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El mismo David condujo a la Fiscalía de Puebla a donde estaba muerta Lili Marlén. Lo culpan de… robo

07/02/2018 - 7:00 pm

María Hernández enfrenta desde hace dos años dos procesos legales: el de esperar a que el asesino de su hija sea sentenciado y el de recuperar a su nieto. “Voy a aguantar el tiempo que tenga que esperar. Sí es complicado y lento […] pero aquí estoy, confió en la justicia”.

David Lobato mató a su novia Lili Marlén en 2016, y aunque existen elementos suficientes para vincularlo a proceso por el feminicidio– que él mismo confesó– hasta la fecha sólo enfrenta un proceso por los delitos de robo y privación ilegal de la libertad.

Por Magarely Hernández 

Puebla/Ciudad de México, 7 de febrero (PeriódicoCentral/SinEmbargo).- El 30 de julio de 2016, Lili Marlén Guevara, de 27 años de edad, se sumó a la lista de víctimas de feminicidio en Puebla: fue asesinada por su pareja, David Lobato.

A casi dos años del crimen, David Lobato es acusado solamente por “robo y privación ilegal de la libertad”. La Fiscalía General del Estado (FGE) no ha podido acusarlo de feminicidio a pesar de que él mismo los llevó hasta el cadáver de Lili y confesó el crimen.

María Hernández, madre de la joven, concedió una entrevista con la esperanza de que la mediatización del caso ayude a que se haga justicia. Dijo que espera que el proceso concluya rápido, pues cada vez que entra a la sala de audiencias de la Casa de Justicia de Puebla y ve a David, vuelve a recordar y a vivir la desesperación que pasó desde el día en que su hija desapareció.

María y su hijo menor acuden periódicamente a la Casa de Justicia con la esperanza de que pronto David sea juzgado por el feminicidio de Lili y la sentencia llegue más rápido, pero por alguna u otra razón, desde septiembre del año pasado, las audiencias se difieren.

Al mismo tiempo, la mujer lleva a cabo otro proceso legal para recuperar a su nieto de tres años de edad, quien le fue arrebatado por la ex pareja de Lili– padre del menor–, tras el asesinato.

JUZGADO POR ROBO Y PROVACIÓN ILEGAL DE LA LIBERTAD

David Lobato, novio de Lili Marlén. Foto: Periódico Central

David Lobato fue detenido el 29 de agosto de 2016 después de que en su casa fueron encontrados restos de sangre de Lili Marlén, una pantalla de plasma, su teléfono celular, el cobertor de su cama; además, robó el auto de la joven para trasladar el cuerpo.

La Fiscalía de Puebla informó entonces que David fue vinculado a proceso por los delitos de privación ilegal de la libertad y robo a pesar de que supuestamente fue él mismo quien confesó su crimen.

David Lobato permanece en la cárcel y su abogado le ofreció a María Hernández “una salida alterna”, pues los delitos por los que lo acusan “no son tan graves”, buscan la reparación económica del daño.

María Hernández comentó que no cuenta con la asesoría de algún abogado, pero los Agentes del Ministerio Público encargados de su caso se mantienen en constante comunicación con ella:

“Ellos me dicen que ya se tienen elementos, sé que hay un testigo porque yo lo conozco, que vio cuando David sacaba el cuerpo de mi hija, además de los que ellos tienen en sus investigaciones”.

La mañana de ayer se iba a realizar una audiencia intermedia para solucionar la “salida alterna”, sin embargo, en la Casa de Justicia fueron suspendidas todas las audiencias porque, según informaron, hubo cambio de jueces.

“Así nos traen desde septiembre, por una u otra cosa se difieren las audiencias. Yo no sé de quién depende esto. La verdad de los Agentes del Ministerio Público no me puedo quejar porque sí están al pendiente y yo sé que con tanto feminicidio han de tener bastante trabajo. Pero ya, no sé hasta cuándo nos van a traer así”.

Según le comentan a María, en todo este tiempo se están reuniendo las pruebas suficiente para poder acreditar el feminicidio.

“Cada que vengo aquí es recordar, es vivir la desesperación desde que desapareció mi hija y el estómago se me revuelve cada vez que lo veo (a David), comentó la madre de la joven asesinada”.

DOS BATALLAS LEGALES

La señora María Hernández vivió un martirió desde que el 2 de julio anunció la desaparición de su hija, de 27 años y madre de dos niños.

María se tuvo que mover por sus propios medios para recabar información que le ayudara a localizar a Lili. Fue hasta el 26 de agosto cuando la FGE informó sobre el hallazgo de restos óseos, tejido y cráneo que podían pertenecer al cuerpo de su hija.

El sufrimiento de María no terminó tras identifica el cuerpo de la joven y descubrir quién era el asesino: Francisco Molares P., el padre biológico del menor de los hijos de Lili, le arrebató a su nieto y ahora no le impide verlo.

“Él nunca se hizo cargo del niño y cuando mi hija decidió irse a vivir con él, se enteró que este hombre ya había embarazado a otra mujer y fue entonces cuando mi hija se separó de él. Actualmente él vive con esa mujer y tiene otros dos hijos con ella”, comentó Hernández.

José Alberto tenía un años 6 meses de edad cuando su mamá fue asesinada. Después de varios meses del crimen, su papá se acercó con María, fingiendo una buena relación para que le permitiera ver al niño.

Lili tenía 27 años y era madre de dos niños. Foto: Periódico Central

“Llegamos a un criterio de mediación. Yo tenía la custodia por ocho meses y él podía ver al niño cada fin de semana. Cuando este plazo venció, había que renovarlo y ahora él tendría la custodia y yo lo podía ver cada fin de semana, pero él ya nunca apareció y nos quitó al niño, no lo podemos ni ver”.

Por lo anterior, María ya enfrenta dos procesos: el de esperar a que el asesino de su hija sea sentenciado y el de recuperar a su nieto.

“Yo voy a estar y voy a aguantar el tiempo que tenga que esperar. Sí es complicado y lento, yo tengo que pedir permiso en el trabajo cada que hay que venir (a la Casa de Justicia). Espero que lo sentencien porque tiene que estar en la cárcel, un asesino no puede andar libre, tal vez matando a más personas. Esta es la justicia que marca la Ley, la del hombre pero yo creo que la justicia llegará cuando Dios lo castigue”, expresó.

María Fernanda es la otra hija de Lili, tiene 10 años y tras el asesinato de su madre estuvo en tratamiento psicológico.

De acuerdo con lo narrado por Hernández, María Fernanda fue quien le pidió a su mamá un hermanito, y ahora que ya no está con ella “no duerme y no habla, está mal”, por lo que otra vez recibe atención.

“Aquí estoy, confió en la justicia, confió en el MP. He llegado a pensar que ya, dejemos todos. Le digo a mi hijo que es el que anda conmigo para todo pero no, mi hija está muerta y nosotros estamos aquí y nos corresponde hacer que David pague por lo que hizo”, concluyó la madre.

 

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