México
México es un país de magnates

Oxfam destaca desigualdad

La riqueza de Slim y Larrea equivale a la de 334 millones de pobres en Latinoamérica

06/07/2024 - 1:29 pm

Oxfam compara así la riqueza de Carlos Slim y Germán Larrea con la del resto de Latinoamérica y El Caribe: “entre los dos reúnen unos 130 mil millones de dólares, es la misma cantidad que posee 334 millones de personas, la mitad más pobre de los latinoamericanos”.

Ciudad de México, 6 de julio (SinEmbargo).– Los empresarios mexicanos Carlos Slim y Germán Larrea acumulan más riqueza que la mitad más pobre de Latinoamérica y El Caribe, es decir, un total de 334 millones de personas, reveló un informe publicado por Oxfam.

“En Latinoamérica y el Caribe hay 98 milmillonarios cuya riqueza acumulada es de 480 mil millones de dólares, que es el equivalente de todo el PIB anual de Chile y Ecuador juntos y que evidencian que esta región es donde existe la mayor polarización entre la riqueza y la pobreza”, se lee en el informe “Econonuestra: Es tiempo de una economía para todos y todas”.

El documento de la organización internacional dimensiona cómo los dueños de Grupo Carso y Grupo México acaparan la riqueza en la región.

“En México hay un señor mayor que tiene telefónicas, tabacaleras, mineras, financieras, hoteleras, papeleras, barrios enteros, un buen trozo del New York Times, un museo, tiene 82 años, algún diente de oro, 300 mil personas trabajan para él y posee más de 100 mil millones de dólares. Y allí mismo hay otro señor que tiene minas, petróleo, trenes, cines, constructoras, edificios, centros comerciales, mucho pelo, cataratas de corbatas, de 70 años y unos 30 mil millones de dólares. Se llaman Carlos Slim y Germán Larrea”, describe el periodista y escritor Martín Caparrós en el prólogo del informe.

Germán Larrea, presidente de Grupo México, y al fondo Carlos Slim Helú, fundador de grupo Carso. Foto: Moisés Pablo, Cuartoscuro.

La organización dedicada a combatir la desigualdad resume así la riqueza de ambos magnates mexicanos con la del resto de Latinoamérica y El Caribe: “Entre los dos reúnen unos 130 mil millones de dólares, es la misma cantidad que posee 334 millones de personas, la mitad más pobre de los latinoamericanos”.

Es decir, si alguien quisiera resumir qué significa la desigualdad latinoamericana podría usar la fórmula directa: 334 millones de personas es igual a dos.

El documento destaca que desde el 2000, el conjunto de las fortunas de estos magnates se ha incrementado 368 por ciento, seis veces más rápido que la economía de toda la región y a una velocidad de 43.7 millones de dólares al día.

El informe de Oxfam ejemplifica que “una persona promedio de la región debería trabajar 90 años para ganar lo mismo que gana un multimillonario en un solo día”.

“Los números son concluyentes: el uno por ciento más rico de América latina concentra casi 55 veces más riquezas que su mitad más pobre; en la Unión Europea el uno por ciento más rico concentra siete veces más que su mitad más pobre. Eso significa que América Latina es ocho veces más desigual que Europa y, pese a las apariencias, mucho más desigual que África”, revela el documento.

En contraste, la pobreza de la región en 2023 alcanzó a casi el 30 por ciento de la población, es decir a 183 millones de personas y la pobreza extrema alcanzó niveles superiores a los de 2010.

Para Oxfam, Latinoamérica es la más desigual del mundo porque los ricos latinoamericanos pueden. “Estos señores viven, desde siempre, de la extracción y exportación de materias primas –oro, plata, bananas, carne, soja, café, coca, cobre, trigo, petróleo, azúcar, litio y tantas más–. En esas explotaciones no se precisa mano de obra numerosa ni muy calificada: los ricos latinoamericanos no necesitan a sus pobres para trabajar. Y, como sus productos se exportan, su mercado interno les importa poco, no necesitan a sus pobres para consumir. Si no los necesitan para trabajar ni para consumir pueden darse el lujo de mantenerlos en la pobreza y la marginalidad. Pueden permitirse tanta desigualdad”.

