reconociendo la lentitud crepuscular de los búhos de la RAE y al amparo de las leyes que la necesidad impone, he desarrollado durante un periodo de mil lunas de Atlantis -algo así como dos horas en nuestro sistema de medición- este glosario atroz, que ha de servir para torcer con erudición de ratón algunas definiciones del idioma en que nos ha educado el gato. No tiene otra intención porque no puede, pero se escribió a sabiendas de que no hay nada más serio que parodiar la parodia que han llamado vida. Y de paso increpar al gobierno, cosa más ingrata que la otra. O eso debería tenerlo claro quien escribe, puesto que su nombre un día puede lucir en los cuartos de torturas de los nuevos reyezuelos demócratas. Y me refiero, por supuesto, a una oficina o ventanilla del GDF.

Absurdo: Acto cualquiera.

Anulista: Utilícese para la persona escéptica de la representación, que conserva su voto como acciones que valdrán al doble el día en que falle el gobierno. Es por efecto el apelativo que se emplea para el especulador infalible, al que penosamente, nadie suele reembolsar su desconfianza.

Campaña: Prólogo optimista de una enciclopedia fatalista.

Cinismo: Amor a la verdad, pero con mala prensa.

Democracia: Forma de gobierno en que las personas eligen dejar de elegir por períodos que van de los cuatro a los seis años.

Derechos Humanos: Conjunto de garantías que por definición, excluyen de sus beneficios a los animales bípedos que protestan.

Desacato: Acto recurrente de la persona que, burlándose de quienes llama esclavos del orden, se torna por gusto esclavo de las reglas del desorden.

Dimisión: Aceptar con madurez que urge dejar por voluntad lo que ya se perdió por la fuerza.

Expropiación: Decisión indignante en que un país retoma por la fuerza lo que una empresa le arrebató  mediante engaños.

Granaderos: Moderna guardia pretoriana dispuesta para proteger la Soberanía popular, sobre todo en aquellas ocasiones en que quiera valerse de ella el pueblo mismo.

Intelectual: Persona difícil de complacer, a la que nadie con habilidad se interesa en complacer.

Izquierda: Celada que en fechas recientes la derecha tramó para ser ella misma, luego de un astuto rodeo.

Joven: Dícese del terrorista en potencia y anarquista de hecho que es siempre culpable, salvo que se demuestre lo contrario de manera palmaria.

Justicia: Deuda que se cobra a pesar de las leyes vigentes.

Laissez Faire/ Laissez Passer: Palabras francesas inventadas para increpar a quienes desean la salvación del prójimo, y que industriosamente se avocan a despojar a sus amigos y vecinos de los inmundos pesos que les impiden la purificación que requiere su asunción a los cielos. Los mexicanos las pronuncian de las más diversas maneras, tal vez con el fin de que cualquiera entienda que es un insulto.

Libertad: Ensueño de los antiguos y pesadilla de los modernos. Por efecto, estado de insomnio en que se obligan a vivir los posmodernos.

Masas: Aquella fuerza que es invencible, salvo que se ponga en acción.

Millonario: Persona a la que estiman con gran mérito quienes no le conocen, así como con poca moral quienes le frecuentan, pero que asume para sí que lo segundo es sin duda una forma de lo primero, y que no corre peligro mientras sea menor el número de amigos que el de extraños.

Oposición: Quien no tiene el talento para apropiarse del máximo poder, pero cuenta con el suficiente para obtener tajada por sus representaciones.

Poder: Aquello que se suma aritméticamente en las calles y geométricamente en los estrados.

Policía: Prudentes y atentos caballeros que aún a resguardo de mi puerta, otorgan juiciosamente menos seriedad que yo a lo que escribo.

Preso Político: Activista que, dadas las circunstancia correctas, un día será un político preso.

Priísta: Uno de los sobrenombres de que se valen los ladrones más cínicos para eludir sus juicios. Panista y Perredistas son formas menos populares de lo mismo.

Rebelión: Decir ¡Basta! a una forma de opresión, para inaugurar en su lugar otra mas conveniente a los intereses de sus organizadores.

Televisión: Forma de entretenimiento previo al Internet, en donde se ahorra a las personas el trabajo de elegir la basura que habrán de consumir.

Tragedia: Situación en que una persona, además de ser pobre, ha sido educada en el credo de la honestidad.

Como puedes apreciar, sagaz lector@, estas definiciones conforman más un corpus del pesimismo que una retórica del oprimido. Has sido engañado. Arrebata al despropósito una lección: en la ingenuidad de un auditorio se cimienta el 99% del acto de un taumaturgo. Y en esta recomendación se esconde mi última definición: la de Arte.

@CesarAlanRuiz

César Alan Ruiz Galicia
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