Susan Crowley

Gabriel de la Mora o cómo engañar a la muerte

"Gabriel es un neobarroco en toda la extensión del concepto. Es espléndido en su manera de incluirnos dentro de su obra. Y si no entramos por el reflejo, sentiremos un pálpito con el retrato creado con el pelo de su padre, presencia-ausencia a la que se adora y a la que se teme".

Susan Crowley

27/09/2025 - 12:03 am

Para George Bataille la petite mort no se refiere al acto físico de morir, es la metáfora de la experiencia al límite donde la conciencia es suspendida momentáneamente por un placer intenso.

Un artista en busca de definiciones que, por fin, pareciera encontrar. No se trata solamente de un concepto sino de su esencia. La obra de Gabriel de la Mora armoniza a la perfección con el título de la exposición que Jumex ha creado para él, de la mano del curador Tobías Ostrander. Dividida en seis secciones temáticas: Cuerpos, Borradura, Calor, El filo del deseo, Tacto y El placer del espectador. La obra expuesta es muchas más cosas: ensayo y error, inquietudes, exploraciones, elaboraciones de la materia para alcanzar estados diversos; riesgos y certezas; vida y muerte. Una forma de traducir la sensación de brevedad en el gozo físico. El instante en el que se concentra el máximo poder de ser. El orgasmo es el espasmo en el que vida y muerte se consolidan en su totalidad. Fugaz, determinante.

Abre de cuajo los abismos que nos constituyen. Como son las horadaciones en la materia muerta que utiliza el artista para inaugurar nuevos lenguajes: un plafón a punto de destruirse, una pared desgajada, una pintura que dejó tan sólo su impronta en sombras evanescentes. El arte es el punto de inflexión en el que la trascendencia se concreta en objeto. De la Mora roba instantes a la muerte y los perpetúa en múltiples posibilidades que nombramos objetualidad.

Alas de mariposas, que al morir, devienen objetos artísticos. La mariposa nunca es más mariposa que cuando se convierte en reliquia su vuelo. Libertad, fragilidad y el poderoso movimiento de sus alas durante sus escasas horas de vida. Si las mariposas definen su existencia a partir de la brevedad, también lo hacen por la migración incesante para encontrar el sitio en el que habrán de morir. El artista las salva en un absoluto que queda como icono del vacío de su presencia y el lleno de su ausencia. Un pasmo imposible de descifrar pero que habita en esas cajas, que a veces nos miran con esos ojos desorbitados plasmados en sus alas, surrealistas, mágicos. Formas psicodélicas que sólo pueden ser equiparables a estados alterados por psicotrópicos.

Tal vez por ello la primera exhibición de esta serie fue titulada Psicotropical, un paso anterior al atinado título de la Expo en Jumex. La posibilidad de generar realidades alternas, paralelas, simultáneas. Desdoblamientos de la psique en fractales que recuperan el sentido primigenio de nuestro interior. Caleidoscopios efímeros que conforman nuevos ciclos infinitos. El poder en De la Mora consiste en atrapar vuelos interrumpidos en una caja, conjugar lo indefinible y el misterio en una totalidad que se impone a la muerte y al olvido. Por eso dice, y con razón, que el arte como la energía, ni se crea ni se destruye, sólo se transforma.

Y es ahí donde establece una estrecha relación entre obsesión pura que se redime con la posibilidad de “hacer” sin límites: infinita búsqueda de lo vivo en lo muerto. Y nada ha nacido más obsoleto y sin posible redención que la falsificación en el arte, una afrenta al poder del artista. Pero De la Mora también tienen un juego de agudezas muy al estilo barroco en contra de esta mácula. Originalmente falso hace factible que lo vergonzoso adquiera un rostro delante de la pureza y autenticidad que exige el arte.

Gabriel es un ser de delicadezas, afincadas en las firmezas; de conjugaciones del eterno femenino y el poderoso masculino; de entregas y de resistencias; de reflexión y arrojo. Una dualidad que lo apremia a desprenderse de su propio cuerpo y convertirlo en simulacro que mutila y desflora en un acto solipsista que ofrenda al visitante.

Una convicción absoluta, sin reparos, atrevida, trasgresora del tiempo; un guerrero de cruzadas entre lo muerto y lo vivo que lo ha llevado a escanear a familiares, entre ellos su pequeña hermana muerta antes de nacer; una paradoja que se acumula en sus dudas existenciales, para crear una irónica estampa familiar que pende del muro como solía ser en otras épocas. Fascinantemente escatológica, por decir lo menos.

Matérico y espiritual, produce un estado de asombro, desde el arrobo a primera vista, hasta la especulación científica. Como Leonardo, goza de la naturaleza de una escritura invertida que genera espejos que se desbordan en las piezas de obsidiana, en las esferas cóncavo- convexas. Gabriel es un neobarroco en toda la extensión del concepto. Es espléndido en su manera de incluirnos dentro de su obra. Y si no entramos por el reflejo, sentiremos un pálpito con el retrato creado con el pelo de su padre, presencia-ausencia a la que se adora y a la que se teme. Un cuasi parricidio, “tomarle el pelo” y de forma casi irreverente encarnar su retrato.

Pero también está una de las piezas que el artista dice su favorita: un gobelino tejido por hombres y no mujeres, en este caso, con el pelo de esas cabras asiáticas altamente cotizadas entreverado de cabello humano; una urdimbre que entrecruza lo humano animal, lo femenino masculino. Y es aquí donde Gabriel confirma su genio del ironista barroco que en el pasado solía jugar con la poesía, el teatro, la pintura o la música. Un contrapunto que es reto constante al momento mori y a la inefable vida en una obra que se empeña en trascender y en dibujar otros tiempos: los más allá de lo humano, en el arte. @suscrowley

Susan Crowley

Susan Crowley

Nació en México el 5 de marzo de 1965 y estudió Historia del Arte con especialidad en Arte Ruso, Medieval y Contemporáneo. Ha coordinado y curado exposiciones de arte y es investigadora independiente. Ha asesorado y catalogado colecciones privadas de arte contemporáneo y emergente y es conferencista y profesora de grupos privados y universitarios. Ha publicado diversos ensayos y de crítica en diversas publicaciones especializadas. Conductora del programa Gabinete en TV UNAM de 2014 a 2016.

Lo dice el reportero