El presidente de Grupo México, Germán Larrea, durante el Tercer Informe de Gobierno que brindó el Jefe del Ejecutivo, Andrés Manuel López Obrador, en Palacio Nacional el pasado 1 de septiembre de 2019.
El presidente de Grupo México, Germán Larrea, durante el Tercer Informe de Gobierno que brindó el Jefe del Ejecutivo, Andrés Manuel López Obrador, en Palacio Nacional el 1 de septiembre de 2019. Foto: Moisés Pablo Nava, Cuartoscuro.

Hasta enero de 2024, existían 98 multillonarios en Latinoamérica y El Caribe, los cuales acumulaban una riqueza conjunta de 480 mil 800 millones de dólares, una cantidad similar al PIB anual de Chile y Ecuador juntos, refiere el informe al destacar que tan sólo la fortuna del mexicano Carlos Slim, el hombre más rico de la región, asciende a más de 100 mil 400 millones de dólares, más del doble del PIB de Bolivia o Paraguay y el doble de la inversión anual en salud pública de México.

Si en México se encuentran los más ricos, Colombia es el lugar en el que estas fortunas han crecido más rápido desde el inicio de la pandemia (1.179 por ciento), seguido de Chile (549 por ciento), mientras que Brasil es el país que cuenta con más multimillonarios (57 en total, que en conjunto suman 196 mil millones de dólares).

Otro dato que revela el informe es que la acumulación de las fortunas en Latinoamérica y El Caribe tiene rostro de hombre, en tanto las mujeres no llegan a representar ni una quinta parte del total de los multimillonarios.

En el caso de México, seis multimillonarios acaparan la riqueza:

1. Carlos Slim Helú, dueño de Grupo Carso: 100.4 miles de millones de dólares.
2. Germán Larrea Mota Velasco, dueño de Grupo México: 28.5 miles de millones de dólares.
3. Ricardo Salinas Pliego, dueño de Grupo Salinas: 13.1 miles de millones de dólares.
4. Alejandro Baillères Gual, presidente de Grupo Bal: 8.1 miles de millones de dólares.
5. María Asunción Aramburuzabala, dueña de Tresalia Capital: 6.3 miles de millones de dólares.
6. Carlos Hank Rhon, propietario de Grupo Hermes: 4.5 miles de millones de dólares.

“De este Gobierno no he recibido beneficio y yo sí he dado beneficio”, dijo hoy Carlos Slim, un hombre cercano a López Obrador.
El magnate Carlos Slim. Foto: Álvaro Delgado Gómez, SinEmbargo.

SISTEMA TRIBUTARIO BENEFICIA A LOS MÁS RICOS

Oxfam concluye que una de las explicaciones más claras de la persistencia de este fenómeno de desigualdad en la región se encuentra en los débiles mecanismos para redistribuir la riqueza, sobre todo los sistemas tributarios.

“Salvo excepciones como Uruguay y, más recientemente, Colombia, en la mayoría de los países de la región ocurre en realidad todo lo contrario. Las políticas fiscales, especialmente los sistemas tributarios, tienden a reproducir y ampliar la polarización económica y las extremas desigualdades”.

De acuerdo con el informe, el 1 por ciento más rico de la región paga proporcionalmente menos impuestos que las personas del 50 por ciento más pobre de la población, como se muestra en el siguiente gráfico:

Los impuestos recaudados en la región. Foto: Oxfam.

Esto significa que los sistemas tributarios latinocaribeños son cómplices de las desigualdades, pues no garantizan que quienes más tienen paguen más, ni contribuyen a limitar la concentración extrema de la riqueza.

“Lo anterior derrumba el mito de que las personas en situación de pobreza no pagan impuestos: no sólo lo hacen, sino que incluso lo hacen en mucha mayor medida que los más ricos de nuestras sociedades”, detalla Oxfam en su informe.

