La ampliación del programa Hoy No Circula para todos los vehículos –sin importar el holograma- desató el enojo de la ciudadanía. Las críticas a esta medida no se hicieron esperar y la gente ha dado rienda suelta a sus quejas: que si el transporte en la ciudad es un asco, que si la infraestructura vial es insuficiente, que si restringir la circulación de los autos no sirve de nada. Estos reclamos, además de ser parcialmente ciertos, son reflejo de una sociedad harta de que le den remedios a corto plazo a problemáticas más complejas.

El Hoy No Circula para todos los autos en la Zona Metropolitana del Valle de México entrará en vigor este 5 de abril y se extenderá hasta el 30 de junio como una estrategia para mejorar la calidad del aire en esta temporada de ozono, cuando se esperan altas temperaturas y poco viento que despeje los contaminantes.

El argumento de la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAME) tiene lógica: disminuir el número de autos en las calles para reducir la contaminación atmosférica. Sin embargo es apenas una aspirina para grandes males.

Por sí solo, el Hoy No Circula no servirá de nada, se requieren un paquete de medidas estructurales para mejorar la calidad del aire de la zona metropolitana y el estilo de vida de sus habitantes.

¿Cómo? Desde hace años la sociedad civil ha insistido en la necesidad de transformar la ciudad en un espacio donde el transporte público sea seguro, eficiente y de calidad para desincentivar el uso del auto particular, pero las autoridades han hecho caso omiso e impulsado obras como segundos pisos, túneles, autopistas urbanas, destinadas para los vehículos y no para la gente. Ahora estamos viviendo las consecuencias de estas decisiones.

En el Valle de México la flota vehicular es de casi 5 millones de autos, provocando congestionamientos viales que deterioran la calidad del aire que respiramos y minan nuestro estilo de vida, condenándonos a viajes muy largos en distancias relativamente cortas.

De acuerdo con el Centro Mario Molina, los vehículos particulares generan la mayor parte de los precursores de ozono y son la segunda fuente de emisión de partículas finas, sólo después del transporte pesado a diésel.

Después de todo, dejar el auto en casa un día a la semana y un sábado al mes no debería ser tan grave, estamos contribuyendo a mejorar la movilidad en la megalópolis y la calidad del aire que respiramos. Mucha gente estaría dispuesta a hacerlo siempre y cuando cuenten con alternativas eficaces, seguras y dignas para desplazarse.

Es obligación de las autoridades destinar recursos públicos para mejorar y ampliar las redes de transporte como metro, Metrobús y tren ligero; regularizar y modernizar los microbuses, así como garantizar que éstas sean seguras, cómodas, accesibles y energéticamente limpias y eficientes; incrementar la infraestructura para bicicletas y peatones; renovar las flotas oficiales por vehículos eléctricos o bajos en emisiones; garantizar la confiabilidad y rigurosidad de los sistemas de verificación vehicular; y revisar los actuales sistemas de monitoreo y medición de la contaminación ambiental en el Valle de México.

Se necesita un proyecto integral para dar solución a los grandes retos que enfrentamos como megaciudad, solo así, el Hoy No Circula podría tener éxito y no quedarse como una medida aislada a corto plazo.

Edith Martínez es coordinadora de comunicación en Greenpeace México.

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Edith Martínez

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Edith Martínez es coordinadora de Comunicación en Greenpeace México.

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