Sandra Lorenzano
Si contar y contarnos nuestra propia historia puede ser sanador, la capacidad de mostrar un hecho doloroso, un evento trágico o traumático, a través de estos pequeños dispositivos creados por cada una de las personas que participa, logra multiplicar ese efecto que de origen a la resiliencia.
“Y a lo mejor sólo leo y escribo para repetir esa sensación arcaica, primigenia. ¿Quién puede saberlo? A lo mejor para sentir cerca esa tibieza que me daba seguridad frente al mundo”.
A medio siglo de nuestro propio 11 de septiembre, el horror y el amor siguen mezclándose, y así seguirá siendo hasta que se abran las grandes alamedas.
La lista de artistas que miran el mundo a través de la lente es cada vez mayor. Entre ellas, mis ojos y mi corazón tienen una favorita: Lucero González.
Mientras tanto, sigamos cantando y bailando para celebrar cada nuevo encuentro, cada nuevo abrazo, en Argentina, y exijamos que este México nuestro, con más de cien mil personas desaparecidas, no se siga desangrando.
¿Qué hacemos, entonces, con las ruinas? Reparamos, suturamos, zurcimos. Ponemos el cuerpo.
“Recordarlos hoy es celebrar su vida, su obra, su compromiso, su creatividad, su capacidad crítica, su postura ética”.
“Pareciera que la intolerancia, la violencia y la censura han sido una constante a lo largo de la historia: que la gente no lea, no escriba, no piense”.
¿Saben qué es lo más conmovedor del Queer Britain? Escuchar los testimonios emocionados de quienes visitan el museo. Escuchar a gays, lesbianas, personas trans, no binaries y + decir que por primera vez sienten que pueden ver su propia historia.
“Si la Historia, con mayúsculas, ha sido siempre la narrativa de los ganadores, la otra historia es la de la discontinuidad, la de los momentos de ruptura”.
¿Qué es verdad y qué es ficción en Samovar? La autora no se cansa de decir “todo es absolutamente verdad” , a la vez que nos hace un guiño sabiendo que la literatura construye mundos en que ambos elementos se trenzan, se entrecruzan, se enriquecen, crecen en tensión y en diálogo, como lo hacen las voces de esas tres mujeres que conviven, ya para siempre, como cómplices amorosas en un departamento de la Condesa.
“Las criaturas de Puig se debaten entonces entre una existencia mediocre, convencional, y el afán de cumplir con esos imperativos categóricos que el melodrama nos transmite”.
“En este país en que las cifras oficiales hablan de más de 105 mil personas desaparecidas, de más de 11 feminicidios al día; en este país que es ya “’un fulgor de sangre’”.
Ahora que Argentina 1985 -que recibiera hace unos días el Globo de Oro a mejor película de habla no inglesa- ha recuperado la historia de los juicios a las cúpulas militares, la sociedad toda ha vuelto a recordar y a conmocionarse con esas 30 mil ausencias que nos acompañan cada día.