Por estos motivos, la organización propone cinco medidas tributarias progresivas que permitirían elevar significativamente la capacidad recaudatoria de los estados latino-caribeños y reducir las desigualdades:

1. Gravar la riqueza extrema con un impuesto progresivo a los más ricos.

Esta medida, que en total apenas afectaría al 0.02 por ciento de la población de la región —cerca de 144 mil personas—, tiene un componente redistributivo hacia la equidad al gravar una manifestación clara de la capacidad económica de los más ricos que no suele estar reflejada en el impuesto sobre la renta. Así, su carácter progresivo permitiría que la tasa máxima sólo afecte al patrimonio neto del 0.00001 por ciento de la población total de la región, apenas 98 personas con fortunas arriba de mil millones de dólares.

2. Gravar las rentas y ganancias de capital al menos al nivel de las rentas de trabajo.

De acuerdo con Oxfam, la riqueza financiera en la región se encuentra altamente concentrada en un pequeño grupo de la población. El 1 por ciento más rico de la región —es decir, aquellos individuos con una riqueza promedio por encima de los 365 mil millones de dólares— concentra el 46 por ciento de la riqueza financiera de la región, ligeramente por arriba del promedio mundial. Esto contrasta con la muy baja tributación de las ganancias de capital en la gran mayoría de países de la región.

“Ningún país de la región grava las rentas del capital por igual o por encima de las del trabajo y los países que gravan ambas fuentes de ingresos con las mismas alícuotas son los que aplican tipos marginales bajos en el impuesto a la renta personal. En Brasil y otros países de la región ni siquiera se gravan los dividendos”, señala.

3. Revisar y transparentar los incentivos tributarios agresivos para las grandes empresas.

Para Oxfam, los gastos tributarios, tales como exenciones, diferimientos, tratamientos diferenciados o créditos fiscales, pueden ser herramientas importantes para promover el desarrollo, pero han resultado en privilegios fiscales que benefician en mayor medida a las grandes empresas y fortunas con poca evidencia sobre sus impactos.

4. Poner límites a la evasión y alusión fiscal.

La organización menciona que el traslado artificial de utilidades de las grandes empresas a guaridas fiscales se ha convertido en una práctica utilizada de forma generalizada por parte de las corporaciones. Tal ha sido el abuso que, en 2013, el G20 dio un mandato a la OCDE para activar un plan de acción que transforme el actual funcionamiento del sistema fiscal internacional.

Entre otras medidas, esto ha llevado a la aprobación de un paquete de medidas entre las que destaca la puesta en marcha de una tasa mínima efectiva del 15 por ciento en el impuesto sobre la renta empresarial a las grandes empresas transnacionales.

5. Gravar las ganancias extraordinarias de las grandes empresas.

Las ganancias extraordinarias de las empresas —entendidas como aquellos beneficios anuales superiores en 20 por ciento al promedio de los cinco años previos— pueden exacerbar las desigualdades, pues promueven la concentración de los beneficios por los incrementos de precios en un pequeño grupo de empresas que de por sí concentran poder económico y de mercado, subraya Oxfam.

Esto, a su vez, permite a estas empresas distorsionar los mercados, al tolerar posiciones de dominio excesivo a ciertas corporaciones que pueden imponer sus precios y condiciones y sofocar la innovación y la competencia. En México, por ejemplo, las ganancias de las empresas capturaron el 60 por ciento del incremento en precios durante el periodo con el mayor aumento en el costo de vida en las últimas dos décadas.

Estos ingresos adicionales, puntualiza Oxfam, pueden contribuir a la erradicación de la pobreza extrema en cada país de la región, el desarrollo de capacidades estatales frente a la crisis climática y la consolidación de sistemas nacionales públicos de cuidados.

Guadalupe Fuentes López
Periodista con más de una década en medios digitales. Edita y escribe sobre temas de economía, corrupción, política, derechos humanos
en Sinembargo al Aire

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