Ciudad de México, 11 de enero (SinEmbargo).– México se posicionó el año pasado en el lugar 103 de 175 países que integran el Índice de la Percepción de la Corrupción, según datos de la organización Transparencia Internacional. El país no registró el año pasado avances significativos en este tema, y obtuvo una calificación de 35, en una escala de cero (percepción de altos niveles de corrupción) a 100 (percepción de bajos niveles de corrupción).
Pese a mejorar un punto entre 2013 y 2014, pasando de una calificación de 34 a 35, el hecho de que otros países también mejoraran en el mismo periodo y de que el índice mide ahora a dos países menos (175), hace que los cambios registrados en México no sean considerados como significativos.
Incluso, la organización Transparencia Mexicana informó que la edición 2014 del Índice de Percepción de la Corrupción cerró el primer semestre de 2014, por lo que no consideró los eventos de los últimos meses del año pasado en materia de derechos humanos, procuración de justicia, conflicto de intereses que han sido difundidos entre la opinión pública nacional e internacional.
El 6 de noviembre pasado se dio a conocer el posible caso de corrupción que involucró a la Primera Dama, Angélica Rivera Hurtado. El sitio Aristegui Noticias difundió que la familia presidencial habitaba (o habita) una casa valuada en 86 millones de pesos que está a nombre de Ingeniería Inmobiliaria del Centro, de Juan Armando Hinojosa Cantú, el empresario del círculo íntimo de Enrique Peña Nieto.
Días después, salió a luz que el Secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Luis Videgaray Caso, también había adquirido una casa a Grupo Higa, de Juan Armando Hinojosa.
Mientras que los legisladores mexicanos dejaron pendiente el año pasado la discusión de la creación de un Sistema Nacional Anticorrupción, el tema ha sido uno de los principales problemas que han detonado en el gobierno del Presidente Peña Nieto y, aunque para el mandatario es un asunto “cultural”, para especialistas y legisladores es urgente reunir esfuerzos para combatirla.
“Lamentablemente es un cáncer social que no es exclusivo de México, lo es, yo creo, que de todas las naciones, un tema casi humano que ha estado en la historia de la humanidad”, dijo el pasado 19 de agosto Enrique Peña Nieto.
Aunque a finales de diciembre de 2014, el mandatario prometió luchar contra la corrupción durante 2015: “Pero 2014 fue un año muy difícil para México. La violencia del crimen organizado golpeó al país. Sentimos dolor, indignación y coraje. Se hizo presente una legítima demanda de justicia. También se hicieron cuestionamientos y exigencias de mayor transparencia”, reconoció.
Esto porque en septiembre de 2014, luego de la desaparición forzada de 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, se puso al descubierto los nexos que el ex Alcalde de Iguala, Guerrero, el perredista José Luis Abarca Velázquez; de su esposa, María de los Ángeles Pineda, y de la policía municipal, con los integrantes de la organización delictiva ¨Guerreros Unidos¨.
La tragedia aumentó la exigencia de la ciudadanía de un Sistema Anticorrupción que no esté en manos de la clase política.
